Junghope||Daddy issues: Musa

C.11

Hoseok enrolló sus manos alrededor del cuello de Jungkook mientras el menor enrollaba sus piernas sobre su cintura. Hobi apretó los labios y dio un quejido cuando el ojos bruno entró de una sola estocada, para su suerte estaba lo bien dilatado para no ser tan grave el dolor. Jungkook se posicionó mejor, tratando de no aplastar a su mayor con el peso. Los gemidos de su musa no pudieron simplemente mantener su control. Tragó duro al notar el cuello desnudo de su mayor, quería marcarle y dejar chupetones sobre él; pero una obra de arte no se destruye. Empezó con leves embestidas; pero sus ganas iban más alla de una leve desesperación que lo hizo frustrarse.

Hoseok dio un quejido cuando aquellas penetraciones se volvieron poderosas, aferrándose a la espalda musculas del menor e insertar sus uñas.

—¡Joder Jungkook, no seas tan...bestia! —dijo entre gemidos y jadeos; pero aquellas palabras pareció incitar más al menor.

Si bien Jungkook sabía que debía calmarse; pero no, no podía, dentro de unas horas el tendría que ir a la fiesta que daría su padre para presentarse como el nuevo líder, estaba lleno de nervios, molesto enojado de no poder hacer nada al respecto y simplemente maldijo su existencia. Solo quería una vida normal, solo quería un hogar, una vida simple llena de libertad y tranquilidad. Pero no podía, su destino le había jugado mal desde que lo vió nacer, su cuna ya estaba bendecida por el dinero maldito y la sangre.

Tomó al mayor de la cintura, para bajarse de la cama mientras mantenía aún su polla dentro de Hoseok y lo arrinconó a la pared. Follandole como si simplemente no hubiera un mañana. El mayor se estremeció cuando el ojos bruno logró dar a su punto dulce; pero estaba siendo tan animal que a esas alturas temía más que su interior casi se desgarrara. Jungkook dio una fuerte embestida cuando logró llegar a su clímax. Hoseok dio un quejido ante aquello tratando de sostenerse de las paredes; pero solo pudo terminar por enrollar sus brazos con fuerza en el cuello del menor como su última salvación.

Jungkook entregó leves besos castos, desde la sien de aquel peli-naranja hasta besar donde se mantenía la arteria yugular del cuello. La respiración caliente sobre aquel punto de piel, hizo al mayor cohibirse, sentirse denso ante esa sensación. El menor siempre que hacía el sexo, terminaba por entregarle leves besos en los mismos lugares. Jungkook cayó hincado aún sin soltar al mayor de sus brazos. Y se rompió en llantos, sin importarle verse vulnerable ante su musa.

Hobi lo abrazó con cariño mientras su hombro recibía las cálidas lágrimas de un joven que estaba tan destruido como él, tan lleno de un dolor interno que no podía como apagarlo. El menor era aún frágil, todavía lloraba como un pequeño niño que necesitaba protección, amor. Hobi inhaló un poco el aroma del ojos bruno para darle leves palmaditas en la espalda. Debía estar pasando por un momento borrascoso.

—Kookie—dijo Hobi con mucha tristeza—.Lo siento...realmente no sé que hacer.

—No importa Musa. Con su presencia me basta—dijo con desanimo para subir su mano al cuello de su mayor y darle leves masajes.—Muchas veces quisiera huir, a un país donde nadie me conozca, donde...soy una persona más.

—Entonces...¿Porqué no lo haces?—preguntó con leve curiosidad su mayor mientras se acomodaba a sentarse en el suelo, Jungkook cedió a su movimiento, soltándolo con suavidad para no ejercerle más daño de lo que ya había hecho.

—No puedo.—dijo sentándose en el suelo, para luego tomar a Hobi con su descomunal fuerza y sentándolo sobre sus piernas—Si fuera tan fácil lo hubiera hecho hace tiempo. Quienes salen del cartel, mueren. Es decir, ni uno ni la otra Musa. Mi muerte está asegurada. Debo darle lástima. ¿Cierto?.

—¿Porqué me darías lastima?.No es tu culpa.

—Musa. Si logro salir de este cartel, huyamos juntos—dijo el menor tomando ambas manos de su mayor para darle un beso casto sobre estos—.Yo lo haré feliz.