Capítulo 30: Cambio de roles

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Al final de la tarde, escuchamos el ruido de un motor de camioneta acercándose a nuestra ubicación. Cuando salimos, vemos una camioneta del Distrito 13 donde por la parte de atrás están sacando a alguien. En el momento que mis ojos se posan en el individuo mi respiración se corta y me quedo paralizada. De la camioneta aparece Peeta, esposado y con un arma en las manos un poco desorientado.

Creo que todos nos llevamos una gran sorpresa cuando lo vemos, nos esperábamos cualquier cosa, menos a él. No puedo evitar odiar a Coin por hacer esto, tengo claro que este es mi castigo.

Cuando Boggs regresa de hablar con Coin mediante videoconferencia, está muy enfadado y ordena que dos personas estén las veinticuatro horas vigilando a Peeta constantemente.

Desde que lo he visto salir de la camioneta, no he pronunciado ni una sola palabra, y el resto me ha dado mi espacio sin presionarme. La única personita que parece saber que algo está sucediendo es mi bebita, que no ha dejado de moverse desde que he visto salir a Peeta del vehículo.

—(TN), ven conmigo. —Me ordena Boggs en cuanto se reúne con nosotros.

Todos nos prestan atención, pero no comentan nada. Me levanto y le sigo hacia el exterior del edificio. Una vez bien alejados del refugio, me hace sentarme en un trozo de edificio caído y él hace lo mismo mirándome de frente.

—Va a intentar atacarme, ya sea de forma física o verbal. —Digo rompiendo el silencio instalado entre ambos a modo de afirmación de lo que va a ocurrir con Peeta. —¿Por qué Coin hace esto? ¿Quiere verme muerta verdad?

Tras examinarme con atención y escuchar lo que le digo, Boggs resopla con una expresión de rendición y habla.

—Ella lo niega, pero yo creo que ese es su principal objetivo.

—Tendrás una teoría, ¿no? —Indago.

—Principalmente, que tú estás aquí cuando no deberías, así que asumo que es su forma de castigarte. —Desvío la mirad avergonzada tras verme pillada. —Si realmente le importase que tú estés aquí o tu seguridad, hubiera hecho cualquier cosa por evitarlo ya desde el primer momento en que fuiste a hablar con ella y se negó.

—No hizo nada, me dejó salir sin más. —Confirmo dándome cuenta de la realidad, de que no me escapé, sino que ella me dejó salir.

—Exacto, no lo hizo, y ahora tampoco ha hecho nada para que vuelvas al 13. Coin no es tonta, no hace nada sin pensarlo antes. Ella sabía de tus ganas por ir al 2 y sabe que eres impulsiva y cabezota, si hubiera querido evitar que te escaparas, hubiera podido hacerlo sin problemas.

—Entonces me confirmas que sí, que ella me quiere muerta.

En realidad, no me sorprende, es algo que veo propio de esa mujer. Cada vez me recuerda más a Snow, y no me gusta nada.

—Quiere verte muerta porque sabe que si ganamos esta guerra llegará el momento de que alguien coja el mando, y si tú estás ahí, le va a ser imposible, ya que no te puede controlar.

Suelto una risa sarcástica al escucharlo. Parece que todos mis problemas empiezan y tienen que ver con el hecho de que personas narcisistas y ciegas de poder no pueden controlarme.

—Hasta ahora le has servido de ayuda para la rebelión, has sido el rostros, has unido a los Distritos y los rebeldes, has servido para que la gente sepa a quien sigue, alguien fuerte y luchadora. —Continúa explicándome lo que piensa sobre las intenciones de Coin. —Sinceramente, estas Propos que estamos grabando se podrían hacer sin ti tal y como era el plan inicial antes de que te colaras en un aerodeslizador de mercancía y llegaras al 2, pero solo hay una cosa que puede avivar más las llamas.

Sinsajo (Peeta Mellark y Tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora