Capítulo 3: Peeta...

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—Es nuestro día de suerte, este bebé está en una muy buena posición donde me deja ver claramente que es. —Me comenta con simpatía. —De acuerdo querida, vas a ser mamá de una niña. Enhorabuena.

—Una... ¿Una niña? —Pregunto con una sonrisa sin poder creerlo.

El recuerdo del día en el que Peeta y yo tuvimos el picnic en la terraza del edificio de entrenamiento, el día antes de entrar en la arena hace siete semanas, me viene a la mente. Recuerdo que él, ese día me dijo que estaba seguro de que este bebé sería una niña. Hubiera estado encantado con esta noticia, estoy segura.

—Si querida, una bonita niña, ya lo verás. Toma, ya puedes limpiarte. —Me tiende un poco de papel. —¿Quieres una foto de la ecografía?

—¿Se puede? —Pregunto emocionada.

—Claro que sí. —Me dice con una risa, divertida por mi reacción. —Toma, ahí la tienes.

Cojo la fotografía que me tiende y me quedo embobada mirándola.

—¡Qué bien, una niña! —Espeta Prim a mi lado contenta.

—Felicidades, (TN), me alegro mucho por ti. —Le sigue Katniss.

Es en ese momento que me percato de que ellas siguen a mi lado. No han dicho nada en ningún momento hasta ahora, estoy segura que respetando mi espacio, y se lo agradezco.

—Muchas gracias, a ambas. —Les contesto emocionada y con una verdadera sonrisa.

Al salir del centro médico, Prim se vuelve hacia la habitación para estar con Buttercup y Katniss y yo nos dirigimos a ver a Effie.

—Sabes Katniss... —Rompo el silencio instalado entre las dos. Sigo mirando la fotografía en mi mano. —Peeta me dijo que estaba seguro de que iba a ser una niña. —Le confieso con una triste sonrisa. —Me hubiera encantado que él hubiera estado aquí hoy, y sé que a él también le hubiera emocionado ver al bebé. Tendría que haber estado aquí, sino hubiera ocurrido nada del Vasallaje.

—Estoy segura de que Peeta hubiera estado encantado con su niña. Lamento mucho que no esté aquí para ti. Y sé que no es nada comparado con él, pero quiero que sepas que nos tienes a nosotros, a todos nosotros. —Me dice ella.

Conmovida, dejo de caminar y le doy un abrazo que ella me corresponde. Después de ello, reanudamos nuestra marcha hasta llegar a la puerta de la habitación en la que se encuentra Effie.

Tocamos hasta tres veces a la puerta hasta que finalmente nos abre. Lleva el mono del 13 y un pañuelo en la cabeza, no lleva ni sus típicas y llamativas pelucas, ni sus extravagantes vestidos y ni siquiera su colorido maquillaje.

—Oh, queridas. Que alegría veros. —Nos dice con emoción. —Pasad, pasad. Creía que seríais algunos de esos pesados que manda Plutarch para sacarme de aquí.

Nos adentramos en la habitación detrás de ella.

—Oh, (TN) querida, estás preciosa. Y tu vientre ... —Dice emocionada. —¿Dónde está Peeta? ¿Y Haymitch? No me dicen nada, solo me mandan a ponerme este horrible uniforme y no me dejan ponerme mis pelucas. —Se queja.

—Peeta fue capturado por el Capitolio. —Le explico.

—Oh... Cuanto lo siento querida... —Me dice acercándose y dándome un abrazo.

—Gracias Effie. —Le correspondo el abrazo. —Y con respecto a Haymitch, no sabemos nada de él desde que llegamos aquí.

Me llevo una mano al vientre y lo acaricio.

—Effie, me han dicho que el bebé es una niña. —Le digo contenta.

—Querida que buena noticia. Va a ser la niña más bonita, ya lo verás. —Me dice alegre por la noticia.

Sinsajo (Peeta Mellark y Tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora