C.21

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Hobi contempló el rostro del menor que dormía en su cama, hace poco habían terminado de tener sexo, y no podía llamarlo así realmente, cada roce y toque del menor hacía él, era como escribir poesía sobre su cuerpo, los dedos de su menor eran como las pinceladas de un gran pintor que anhelaba que cada momento que dejaba el rastro de pintura sobre la canva y procuraba que su arte quedara perfecto. Hobi lo sabía, que para Jungkook, tener sexo con él, poseía un significado más profundo que aún del todo no podía comprender.

Mientras estaba acostado las preguntas surgían a través de su mente, su orgullo se posaba por igual, aunque también la duda.

¿Porqué yo?. ¿qué viste en mí?.

El podía preguntarle eso a Jungkook; pero seguramente el menor le respondería: 

"Porque sí"  o seguramente le diría "No hay una razón por la cual no pueda amarlo."

Incluso con aquellas palabras que podía afirmar o no su clara existencia de la relación que mantenía, comprendía-también- que sí el le pedía al muchacho matar a alguien, Jungkook lo haría, que si le pidiera una estrella: Jungkook se lo compraría. Y el temor de lo que el menor pudiera ser capaz por él, le invadió. Un hijo del diablo, enamorado de un hijo de la seducción, vaya combinación más exquisita y peligrosa. Tampoco es como si fuera el único que se encontraba en tal situación. Su amigo Taehyung mantenía una relación con otro hijo del diablo. Pero sabía muy bien que su amigo podía manejarlo, lo tenía comiendo de la mano, bajo su control.

Pero a Hoseok nunca le había gustado dominar a alguien, o usar a una persona como se le antojara. Se bajó de la cama para cubrirse con la bata, sabía muy bien que el menor no se iría hasta que se le antojara. Salió del cuarto y al hacerlo, se encontró con Jin, llorando en el pasillo, era de madrugada, por lo que le extrañó ver a su amigo en ese lugar y con lágrimas. Suspiró preguntándose que había acontecido. Se sentó a su lado, contemplando la pared.

—¿Quieres contarme que ha pasado?.—Hoseok podía ser una tumba, incluso un consejero en la mayoría de los casos, después del segundo cuidador, que era Jin. Seguía él.

—No...no he tenido clientela, nadie ha pedido por mí—dijo este limpiándose las lágrimas—si no gano dinero, no puedo seguir cuidando de mis hermanas. Ni siquiera puedo verlas...una casa de acogida no es muy placentera, tengo miedo que ellas, me vayan a olvidar, son muy pequeñas aún.

—Ellas no te pueden olvidar Jin, eres su familia.—comentó el peli naranja contemplándole con dulzura.

—¿Será que me estoy volviendo viejo?. Ya nadie pide por mí, y además de dar sexo, no soy bueno en otras cosas.—comentó con suma tristeza mientras abrazaba sus piernas. Pero me quedé aquí...cuando me pude haber ido, me quedé porque estaba atado a mis sentimientos y a lo que sentía por Yoongi...he olvidado siquiera lo que se siente ser apreciado.

Junghope||Daddy issues: MusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora