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[Todo es mi culpa] ♥37

Maratón (2/2 :'v)

Narra ________

—Bien, chicos, ya son las cuatro así que vayan preparando sus cosas y nos volvemos —escuché del profesor.

Abrí mis ojos, me senté y bostecé. Volteé mi cabeza y allí estaba Jimin durmiendo a mi lado. Me dieron ganas de apretar sus mejillas, pero me retracté ya que si lo hacía terminaría con algunas patadas marcadas en el estómago, una vez Tae lo hizo y terminó así.

—Jimin —dije tocando su brazo. Me miró adormilado—. Es hora de irnos —le sonreí.

Él se levantó y me ayudó a doblar la manta para luego meterla en la mochila. Busqué a Lisa y le entregué su mochila. Me quedé con ella en lo que nos contaban para verificar que estábamos todos. Una vez que ya se aseguraron comenzamos a bajar.

El profesor puso a cargo a algunos chicos para que ayudaran. Comencé a bajar sosteniéndome de las rocas a los costados, bajé la primera parte. Ahora tenía que cruzar el mini río. A pesar de ser mini, la corriente era muy fuerte ya que estaba al lado de la cascada y el agua salpicaba mucho. Salté la roca con cuidado y tomé la mano de aquel chico, él me sostuvo y me ayudó a cruzar. Después venía otra bajada, esta no la podía saltar así de fácil, por eso estaba Jungkook allí para ayudarme. Me senté y me sostuve de sus hombros para que él me tomara de la cintura y pudiera bajarme. Bajé y él me sostuvo con fuerza, nuestros rostros pasaron tan cerca que fue ahí que mis mejillas ardieron, casi me di un beso con Jungkook.

Seguí caminando y tuve que volver a cruzar el mini río porque ya no había más camino. Lo crucé fácilmente y ahí terminó todo. Me reencontré con mis amigas y nos quedamos allí charlando. Cuando ya todos habían cruzado nos dispusimos a volver.

Ahora todo estaba en picada, teníamos que tener cuidado a pesar de que no estaba muy empinado, pero cualquiera podría haber caído de hocico. Era una de las últimas, iba con algunos de mis compañeros, no hablaba mucho con ellos, pero sí los conocía. El profesor iba detrás de nosotros, pero no sé en qué momento yo pasé a ser la última de todos. Si yo paraba aquí ya no podría encontrar a alguien para que me guiase, así que no debía de distraerme.

Iba mirando el suelo cuando me di cuenta de que habían dos caminos. Mi corazón comenzó a latir muy rápido, no veía a nadie cerca. Tomé el camino de la derecha, caminaba rápido, estaba en estado de nerviosismo extremo.

—¡Puta madre! —grité. El camino que había tomado acababa allí ya que no se podía avanzar más, unos arbustos me lo impedían.

Me di la vuelta y corrí por donde había venido. Mi corazón iba a salirse de mi pecho, ese lugar, al que había llegado, no se parecía al lugar en donde estaban los dos caminos. No sé por dónde había venido, me había perdido.

Volví a correr por el camino donde estaban los arbustos, pero en mi pie algo hizo "crack" y supe lo que era. Caí rendida al suelo, el dolor era fuertísimo. Mis lágrimas comenzaron a caer, y no pude mantenerme callada. Empecé a llorar fuerte, a ver si alguien me escuchaba por lo menos.

No sé cuántos segundos pasaron pero si me quedaba quieta llorando nadie me iba a encontrar.

Me paré como pude, sí podía apoyar mi pie, pero dolía al hacerlo. Analicé el lugar, estaba el camino por donde acababa de regresar y luego había una salida a la derecha, debe ser que vine de allí. Me metí allí y sí, ahora podía ver el otro camino. Empecé a caminar por el camino de la izquierda. Habían demasiadas bajadas por donde debía saltar, no podía resistir más.