La otra familia. [Rick Grimes]

CAPÍTULO 15.

Levanto la mirada y siento la necesidad de llorar al ver a Alissa entrando. Suelto la mano de mi hijo y me refugio nuevamente entre los brazos de mi mejor amiga, de mi hermana. Las dos lloramos y todo el mundo está en silencio. Cuando se separa de mi, me aparta despacio y veo que se abalanza sobre Rick y le da una bofetada. Me quedo de piedra sin saber que hacer, Glenn la coge por la cintura y la aparta de él al intentar darle otra.

—¿Cómo pudiste dejar que le pasara esto? ¡Tu deber era cuidar de Dylan!

Alissa llora entre los brazos de Glenn y yo sigo estática en mi sitio. Veo como los ojos de Rick se cristalizan y me siento mal por ello. ¿De qué lado me tengo que poner? 

—Fue un accidente—susurro sin querer discutir con nadie.

—¿Vas a ponerte de su parte?—chilla todo lo que sus pulmones le permiten—. Tú hijo está postrado en esa cama con una bala en el abdomen.

No me deja explicar como sucedieron las cosas. Miro de reojo a Rick y me contengo para no discutir con ella. La entiendo, yo estaría igual si algo le hubiera pasado a Mateo. Mi amiga sigue llorando y como puedo la saco de la habitación. Ella misma se dará cuenta de su error y le pedirá una disculpa a Rick. Hershel les pide a todos que abandonen la habitación y como es el dueño de la granja, todos obedecen. Glenn me da un corto abrazo y me dice que si necesito algo que le avise. Se lleva a Alissa a la fuerza y yo me siento al lado de Rick. Él tiene la mirada perdida, se siente muy culpable. Agarro su mano y la entrelazo con la mía. Ahora Rick también es mi familia y mi deber es apoyarlo en todo lo que pueda aún así este muerta de miedo por lo que le ha pasado a mi hijo. No es su culpa.

—Si no vuelven pronto, tendremos que tomar una decisión—nos comenta Hershel.

—¿Qué decisión?—pregunta Rick tras aferrarse a mi mano.

—La de si debemos operar a su hijo sin el respirador.

—Dijo que no sobreviviría —murmuro completamente aterrada.

—Ya lo sé. Es muy poco probable pero no podemos esperar mucho más.

Sus palabras me taladran el corazón, el pánico se apodera de mi. ¿Mi hijo se va a morir? Si llega a existir esa posibilidad yo seré la siguiente en irme. No pienso vivir en mundo donde mi hijo no esté, no podría estar sin él. Me llevo la otra mano a la cara y me restriego los ojos, impidiendo que nuevas lágrimas se deslicen por mis mejillas. No puedo estar ahí mucho más tiempo, necesito mi espacio. Suelto la mano de Rick y salgo de la habitación. Siento que el aire se atasca en mis pulmones y me ahogo. Tomo aire al salir de la casa y agradezco que nadie me haya seguido. Mi soledad dura muy poco cuando veo a Rick caminar hacia mi a paso lento. Los dos estamos completamente mal.

—Repíteme que fue lo que pasó—le suplico sin la intención de soltar ni una sola lágrima.

Parece como que poco a poco me voy quedando seca. Rick me mira con compasión y suspira.

—Carl vio un ciervo y le animó a Dylan a acercarse con él. Nosotros nos quedamos a cierta distancia de ellos, disfrutábamos de la inocencia de los niños... —parece que cada vez le cuesta hablar más pero yo necesito que vuelva a repetir todo porque o sino me voy a volver loca—entonces vi como Dylan empujaba a Carl y después todo pasó tan rápido, escuché el sonido de un disparo y segundos después él caía al suelo. Le salvó la vida a su hermano.

—¿Cómo puedo volver atrás el tiempo? Siento que he fallado como madre.

Rick apoya una mano sobre mi hombro y me mira.

—No es nuestra culpa, Alexa, no sabíamos que esto iba a pasar.

—Me siento culpable, le falle a mi bebé—confieso.