—¡Hobi!—le llamó su hermana corriendo hacía su hermano mayor. El peli naranja se agachó un poco para abrazar a la menor. Quien rodeó emocionada sus brazos en el cuello de ese chico tan peculiar. Su madre salió de aquella casa, contemplando a su hija y entregándole las mejores de las sonrisas que podía darle una madre a un hijo que se ha ido por varios años, aunque ciertamente el peli naranja lograba visitarla una vez al mes.
—¿Está vez te vas a quedar hijo?—preguntó ella con su hermosa sonrisa.
—No madre, sabes cómo son las cosas, mañana entro a trabajar de nuevo en la tarde.
Su madre hizo un mohín, sintiéndose triste de nuevo, hace más de cinco años que era lo mismo, ver su hijo una vez al mes, pasar la navidad juntos y él, volvía irse al día siguiente, se preguntaba qué clase de exigencia tenían en el trabajo. No iba preguntarle, sabía muy bien que a Hoseok no hablaba mucho de su trabajo y ella realmente no podía estar más que agradecía, su hijo demostró ser más hombre de lo que su padre fue. Le dolía tener que ver a su hijo romperse la espalda siento tan joven por la culpa de ese hombre que hizo a lado a su familia para irse al manos del alcohol y la puteria. Hoseok tampoco podría verle la cara a su madre, no podía sostener su vergüenza y comunicarle a su madre como hacía el dinero para poder darle una vivienda a ella y los estudios a su hermana.
Y estaba bien, para Jung Hoseok estaba bien no decirle a una de las mujeres que mas amaba de que trabajaban prefería guardarse esa verdad y secreto, que su linda ancianita simplemente viviera en una hermosa mentira hecha por él. Le dolía, no tener que abrazarla todos los días y recordarle lo cuanto la amaba a ella y su hermana; pero lo soportaba, mientras ellas estuvieran bien y su madre sonría junto a una hermana que podía aun tener un buen futuro, podía simplemente soportarlo.
Cuando estaban en el interior de la casa, almorzando juntos, su hermana parecía comer muy bien y al mayor le sorprendía como ella podía comer tanto sin engordar, Hobi tragó un poco del arroz casi estuperfacto por como la menor comía como si no hubiese un mañana, su madre solo entregó una leve risa.
—Estaba pensando amor—interrumpió el acogedor silencio que se había calado por la ventana de aquella humilde vivienda—cuando tu hermana se gradue, ayude también en lo del pago de las mul-...
—No madre—interrumpió su hijo sonriéndole dulcemente—.Sabes que no lo permitiré, te dije que yo me encargaría del problema de nuestro padre.
—Pero amor, nunca vas a tener una vida tuya. Vives por nosotros y no quiero que sea así.—dijo con mucha melancolía contemplando el bello rostro de su hijo—.Además...es mucho dinero. Tampoco puedes estar partiéndote la espalda.
—Me parto otra cosa—dijo este dándole un doble sentido que su madre ni hermana comprendieron, sonrió dulcemente—Madre, mientras yo pueda, lo hago. Usted no debe maltratarse las manos. Por favor—suplicó con la sonrisa más dulce que podía darle a su madre y que también había heredado de ella.
Su madre simplemente le entregó otra leve sonrisa, no iba entrar en detalle y en discusión con su hijo. Hoseok le dio una mordida a su pan mientras bajaba la mirada con mucha pena, realmente no podía decirle a su madre que vendía su cuerpo, ella no necesitaba saberlo, mientras todos fueran felices...estaba simplemente bien para él. No le importaba más lo que era en sí un trabajo. Lo que era la existencia de su felicidad, su mecanismo de la vida había sido creado como la perfecta máquina monótona en lo que ahora era.
Hobi podía pensar muchas veces, seguramente lo hacía, como hubiese sido su vida si los problemas de su padre no fuesen participe de su vida. Hobi soñaba que seguramente el sería un buen bailarín, uno de los mejores, poner una pequeña academia para enseñarle a todo aquel que tenga una pasión al baile, poder tener la cálida familia que siempre soñó cuando solo era un niño. Hobi tenía sueños, o los tuvo; pero las existencias de ellos en un futuro no eran para nada prometedor. Internamente lloraba con solo pensar en una pequeña luz de su vida, en un algo que seguramente ni siquiera le pisa aún los pies.
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Junghope||Daddy issues: Musa
Fanfiction-¿Te sientes triste?, ¿Me dejas hacerte feliz?. Porque Hoseok había olvidado el significado de la alegría, y Jeon Jungkook,se enamoró al encontrar calidez y ternura en un prostituto, encaprichandose de Jung Hoseok. ♚Historia de una de las parejas s...