La cadena de plata

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-Isa- alguien me llamaba, ya había salido de la clase. Me giré para encontrarme con la persona que minutos antes dijo mi nombre y no eran nada más que Fernando y Federico.

-¡Hey!- los saludé una vez que se encontraron a mi lado- ¿qué pasa?

-Nos preguntábamos si quisieras venir con nosotros a ver una película- me preguntó Fernando.

-¿Qué película?- pregunté, ¿pero por qué lo hice? Igual no voy a ir.

- Una de terror- contestó Federico, eso sólo hizo asegurarme de mi respuesta.

-No- dije segura- tengo planeado ir a la casa de mi bisabuela a buscar algo.

-Está bien- contestó Federico desilusionado.

-Si cambias de opinión, vamos a ir al cine de Florida a las 4:00pm

-Ok, adiós.

-Adiós- dijeron los dos al mismo tiempo.

Me dirigí a casa, al llegar mi hermana menor me recibió con un cálido abrazo y una hermosa sonrisa; yo le devolví el gesto. Mi hermano seguía en clases y mis padres se encontraban en su habitación, fui a la mía y me cambie de ropa, preparé un morral con todo lo que pensé que necesitaría para la casa de mi bisabuela y junto con eso, el diario de mi abuelo Jonh. Les dije a mis padres que iría a ver a los chicos para que me dejaran ir, salí de mi casa y... Thomas no estaba, no se por qué pero eso me alegro. No lo tomen a mal, Thomas me cae súper bien y todo pero esto tendría que hacerlo sola; y sabía que si se aparecía y preguntaba para acompañarme no podría decirle que no.
En fin, después de una hora caminando (ya que me perdí más de una vez) llegue a la casa de mi bisabuela. Al entrar estaba como me lo esperaba, toda sucia; así que me dediqué a limpiarla. Puse un poco de música y después de unas horas limpiando, cantando y bailando, la casa de mi bisabuela quedo como la que recordaba; estaba feliz. Observé todo el lugar con orgullo de lo que había logrado en tan solo 2hrs y 30mins, hasta que un resplandor me cegó. Me acerqué al lugar del que provenía el brillo y pude ver que era la cadena que mi bisabuela siempre traía encima; consistía en una cadena de plata con un dije de mariposa que  tenía en las alas, cada una, dos gema de diferente color. Una lágrima rebelde recorrió mi mejilla, la limpie e inmediatamente me coloqué la cadena de mi bisabuela. Volví a observar el lugar y había otra carta, esta tenía una letra diferente a la de esta mañana y se notaba que estaba escrita con un tintero...

+¿Qesperas?
-Emmm... Disculpa pero, ¿quién te invitó?
+Ya deja tus ridiculeces y toma esa estúpida carta.
-¿Y que si no quiero?
+Claro que quieres Isabella, no puedes mentirme. Soy tu subconsciente, ¿o lo olvidas? que sabes de quién es esa carta y...
-No quiero.
+¿No quieres qué?
-Leerla; ¿qué pasa si encuentro algo que no me gusta? ¿Qué pasa si me regaña por algo que hice mal? ¿Qué pasa si menciona algo que yo no recuerdo? ¿Qué pasa si...? Yo... Tengo miedo de lo que pueda decir.
+Lo , lo siento también. Pero no debes temer, o por lo menos no de eso o por ahora. Es solo una carta, tu bisabuela te adoraba; lo porque lo puedo recordar. Dudo que ella haya sido capaz de escribir algo cruel o parecido, debes confiar. Debes ver la luz en la oscuridad...

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