C.18

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Hoseok salió disparado de su cuarto cuando la noticia de que un Taehyung estaba de visita en el edificio, hace mucho que no vía al menor, quería saber como le había ido a este con el cliente alto moreno que también permanecía en la mafia de Jungkook. Cuando llegó al primer piso, donde se ubicaba el menor, le entregó una sonrisa dulce, Jin ya se encontraba tomando una bebida y sentado en su puesto. Pero aunque la visita del menor fuese de importancia, realmente el no podía decir mucho respecto a lo que el ahora castaño contaba.

Taehyung parecía muy emocionado contando sus divertidas anécdotas entre su cliente, también el hecho que el tipo era un completo caos, que desaparecía por semanas y también no era muy bueno para poseer una comunicación "Correcta" en el entendimientos, ambos casi parecían chocar y Hoseok solo parecía entender como Taehyung y el tal Namjoon parecían aceite y agua, entre otros comparativos; pero aún así, ambos terminaban encajando, parejas raras que habían en el mundo, supuso.

Mientras Jin conversaba con Taehyung, no pudo prestar mayor atención a lo que ellos conversaban, algo lo hacía sentirse inquieto respecto a Jungkook y por el momento no sabía en sí como descifrar esa pequeña inquietud que se había colado en todo su ser. Dio un pesado suspiro, cada vez que no veía el menor, una bomba de tiempo dentro de sus miedos estallaba, preguntándose si el menor seguía vivo, o muerto, o...Su pensamientos ni siquiera eran ya suyos, todos terminaban a una sola calle, a un solo final, a un solo nombre: Jungkook.

Podía realmente estar tranquilo en esos últimos días, se había acostumbrado tanto al menor, que después de sus desapariciones, llegaba diariamente, eso era malo, demasiado, no debía adaptarse a ese chico porque cuando todo acabara, cuando realmente el capricho pasará de lado, para ser tirado a un basurero y ser sellado, no quería recapitular el vacio que se propagaba en su cuarto y mente.

—¿Hay algo que no me ha dicho Hyung? —preguntó el menor. Taehyung interrumpió con una leve sonrisa sacándolo de sus pensamientos.—no parece muy feliz.

—¿No lo sabías? Ahora tiene un protegido—comentó Jin con una sonrisa en el rostro, le dio un sorbo a su fresco de fresas—y a que no adivinas quien es.

—¡Oh, pero que difícil adivinanza! –dijo con sarcasmo el menor fingiendo no saber quién era el posible protegido. Sonrió de lado—¡El cliente chicloso!.

Hobi les tiró una mirada fulminante, frunciendo las cejas. Parecía que todo el maldito edifio conocían al dichoso Jeon Jungkook y realmente el tipo no pasaba ni por cerca desapercibido. Hoseok se había convertido hace poco en la conversaciones de muchos de sus compañeros. ¿Celos, envidia?. Bueno, la guerra de putas siempre existía. No le daba mayor importancia, aquello era una jaula de sentimientos infames, al fin y al cabo, todo era por ver quien ganaba más.

—Gracias por burlarse de mi desgracia, que par de amigos.—dijo haciendo puchero.

—Tu desgracia es nuestra felicidad—río Jin.—Venga, no esté tan empurrado, tener un protegido es lo mejor. Ahora es...tú Daddy.

¡Tiene veinte años, esa palabra ni le pega todavía! Ahora es más insistente, viene todos los días, y aunque no tengamos sexo me pregunta: ¿Qué hiciste hoy, que te gusta, que quieres? .Es un niño encaprichado.

Su niño encaprichado. Realmente. ¿cuando había empezado a pensar a Jungkook como algo suyo que le pertenecía?.

—Bueno, yo tengo un hombre maduro encaprichado conmigo, no veo la diferencia—comentó Tae tomando un sorbo de su juego de manzana.

— Ya dije que es como el chicle? Es un...oh...no puedo más su emoción me hace sentir como la mierda— comentó el mediano, sintiéndose fatigado. Jungkook era simplemente intensidad y él muchas veces no podía ir al lado de lo pasional que ese menor era. —Los jóvenes te consumen la energía.

Junghope||Daddy issues: MusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora