Una mirada al pasado

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Una vez en mi casa, saqué de la cocina toda la comida que pude y me dirigí a mi habitación. Saqué mapas, hojas, cuadernos, lápices y todo lo que necesitaré para averiguar donde esta ese  tal bosque negro. Apagué mi teléfono ya que no dejaba de vibrar, coloqué música de fondo y en ningún momento dejé de buscar. Me encerré en mi cuarto al rededor de unas 2hrs, estaba empezando a rendirme; hasta que un brillo llamó mi atención. Giré para ver que era, una carta de mi abuelo se encontraba en la cama; justo lo que necesitaba. Me acerqué a ella y empecé a leerla:

"Querida Isabella;

Vas por muy buen camino, si sigues así nos estaremos viendo antes de lo pensado. Y así será, en visto de que no se te ha dado la ubicación exacta de Tierras Neutras necesito que mañana mismo nos veamos en la casa de tu bisabuela entre las primeras 10 horas del día, sin falta. Te guiaré a un lugar en el que podrás obtener mucha más información, la biblioteca sagrada; sólo los Grixphens más importantes tienen permitido el pase, que suerte que somos uno de ellos. No hay de que temer Isa, todo saldrá bien; no le digas a tus padres ni a nadie. Cuanto menos sepan mejor, ve con mucha cautela preciosa; si yo he podido comunicarme contigo no dudes en que los Saudirens u Oscuros también podrán. Isabella, tienes que llevar  un bolso como de excursión, y trata de no obtener ningún efecto secundario; encuentra su origen para así poder evitarlo. Te veré mañana y empezaré a explicarte las cosas como se deben.

Att: tu abuelo Jonh."

Esto es bueno, al fin alguien me dirá lo que pasa. Sonreí como nunca antes en mi vida, estaba más feliz que feliz; y sin haberme dado cuenta, me encontraba flotando otra vez. Sólo que esta vez me encontraba mucho más lejos del suelo, trate de recordar lo que me dijo mi hermano sobre lo efectos secundarios... "...estos se hacían presentes en la vida del individuo; como una clase de efecto secundario. Ya sea emocionalmente, físicamente o mentalmente...". Una palabra llamó mi atención "emocionalmente", seguro era eso pero; ¿cuáles son las emociones que lo activan?. Haber Isabella, solo piensa; ayer cuando estaba con Thomas mi enojo hizo que me prendiera fuego y hoy me estaba riendo como nunca antes de empezar a flotar; y ahora estoy muy feliz. ¿La ira provoca fuego y la felicidad que flote? Un poco extraño pero está bien, por lo menos ya se que no sentir para mañana. Estaré bien, es tu abuelo; que no has visto desde quien sabes cuando, lo volverás a ver y te explicará lo que te pasa. Perfecto.
Guardé todo lo necesario para mañana, saqué un conjunto especial, tomé una ducha, me cambié y me propuse a descansar lo suficiente para mañana pero fue imposible. Por alguna extraña razón no dejaba de pensar en lo de está mañana, Thomas es parte de ellos, no lo puedo creer. El tema me daba vueltas en la cabeza, sin dudas mañana le preguntaría a mi abuelo que relación tiene Thomas con todo esto, ojalá y sea una mentira. Hasta que finalmente, concilie el sueño.

No veía nada, pero oía todo a mi alrededor; estaba en una especie de carreta, lo sabía ya que podía oír la característica pisada de los caballos, la carreta se detuvo y un "abran la puerta" se hizo presente. Trate de soltarme pero tenía las muñecas amarradas, la carreta se volvió a detener y los pasos en mi dirección no tardaron en aparecer.

-Es una lastima que el rey la necesite viva.

-Así es, todas las cosas que haríamos con ella- soltaron dos carcajadas- camina niña.

Las personas que me empujaban hacía no se dónde no tenían modales ni respeto por las mujeres, no necesitaba verlos como para saber que eran unos completos idiotas. Finalmente dejaron de empujarme pero lo que hicieron después me dolió más, uno de los hombres, si es que se les podía llamar así, golpeó mis rodillas haciendo que cayeran al suelo; jalaron mi cabello para que levantara la vista y me quitaron la venda de los ojos. Estaba en una mansión o parecido, era bastante hermoso en mi opinión; mis ojos viajaron por todo el lugar dando a destacar la preciosa pintura que se encontraba en el cielo raso. Más que una mansión parecía un castillo, mi vista se enfocó en la persona que se encontraba sentada frente a mi, llevaba un traje muy elegante, una capa de piel y una corona; con que este es el supuesto rey, pensé.  Él al verme sonrió complacido y se paró de su trono, caminó a mi alrededor y con un gesto de manos ordenó a que todo el mundo saliera de la habitación, y eso hicieron; dejándonos solos.

-¿Quién diría que terminarías así, querida Natalia? Como el premio de un rey- se rió ante lo que dijo, creo que esta confundido.

-Estás muy equivocado Ricardo, no te saldrás con la tuya- de alguna manera esas palabras habían salido de mi boca, ¿pero qué sucede?

-Creo que ya lo hice- volvió a reír, esta vez, dejando ver un amuleto que llevaba en el cuello; ese símbolo yo lo he visto antes- Arturo, llévala a la torre- dijo maliciosamente y regreso a su trono.

El tal Arturo llegó y no era nada más ni nada menos que Thomas, ¿pero qué hacía aquí? Me hizo una seña de que mantuviera silencio y eso hice. Unos guardias aparecieron y junto a Thomas me escoltaron a, literalmente, una torre. Me dejaron ahí como si fuera un saco de papas y cerraron la puerta; unos golpes se escucharon y la puerta volvió a abrirse, Thomas los había derribado, sorprendente.

-Lo lamento princesa, debí sacarla antes de aquí- ¿princesa? ¿Cómo que princesa?

No Thomas no es lo que crees, yo no soy la persona que buscan, ellos estan...

-Arturo, descuida; no fue culpa tuya, fue mía. A demás, cuantas veces te he dicho que me llames Natie- una chica justo igual a mi me paso al lado, como si yo fuera invisible.

-Natie yo...- no dijo más nada porque nos estábamos besando, bueno a ella; sinceramente no entiendo que pasa- tengo que sacarte de aquí.

La agarro de la muñeca y empezaron a correr, sin saber por qué, yo imite su acción; corrimos por todo el castillo, ya estábamos cerca de la salida pero unos guardias bloquearon el paso. Estábamos rodeados, voltee en busca de una salida y en vez de eso, me topé con un espejo. La chica a mi lado también se estaba viendo en él, eramos exactamente iguales ; sólo que ella llevaba un vestido muy conservador y yo... Bueno, mi pijama. Los guardias se acercaron más a nosotros y nos atraparon. Por un lado me o nos llevaron a nosotras y del otro, se llevaban a Thomas, mejor dicho, a Arturo.

-Arturo- gritó la chica a mi lado.

-Natie, no te preocupes todo va a estar bien...- la espada de un guardia lo había atravesado.

NOOOOOO!- gritamos ambas, no podía oír más nada con claridad, todo se volvía borroso, todo iba desapareciedno...

-¡Thomas!- grité, había sido un sueño, ¡ay no! Había sido un sueño, tengo que asegurarme que Thomas este bien, abrí mis cortinas y Thomas estaba saliendo de su casa. Solté un suspiro de satisfacción y alivio, en seguida recordé lo que haría el día de hoy. Me arreglé y salí de mi casa con rumbo al colegio, o eso les hice creer; después de estar lo suficientemente lejos de ella, tomé un desvío que daba hacia la casa de mi bisabuela, sólo espero que esto no sea un error y que al fin alguien me diga lo que necesito saber...
Llegué al lugar en el que nos veríamos y la puerta se encontraba abierta, no hizo falta que cruzara el umbral de esta; él estaba ahí, esperando por mi. Sin pensarlo dos veces, corrí a sus brazos y nos fundimos en un abrazo, esos abrazos que ningún hechizo me haría olvidar.

-¿Lista para esto?- preguntó una vez que nos separamos.

-Lista.

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