Advertencia

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Estaba en un bosque, frente a un lago, era noche. Las estrellas brillaban, la luna se lucía ante ellas con su esplendor pero, no sabía por qué, me sentía vacía; triste. Me senté metiendo mis pies al agua y esperando que la sensación me hiciera reír, cambiar mi humor, pero estaba muy triste, deprimida, mal. Sin haberme dado cuenta estaba llorando, mi cuerpo sabía lo que pasaba pero mi mente lo ignoraba; en el lago se empezaron a asomarse recuerdos, recuerdos de Thomas, miles de imágenes de él; y solo de él, se aparecieron en el lago, mientras sonreía, reír, me regañaba, concentrado, confundido, de todas las formas. Una sonrisa se formo en mi rostro y gracias al reflejo me pude dar cuenta que era una sonrisa nostálgica, ya me había preocupado, ¿qué pasa y qué tiene que ver Thomas en esto? El agua en el lago comenzó a moverse como si hubiese pasado un terremoto, todo había empezado a desvanecerse y el sentimiento de culpa y tristeza creció en mi, me tiré al suelo y los sollozos se hicieron más grandes.

-No te preocupes acerca del futuro Isa, tú puedes cambiarlo; tú tienes el poder para reescribir tu destino...- dijo un voz que reconocí al instante como la mi bisabuela, giré a todos los lados para ver si me la encontraba, ella estaba detrás de mí con los brazos extendidos, corrí hacía ella, la abracé y comencé a llorar en su pecho, aun sin saber por qué. Ella acariciaba mi cabeza mientras tarareaba una canción- tranquila mi niña, eso no ha pasado aún pero puedes cambiarlo Isabellita, siempre has podido y siempre podrás...

Desperté un tanto confundida, ¿qué era eso por lo que con tanto afán lloraba y ella tanto decía que podría a cambiar? Sin respuesta, salí de la habitación en la que estaba y me dirigí a la cocina, tenía un hambre. Al llegar Damián y Andrea estaban comiendo algo mientras hablaban muy plácidamente para mi gusto y Katelyn, estaba a un lado de ellos siendo completamente ignorada, reía ante la situación; me acerqué al microondas y saqué de ahí unos sandwiches que parecían ser para mi, con ellos en la mano me fui a la mesa, me senté junto a Katelyn. Estaba preparada para comenzar a devorar mi desayuno pero las risas cursis de mi hermano y mi amiga me lo impedían.

-Oye Dan, recuerda que es MI amiga, dejala en paz y ambos, ya dejense de cursilerías, no me dejan comer. Todos sabemos que se aman pero vaya a mostrar su amor a otra parte, gracias- Katelyn se reía a carcajadas, Andrea estaba muy sonrojada al igual que Damián, solo que él me miraba como si fuera a matarme.

Terminé de desayunar y dirigí a la biblioteca de la casa, si había una, todo gracias a mi y James. En el trayecto oí un ruido nada agradable y con él, una brisa muy sospechosa se hizo presente, aceleré mis pasos, en vez de ir a la biblioteca me dirigí a mi habitación... El lugar era un desastre. Todas las cosas estaban en el piso, papeles, sábanas, todo; grité un "vengan" y los pasos empezaron a aparecer; me acerqué al lugar en el que había puesto el diario unificado y como pensé, no estaba.

-No, no, no... no está- dije preocupada, busqué en todas partes el diario pro era inútil, no estaba.

-Isa, ¿qué pasó aquí?- preguntó Dan una vez en la habitación.

-No lo se, todo estaba bien hasta que ese ruido y la brisa, tuve un mal presentimiento y vine corriendo pero ya era tarde, alguien saqueo todo mi cuarto buscando...- ahí fue cuando lo encontré- buscando esto.

-¿Qué es eso, Isa?- preguntó mi papá.

-Eso es lo que creo que es...- mi abuelo se adentro a la habitación y tomó el diario en sus manos- es el diario de los Guardianes, ¿Dónde... Cómo lo conseguiste?

-Larga historia, muy larga, otro día se las explicaré; lo prometo. Ahora tengo que esconderlo pero... primero voy a separarlos.

-¿Separarlos? Pero queridas, ¿de qué estás hablando?

-Vuelvo y repito; larga historia- me voltee a ver al diario, lo examiné por unos instantes, luego lo abrí y empecé a leer si tenía algo que me ayudaría a separarlos.

-No sabes como hacerlo, ¿verdad?- preguntó Damián, imaginaba su cara de indignación detrás de mí pero la ignoré.

-No, no se pero puedo aprender- coloqué el diario sobre la cama, lo miré y dije- "vuelve a la normalidad, regresa a lo que era antes, un montón de diarios insignificantes."- el diario brillo por unos segundos mientras se elevaba, dejó de brillar y se pudieron apreciar los cinco diarios, regresaron a la cama.

-Hija, cielo, ¿qué idioma estabas hablando?- mis padres me veían aterrados, mis amigos y hermano sorprendidos mientras que mi abuelo lo hacía con orgullo.

-Ese idioma es nuestro idioma natal, se llama Altaria; solo nosotros lo sabemos- dije con seguridad- y es justo por eso que voy a tratar de cambiar el idioma de los diarios a ese- observé los diarios con determinación y abrí cada uno en una página al azar, cambien por favor, cambien. Cerré los diarios y cuando los volví a abrir todos estaban en Altaria- ok, este es el plan; cada uno de nosotros tendrá un diario- se los fui entregando, uno a mi hermano, uno a cada una de las chicas, uno a mi abuelo y el último me lo quedé yo- están en Altaria, no pueden decodificarlos pero de todos modos, mujer prevenida...

-Vale por dos- dijeron todos al unísono, yo sonreí pero sentí como mis ojos cambiaban de color, una visión.

Era Craig, él estaba frente al edificio al que entré la primera vez que fui a Tierras Neutras, levantaba una mano y muchos hombres y mujeres que estaban detrás de él con una capa vinotinto oscuro corrían a atacar a las personas que se encontraban protegiendo la entrada al edificio, la batalla se hacía cada vez más severa y los Oscuros estaban ganando; vi a Thomas. Toda la visión se detuvo mientras me acerquaba a él, tenía un rasguño en el cachete y estaba golpeando a uno de los Oscuros que se encontraba a su alrededor. Me asusté mucho al pensar lo que podría pasarle, la visión continuó pero mi vista solo se enfocaba en él; en Thomas. Craig había logrado entrar y su risa se apoderó de mis oídos al igual que de los de Thomas, con un hechizo, congeló a todos los Oscuros que se encontraban a su alrededor y fue tras Craig, solté un grito de "no" pero sabía que no podía oirme...

La visión acabo, algo en mi decía que estaba a tiempo de impedir aquella barbaridad. Recogí todas mis cosas, arreglé el cuarto, empaqué lo necesario en una mochila mientras trazaba una ruta de salida, claro que hice todo eso con mis poderes. Sentía la mirada desaprobatoria de mis padres y uno de ellos me preguntó:

-¿A dónde crees que vas?- era mi madre, ella siempre ha sido más sobreprotectora que mi padre, pero nadie le gana a Damián.

-Tuve una visión, de algo que ocurrirá en Tierras Neutras y no puedo quedarme aquí sentada sin advertirles- dije regresando al mapa- además, algo le puede pasar a Thomas y no quiero que le pase nada-mi madre iba a hablar, sabía que iba a decir algo como "olvídate jovencita..." o "es muy peligroso..."- No voy a dejar que le pase nada- eso hizo que se callara, solo me asintió con la cabeza.

-Yo voy contigo, ¿no pensabas que iba a dejarte ir sola o si?- dijo Katelyn.

-Yo también voy, además eres MI amiga y si algo te pasa, mataré a quien lo hizo- dijo Andrea sonriendo y apoyando uno de sus brazos en mi hombro.

-Y yo también voy- dijo James... esperen, ¿James?

-¿Cómo es que hacen eso?- pregunté, no es la primera vez que salen de la nada, todos rieron.

-Bueno, ¿estamos listos?- dijo mi abuelo, él agarró del brazo a James y Kate y yo a Andrea; asentí con la cabeza. Hicimos el encantamiento y ya estábamos en la frontera de Tierras Neutras. Corrí lo más rápido que pude al edificio, esperando, que Thomas este bien...

Un DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora