Capítulo 47: Ratos en familia y consejera

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—Cariño, ves a bañarte, yo me ocupo de la cena. —Le digo a Peeta.

—Vale, no tardo mucho y vengo a ayudarte. —Me dice dándome un beso en la mejilla para después subir las escaleras.

Gale ha traído una de las liebres que ha cazado esta tarde en el bosque. Su madre y Katniss la han limpiado y solo falta trocearla y cocinarla. Uso algunas de las verduras en lata que encuentro en la despensa y las cocino en la sartén junto con la carne, no puedo hacer nada mucho más elaborado porque todavía no han enviado víveres y estamos subsistiendo con lo que quedó en mi despensa.

Quince minutos más tarde, Peeta aparece en la cocina duchado y muy guapo con su ropa de estar por casa. Inmediatamente se ofrece a ayudarme y juntos terminamos de preparar la cena y de poner la mesa. Emma, que hoy se mantiene muy activa, reclama nuestra atención desde el portabebés que hemos colocado encima de una de las sillas cerca nuestro. Peeta se levanta a cogerla mientras que yo voy a la cocina a hacerle el biberón.

Cuando terminamos todos de cenar, recogemos y nos sentamos frente al fuego. Emma está tumbada frente a la chimenea totalmente embobada mirando el bailar de las llamas. Me encantaría tener una cámara de fotos para poder inmortalizar estos momentos así con ella.

Finalmente, Emma queda totalmente dormida y decidimos subir a descansar nosotros también.



Por la mañana, nos despertamos por los quejidos de Emma, así que bajo a la cocina para hacerle el biberón mientras Peeta le cambia el pañal. Desayunamos y terminamos de colocar las cosas de las cajas que ayer no me dio tiempo.

Más tarde, Peeta sale al jardín a arreglarlo, tiene intención de plantar un pequeño huerto. Mientras, yo aprovecho para darme un baño y darle un baño a Emma.

Lleno de agua la bañera del cuarto de baño que hay en mi habitación a una temperatura apta para Emma. Preparo una muda de ropa para ella y otra para mí. Cojo una toalla para cada una y los productos de bebé y los llevo al baño.

Me apena que no tenemos casi nada para bebés, la poca ropa que tenemos y los productos es porque nos los han dado en el Capitolio mientras estábamos allí. Lo cierto es que la situación es complicada ya que antes de ir a los juegos ni siquiera sabía que estaba embarazada y ahora después de la guerra está todo saturado, pero si que es cierto que tenemos que empezar a reunir cosas para la bebé porque para su crianza vamos a necesitarlas.

Me recojo el pelo para no mojármelo y me desvisto. Cojo a Emma de encima de mi cama y me adentro en el baño. La desvisto y nos meto dentro de la bañera.

Parece que el agua está a una temperatura que le gusta porque empieza a mover los brazos y las piernas chapoteando sin querer, lo que la divierte. La apoyo sobre mi vientre y voy mojándola poco a poco con la mano.

Media hora más tarde, Emma y yo estamos secas y vestidas. Bajo a la planta de abajo y me llevo una sorpresa con la cantidad de cajas que hay en medio del salón. Busco a Peeta y lo veo saliendo de la cocina.

—Peeta, ¿qué son todas estas cajas? —Le pregunto confundida.

—Las han traído hace poco. Son muchas cosas para Emma que Effie ha pedido traer desde el Capitolio. Me ha sorprendido cuando han empezado a llegar cajas. Effie es una persona maravillosa. Y lo cierto es que todo esto nos va a hacer falta, no tenemos apenas nada para el cuidado de Emma.

—Es un gran detalle por su parte. —Digo emocionada y sintiéndome muy agradecida con ella.

Tengo que agradecer mucho a esta mujer, ha estado pensando en todo y por su cuenta, sin que nosotros le dijésemos nada. Que haya estado al tanto de nosotros y en especial de Emma, de nuestras necesidades... No me cabe menor duda de que ella es ideal para papá.

Sinsajo (Peeta Mellark y Tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora