CAPÍTULO 12.

9.8K 611 130
                                    

El aire es tan tenso que se puede corta con un cuchillo, no sé en que momento he aceptado ir en el mismo vehículo con Lori, Rick y Carl. Pero debo acostumbrarme a estar cerca de esa mujer así que pongo la sonrisa más falsa que puedo y escucho como Lori relata una historia sobre un viaje que hizo con Rick y su hijo. La miro por el espejo retrovisor ya que estoy conduciendo y Rick va de copiloto. Dylan va al lado de Carl y a su lado está su madre. Las dos familias encerradas en un mismo coche, solo había plaza para cinco personas. Alissa se metió en otro coche con su hijo, Carol, Andrea y Sophia, me dijo que estaba loca por aceptar la propuesta de mi novio. Parece que jugamos a la casitas, donde todo es perfecto e ignoramos el hecho de que Rick está con su ex mujer y su actual mujer. Pero que le vamos a hacer, el mundo se fue a la mierda hace mucho y no podíamos dejar tirada a Lori, por lo menos yo la hubiera dejado en una cuneta. Vale, no la soporto del todo y supongo que ella no me aguanta. Los tres adultos acordamos en llevar la fiesta en paz por el bienestar de nuestros hijos. 

—¿Podemos ir?—preguntó Carl—al gran cañón. 

—Y a mi—contesta Dylan—¿podemos ir, mami?

Nunca hice ningún viaje con Rick. Oh bueno sí, me acuerdo que pasamos un fin de semana bastante romántico en una cabaña preciosa. Rick puso una excusa sobre que tenía que salir por el trabajo. Fueron los dos días más emocionantes que vivimos en nuestra pequeña aventura de amantes. 

—Claro que sí, mi vida. Será divertido ir todos en familia—suelto de manera sarcástica. 

Los niños no notan mi tono de voz, en cambio los adultos lo pillan de inmediato. Opto por no reírme y sigo conduciendo. Enseguida apago el motor del coche al ver que la caravana ha parado. Salgo y espero a Dylan, el cual sale disparado a agarrar mi mano, juntos nos encaminamos a averiguar el problema. 

—Lo advertí. Lo dije mil veces se ha ido al garete—dice Dale. 

—¿Algún problema, Dale?—pregunta Glenn. 

—Solo el problema de que estamos atrapados en mitad de la nada sin...—echa un vistazo al panorama, donde hay cientos de coches con cosas que nos pueden servir—. Vale, no he dicho nada. 

—Si no encontramos un manguito aquí—comenta Daryl revisando un coche—esto está lleno de cosas. 

T-Dog dice que irá a sacar combustible de los vehículos, el resto nos esparcimos para buscar agua y comida. Como siempre voy con Alissa y veo que Mateo charla con Dylan a nuestro lado. Antes de que me aleje mucho, Rick me detiene. 

—Iré con los niños mientras tanto—nos informa Alissa. 

—Vale, gracias—le dice Rick. 

Nos alejamos un poco y él me coge de la mano para ir tras la caravana. Me cruzo de brazos y espero pacientemente a que coja aire, se ve un poco molesto. Uy, ¿por qué será? Vale, no me voy a reír. Me acuerdo que una vez nos pusimos a gritar en mi apartamento y comenzamos a tirarnos cosas, digamos que él no era de gritar hasta que me conoció. Nunca peleaba con Lori pero conmigo era como un perro que no paraba de ladrar, sin duda era gracioso vernos discutir. Obviamente todo no iba a ser color de rosa teníamos nuestras diferencias y celos.    

—Te voy a pedir que no seas tan sarcástica delante de los niños—cuando intento abrir la boca para defenderme no me deja—sé que vas a decir que lo llevas en los genes—asiento con una gran sonrisa—pero intento que Lori y tú os llevéis bien. ¿A que ha venido eso de ir todos juntos en familia? 

Su caro de enfado me da toda la ternura del mundo. 

—¿Sabes que me excita mucho cuando te enfadas?—pregunto con un tono de voz bastante provocativo. 

La otra familia. [Rick Grimes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora