C.6

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Hoseok suspiró cansado, moviendo su cabeza a un lado, luego al otro, mientras aquel florero permanecía reposando sobre una de las mesas, con esa rozas azules. Hace una hora permanecía así, viendo aquel gigante ramo, sentado sobre una de las sillas del bar donde los clientes sacaban sus conversaciones del día, donde se daba como la terapia de los sentimientos; pero ahora él permanecía aún en trance, hace días que las flores habían llegado. Jungkook tampoco había aparecido por el burdel. Por simple curiosidad llamó a la floristería, diciendo que el ramo andaba costando por una cantidad donde él podía utilizar ese dinero para comprarse cien paquetes de ramen, incluso más.

Envidiaba como los ricos podían desperdiciar tanto dinero como si no hubiese un mañana, realmente los pobres anhelan lo que los ricos tienen. Suspiró pesadamente para volver su vista sobre la barra libre, el bar aún permanecía cerrado. Los clientes llegarían más noche, así que permanecía tranquilo, solo por el momento. La noche sería muy agitada.

—¿Porqué esa cara tan alargada? ¿No ha sido una buena semana? —logró escuchar aquella voz tan familiar. Jin se sentó a su lado sonriéndole dulcemente.

Hobi le contempló. Sonrió amablemente a su mayor; pero luego se desvaneció aquella sonrisa cálida y dulce, no podía realmente forzarse a sonreía falsamente.

—Oh, al contrario, me ha ido bien...es solo que tengo un pequeño problemita. ¿Te acuerda que hace un mes vino un joven de pelo negro, alto...y...bueno, no podía describirlo así porque hay muchos tipos que vienen a este lugar y tienen las mismas características—analizó un pocos sus palabras y pensamientos, queriendo poner un orden. —Mi cliente más joven.

—¡Ah...ese chico!—atinó rápido, dado que Hobi solo tenía a un joven como cliente, los demás andaban arriba de los treinta años.—¿Cómo se llamaba? Kook...jung...joder, no soy bueno para los nombres. Como sea. ¿Qué sucede con él?.

—Los jóvenes son muy intensos, sabrás...él era virgen cuando llegó a mí.—se cohibió de hombros—Nunca he atendido mujeres o hombres menores de los treinta, fue la excepción porque no había otro de nuestros compañeros disponibles. Todo iba bien. ¡El problema radica en eso!—señaló a un lado. Realmente ni siquiera estaba poniendo atención donde su dedo índice señalaba.

Jin frunció el ceño contemplando a la pared, alzó la ceja derecha—¿la...pared?—preguntó extrañado, Hobi miró al punto que señalaba, se sintió avergonzado al no haber apuntado donde debía, movió su dedo a un ramo de rosas azules que posaban tranquilamente sobre una de las tantas mesas que decoraban el lugar, arriba había un espejo, donde uno podía contemplarse por un rato, por si su apariencia física no era del todo decente.—Oh...son hermosas. ¿Qué sucede con eso Hobi?.–preguntó su amigo sin ninguna importancia, había visto las rosas anteriormente; pero no era como si fuera a preguntar de su pro

Para Hoseok sucedía de todo en su mente. El conocía muy bien lo que era la conquista, la seducción. El ojos brunos había puesto su atención en él, estaba interesado. No podía estar equivocándose, no podía tampoco buscarle otro sentido. Nadie te regalaba un ramo de cien rosas azules ah y el costo, Hoseok ni quería pensarlo.

—¿No lo entiendes Jin, soy el único que me estoy volviendo paranoico? Son flores...¡FLORES!.—alzó la voz con mucha alteración.

—Son rosas si te soy since-..—Notó que Hobi le tiró una mirada fulminante—¿entonces piensas que tú cliente se ha enamorado de ti? No me sorprende, si hay tipos que se obsesionan con uno, el enamorarse parece un sentimiento más suave, además, es un jovencito aún, ¿amor puro?.

—Amor puro el que yo tengo para hacer sexo oral—respondió—está confundido, eso es...solo no ha conocido a otros tipos además de mí, solía ser un rata de biblioteca. — dio un suspiro tratando de calmarse, a todo eso, ni él sabía porque le inquietaba que el menor se enamorara de él, debería de sentirse orgulloso que por fin, traía la atención de alguien que rodaba por su edad, o en ese caso, menos. Porque Jeon Jungkook solo tenía apenas veinte años.

Junghope||Daddy issues: MusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora