Al abrir el libro este hizo lo mismo que el Wendirt, las páginas empezaron a pasar rápidamente hasta que se detuvo; me acerqué más al libro para empezar a leer lo que decía, tenía todo lo que necesitaba. Acerca de mis poderes, de mi destino, todo. Estaba fascinada con él, pero un ruido me desconcentró.
-Yo contesto- dijo Thomas y agarró mi teléfono- ¿Hola?... Hola señor- cuando dijo eso sabía que hablaba con mi abuelo, me llamó, está mejorando. Seguí leyendo pero sabía que Thomas iba a decirme que fuéramos con mi abuelo, así que llamé a Natie.
-Dime- dijo ella apareciendo de nuevo.
-¿Yo me puedo llevar este libro?- le pregunté, que diga que sí.
-Sí, siempre y cuando lo tengas en la casa de la señora Aura- dijo ella de lo más normal.
-¿De mi bisabuela?- pregunté y me di cuenta de que Thomas había terminado con la llamada.
-Sí así es, la casa protectora.
-Bella- interrumpió Thomas- tenemos que irnos- yo asentí con la cabeza.
-Adiós Natie- le dije mientras caminaba hacia las escaleras- nos veremos otro día- salimos de ahí dirigiéndonos a la casa del bosque para seguir practicando.
Al llegar mi abuelo nos explicó un poco acerca del medallón y que estaría examinándolo por unos días, así que no estaría presente. Le pidió a Thomas que me enseñará como conjurar cosas pero quedamos en que lo haríamos mañana en la tarde porque él tenía cosas que hacer, me fui a casa de mi bisabuela y estuve ahí leyendo hasta que el reloj dio las 4:32pm, mejor voy a casa. El resto de la tarde la pasé en familia y eso la hizo más acogedora, cuando el reloj dio las 10pm todos nos fuimos a dormir, mañana era lunes, rayos. Pensé sobre lo raro que había sido mi fin de semana, nunca antes había sido tan interesante, pero me quedé en un detalle, Thomas y yo eramos novios; ¿cómo le diré eso a las chicas? Toda clase de nervios me invadieron y todas las formas en las que podría ser asesinada por ellas también, decidí dejar de pensar en eso para poder dormir.
Correr. Lo único que hacía era correr. Disparos, choques de metal, explosiones se escuchaban en todos lados pero no me importaban, mi vista estaba enfocada en algo que se encontraba al frente, mejor dicho en alguien, mis ojos se cristalizaron al contemplar la escena y las lágrimas no tardaron en salir. Caí al suelo y cuando mi cuerpo hizo contacto con este, una explosión sónica de color rojo rodeo todo a mi alrededor, acabando con los disparos, choques entre metales y demás. Mi cuerpo estaba petrificado, no podía creer lo que vía, aunque siendo honestos, no había tomado el tiempo correcto para detallar lo que yacía frente a mi; limpie mis ojos ya que las lágrimas no me dejaban ver bien y lo peor en el mundo se hizo presente... era el cuerpo de Thomas.
-¡NOOOO!- grité sonoramente pero una risa invadió mis oídos, el cuerpo y todo a mi alrededor se fue desvaneciendo y la risa aumentaba cada vez más. Todo lo que estaba a mi alrededor era blanco. El piso, las paredes, el cielo, todo. Un hombre con túnica vinotinto oscuro caminaba a mi alrededor en círculos mientras reía.
-¿Dónde estoy?- le pregunté seria quitando el resto de las lágrimas de mis ojos- ¿Quién eres tú y dónde esta Thomas?- el hombre volvió a reír, no había visto su cara completamente pero ahora veía su sonrisa, una maliciosa y envenenada sonrisa.
-No reconoces tu propia mente ni estando en ella- dijo él y volvió a reír- patético. Y se supone que tu eres la elegida.
-¿Mi mente?
-Así es querida- se volteo a verme, era alto, fuerte pero no tanto, tenía la voz gruesa y áspera, ojos negros como carbón y el cabello muy oscuro. Su envenenada sonrisa no se iba en ningún momento, ahí caí en cuenta que era el hombre de mi primera visión estando consiente- ¿ya sabes quien soy?
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Un Destino
FantasyIsabella Bellerose, una chica de 14 a punto de cumplir los 15, se enterará de que tiene un increíble don y un propósito en esta vida. En el camino encontrará: amistades, odio, celos, traición, magia y amor... ¿Isabella será capaz de lo que se le pre...