CAPÍTULO 06.

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Veo bastante entretenida como Shane le hace una llave a Daryl. Se ponen a discutir sobre el paradero de Merle. Daryl grita como un loco que va a volver a por él y Rick dice que también irá. ¿Está de coña? ¿Acaso no sabe lo peligroso que está Atlanta? Ya escapó con ayuda de algunos del campamento y ahora va a volver a por Merle. Me dan ganas de abofetearlo. 

—¿Ese es tu gran plan?—le pregunto frente a todos—solo ir con Daryl y ya. 

Rick me mira intensamente pues que yo sepa sigue igual de mosqueado conmigo. Pero ahora que sé que está vivo y sabe que tiene un hijo, no quiero que le pase nada malo. Su mirada se dirige a la de Glenn. 

—Ah no me jodas—se queja él enseguida. 

—Tú sabes ir has estado antes y has salido sin problemas, lo dijiste antes. Pedirtelo no es justo, ya lo sé, pero me sentiría mejor si tu vinieras y  sé que ella también. 

Sus ojos azules vuelven a mi. ¿Le importa que me preocupe? Lori nos mira mal pero se queda callada. 

—Estupendo ahora arriesgamos tres hombres—suelta Shane. 

T-Dog también se ofrece voluntario, bueno él fue quién perdió la llave. 

 —Ya son cuatro—dice Dale. 

—No solo solo cuatro—le interrumpe Shane—nos pones en peligro a todos, que lo sepas Rick. Ya viste a ese caminante, llegó hasta aquí, están saliendo y si vienen necesitamos a todos los hombres para poder proteger el campamento. 

¿Y nosotras somos damas en apuros que necesitan ser rescatadas? Alissa y yo somos buenas a la hora de protegernos, sabemos trabajar en equipo. 

—Yo diría que lo que necesitáis son más armas—contesta Rick a medida que frunce el ceño. 

—Claro, las armas—recuerda Glenn. 

—¿Qué armas? 

—Seis escopetas, dos rifles y más de una docenas de revólvers. Limpie la armería de la comisaria antes de irme. La bolsa se me cayó en Atlanta cuando me rodearon, y sigue en la calle esperando que la coja. 

—¿Hay munición?  

—Setecientas balas variadas.

—Has atravesado el infierno para venir—dice Lori—consigues llegar hasta aquí, ¿y ahora vas a marcharte? 

Muy a mi pesar estoy de acuerdo con esa mujer. 

—Papá, yo no quiero que vayas. 

Le cho un vistazo a Dylan y él se encoge de hombros, me susurra que no se entera de nada y casi que lo agradezco. Rick suspira y vuelve a mirar a su familia.

—A la mierda las armas. Shane tiene razón, Merle Dixon no vale la vida de ninguno ni siquiera con esas armas. Verás Rick, preferiría entenderlo. 

—Tengo una deuda con un hombre que me encontré y con su hijito—le explica a su mujer y esta le señala a Carl—. Lori, si no me hubieran acogido habría muerto. Gracias a ellos he podido llegar hasta aquí. Dijeron que me seguirían a Atlanta y si no les aviso caerán en la misma trampa que yo. 

La verdad es que prefiero guardar silencio y que se maten a gritos entre ellos. Rick es muy cabezota y cuando algo se le mete en la cabeza no hay nadie que lo detenga. 

—¿Qué te lo impide? 

—Hay un walkie talkie en la bolsa que se me cayó, él tiene otro y nuestro plan era contactar cuando se acercaran. 

—¿Nuestros walkies?—pregunta Shane.   

—Sí. 

—Usa la radio—dice Andrea—¿qué tiene de malo? 

La otra familia. [Rick Grimes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora