—Es hermoso—dijo aquel hombre mientras le daba leves golpecillos al cigarro y contemplando un montón de fotos que posaban sobre su escritorio, rió divertido ante la idea de tener a ese chico, era perfecto, tan jodidamente deseado por él.
—Hice todo lo que me pidió—respondió un guardia que vestía un saco negro, como todo hombre de alta sociedad—ese es el chico.
—¿Con este hombre es quien mi hijo se ha estado viendo?. Interesante, un puto.—comentó Jeon Jaekook mientras se levantaba de su asiento.—Llama a mi chofer, tenemos cosas que hacer, iremos a dar una visita y también probadita de los especiales servicios que mi hijo recurre.
—Señor. ¿Está seguro de esto?. Si su hijo se entera...
—No lo hará, ha estado tan cegado últimamente que ni se dio cuenta que era perseguido por un hombre como usted que me avisaba de su actividades...mi hijo se ha descuidado por alguien como...este—comentó señalando a Hoseok, que salía en la foto, comprando algunas cosas.—Se ha descuidado, le quitaré esa distracción.
Jungkook bostezó mientras se mantenía de piernas cruzadas, contemplando a un tipo colgando de las manos, mientras unas cadenas lo ataban. Se estaba aburriendo, de querer sacar información sobre quien era el dichoso hijo de puta que compraba la libertad de su musa, bien sabía que los hombres de palabra era difícil que hablaran al menos que le tocaran un punto débil; pero el maldito tipo que horas antes había atrapado, siendo uno de los ayudantes de aquel jefe, ni siquiera, con electricidad, cortadas y echándole limón, alcohol puro sobre estas, había pronunciado alguna palabras. Ni los puñetazos lo hicieron chillar. Los nudillos de Jungkook hasta dolían de tantos golpes que habían generado.
Ojalá el tuviera un hombre como esos, tan leales, como un perrito faldero, eran perros con un amo. Jungkook era amo, más no tenía un perro en el cual confíar, los que él conocían eran perros de Hades, traicioneros. Se rascó la cabeza, preguntándose que otro tipo de torturas podía hacer. El tipo no tenía un punto débil; no parecía tenerlo. Seguramente estaba oculto.
—¡Bueno...creo que me tocara romperte los huesos de cada pie y mano con esas tenazas—dijo levantándose de su silla para acercarse a una mesa, abrió un enorme pañuelo, sacando instrumentos, cuchillos, armas blancas, había tanto para elegir—.De Tin marín, de dos pingüe, con que armita te haré llorar hoy.—dijo haciendo una espléndida sonrisa en su rostro, tomó la tenaza para girarse sobre sus talones—¡Bingo, has sido afortunado de que esta arma se encargue de hacerte llorar.
El hombre negó rápido con la cabeza; pero no hablaría. Jungkook siguió tarareando una canción, silbó la canción del asesino, mientras seguía poseyendo esa sonrisa escalofriante, en sus ojos se podía ver la perfecta personificación del infierno en ellos, se sentía tan bien, dejar salir su estrés, no le importaba, el tipo era una mierda, nadie lloraría por él si moría. Si el tipo no hablaría, iría por otro, pensando que con otro tendría más suerte.
De paso estaría abriéndose camino sobre la ansiosa libertad y el amor que el le profanaba a su musa. Todo para que su hermoso chico fuera libre, del mundo de espinas que querían acorralarle, estaba cerca y pronto podrían estar juntos. Jungkook casi río entre la locura del deseo al verse por fin un hombre digno para su Musa.
Yoongi subió su mirada en dirección del hombre que estaba frente a él, había escuchado de ese hombre, su nombre le parecía tan familiar. Se mordió la lengua y rodó los ojos. ¿Por qué su edificio era como un imán para atraer hombres de ese calibre, tan peligrosos y bestias?. Atrás de ese hombre mayor que permanecía de piernas cruzadas frente a él, con un saco, que consideraba valían cientos de dólares, yacían otros dos hombres, sus guardaespaldas, supuso. Si el tipo de enfrente quería problemas, los encontraría, porque ese burdel de Yoongi, se mantenía en un territorio neutro, donde sus chicos no debían ser lastimados, no eso, incluso aquello era poco para lo que estaba aconteciendo en ese instante.
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Junghope||Daddy issues: Musa
Fanfiction-¿Te sientes triste?, ¿Me dejas hacerte feliz?. Porque Hoseok había olvidado el significado de la alegría, y Jeon Jungkook,se enamoró al encontrar calidez y ternura en un prostituto, encaprichandose de Jung Hoseok. ♚Historia de una de las parejas s...