Un Destino

Solo un sueño

Corría y corría. No sabía de quién, ni por qué, pero aún así lo hacía hasta que quedé atrapada. No tenía salida, los que me perseguían, fueran quienes fueran, me atraparían. Se acercaban, lo sabía, ya que una luz cegadora se acercaba con ellos. Coloqué mis brazos al frente de mi cara, como si fueran un escudo, cerré mis ojos y sentí como esa poderosa luz se acercaba...

En eso desperté. Solo fue un sueño, otro estúpido sueño. Miré hacia el reloj, las 10:45 am, me levanté de la cama y fui directo al baño para cambiarme. Hoy era el último día de las vacaciones e iría con mis amigos a nuestro lugar especial, a hacer nuestra última estupidez del verano.

- Hola cariño, ¿cómo amaneces?- me preguntó mi madre al verme en la cocina.

- Bien solo que tuve otro de esos sueños...

Mis padres sabían acerca de ellos, la primera vez que tuve uno de estos sueños fue hace cuatro meses y en él veía como morían personas, le dije a mis padres, ya que tenía mucho miedo. Un par de semanas después éste se hizo realidad, un incendio en un edificio dos cuadras más arriba, 7 muertos y 11 heridos. ¿Casualidad? No lo creo, pero mis padres dicen que fue coincidencia y nada más.

- Isa... Isa...  ¡Isabella!

- ¡Ah! Si si, ¿qué pasa?

- Mi niña, ¿cómo fue el sueño?- preguntó mi padre.

- Pues fue muy extraño, ya que...- no pude continuar  porque sonó mi teléfono- ¡Diablos! Mamá, papá, me tengo que ir o llegaré tarde. Se los cuento cuando llegue, ¿Ok? Ok. Bye, los quiero- dije lo más rápido que pude para poder salir de ahí.

A penas salí de la casa, empecé a correr en dirección de nuestro lugar. No era otra cosa que una vieja casa abandonada que encontramos en el bosque hace unos años, la reparamos y decidimos que ese sería nuestro lugar (ya sea para hablar, llorar, reír, escapar o pensar). El bosque no se hallaba tan lejos de mi casa, por ende, en menos de 10 minutos llegué.

- ¡Hey! Miren quién llego al fin- Dijo Federico, uno de mis amigos.

- ¡Ay! Federico, no seas tan tú- dijo Andrea acercándose a mi mientras Fernando y James se reían de él- ¿Cómo estás?- me preguntó con cierta cara de preocupación.

- Después te cuento- le susurré- entonces camaradas, ¿quién está listo para nuestro último y más loco día del verano?- empezaron a gritar yo uno por uno hasta que James dijo...

- Isa, falta Katelyn- ¡ains! verdad.

- Bueno, habrá que esper...

-No no, ya llegué- dijo mientras recuperaba el aliento.

- Bueno, falta alguien más- James negó con la cabeza- entonces... ¿Están listos?

Fue un día demente, ya eran las 5:17pm y nos estábamos despidiendo de los muchachos, porque ellos tenían una pijamada, y nosotras nos dirijamos a nuestro lugar.