C.1

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No tuvo otra opción que recorrer a la prostitución, su bastardo padre la había dejado una gran suma de deudas, su madre no podía pagarlas y su hermana era aún muy pequeña para tener un trabajo. El tuvo que hacerse cargo de su familia, dejando sus clases de baile, sus sueños, el convertirse en un futuro en un gran bailarín y maestro. Dejó su ciudad natal, con la mentira que trabajaría en una oficina, no quería que su madre se preocupará más, sabía que ella estaba lo suficientemente deprimida por la muerte de su padre y la pena de su mal comportamiento.

-Bien, entonces ya te dije cuales son las reglas-comentó Min Yoongi terminando de escribir unos datos sobre cierto cuaderno-Tú recibirás a tus clientes, sea hombre y mujer-siguió el pálido con un tono serio-el dinero que recibirás, el 30% va a mí, y el 70% se depositará en tu banco.-hizo una pausa-creo que leíste acerca sobre que recibirás hombres y mujeres, aunque claro. Eso depende de tus gustos, si solo te van los hombres, te tiras a ese bando.

Hobi para ese momento recíen había cumplido los dieciocho años, su pelo era negro natural y su cuerpo aún delgado y no tenía experiencia en el sexo, para ser honestos, ni siquiera se había acostado con alguna mujer o un hombre. Su culo era virgen aún. Aunque tenía bien definida su sexualidad, y le gustaban los hombres por mujeres por igual, no por el hecho de haberse acostado con ellos- cosa que no había hecho,aún-si no poruque había tenido los mismos sentimientos de querer a una mujer y un hombre de la misma forma, sin importar su género.

—¿Ya tienes experiencia?—se atrevió a preguntar un joven de pelo castaño mientras se sentaba sobre las piernas de aquel hombre pálido.

Hoseok negó nervioso, era tímido respecto a conocer a la gente extraña, aquel chico que yacía sentado sobre las piernas del otro, era muy apuesto, podía compararla con la belleza de un modelo; pero en cambio el otro, el pálido de pelo negro, le causaba miedo.No le generaba mucha confianza y eso que ahora era su proxeneta.Por así decirlo.

—Oh, eso es un problema, tienes que aprender acerca de eso, aunque las bases seguramente la tienes.-le contempló el pálido cerrando el cuaderno de apuntes con forro de cuero negro.-Jin..tú...

—No, gracias, sé lo que me vas a pedir, no me van los virgenes, además soy de los que me gusta recibir—comentó el castaño cruzandose de brazos.

Hoseok para ese momento no comprendía mucho de lo que estaban hablando. Podía recordar su primera vez como dolorosa, o mejor dicho incómoda, dado que estuvo muy tenso y a pesar que Yoongi le dijo que se relajara, no pudo hacerlo. Después de varios días teniendo sexo con el pálido, quien parecía ser el desvirgador de todos los nuevos.Se acostumbró y unas semanas después empezó su primer dia de trabajo. Los nervios le fallaron la primera vez; pero gracias al cielo, el cliente fué muy amable con él. Recibiendo su primera paga.

Ahora se encontraba allí, en ese mismo edificio, seis años después, con el pelo pintado de un naranja, ya que era un color muy atractivo y llamativo, con el cual no tenía mucho que perder a comparación del peli rosa de Jin y el rubio de Kim Taehyung. Años atrás se hubiera burlado de sí mismo en verse en un lugar de mala muerte, abriendole las piernas a quien le diera dinero. Por alguna extraña razón siempre recibía clientes mayores que él,muy mayores, que andaban entre los treinta y cinco y 50 años. Su apodo era "Hobi" o como otros le decían más cariñosamente"Solecito"; pero Hobi era más reconocido entre sus clientes y los que vivían en el edificio que era de dos plantas.


Se bajó de aquella silla negra y empezó a caminar entre el tumulto de las personas que bebían y conversaban con sus compañeros, llamar la atención no le fue ningún problema, percatándose de algunos hombres quienes le sonrieron con malicia. Hobi sacó una paleta con sabor a sandia que guardaba para relajarse en momentos así, viendo quien podía darle una mejor paga. A lo lejos diviso a Jin que conversaba con Taehyung, otro de sus compañeros de edificio, Jin era muy apuesto y se notaba el aprecio y cariño que le poseía al rubio de Tae. Parecían conversar sobre algo o mejor dicho "alguien". Afinando sus oídos mientras se acercaba a ellos logró saber quien era el causante de la conversación, hablaban de un nuevo cliente que el menor de los amigos había empezado a recibir.

Junghope||Daddy issues: MusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora