—Gracias por el agua. —Escucho que dice Peeta.
—No te preocupes, me despierto unas veinte veces cada noche. —Le dice Jack.
— ¿Para asegurarte que (TN) sigue aquí, que no se ha escapado?
—Si, bueno, algo así.
No debería escuchar su conversación, pero no es como si pudiera irme a algún otro sitio para evitarlo, así que me mantengo quieta y atenta a su charla.
—Es cierto eso que dicen de que nadie sabe qué hacer con ella. —Confirma Peeta en tono burlón.
—Ya... y nosotros menos.
Los dos se ríen, cosa que me sorprende teniendo en cuenta el odio que profesaba Peeta por Jack hace una semana. Aunque para ser justos, también lo profesaba hacia mi y nuestra hija y ahora es capaz de tocarme y se preocupa por nosotras.
—Sabes que ella te quiere, ¿verdad? —Le plantea Peeta. —No sabes lo destrozada que estaba por tu muerte tanto en la arena como después, tardé meses en calmar su dolor y culpa.
Que se acuerde de eso tal y como realmente sucedió, sin malos recuerdos ni modificaciones, es muy buena señal. No puedo evitar que se dibuje una pequeña sonrisa en mis labios.
—No te lo creas, después de todo está embarazada de ti. —Le contesta el moreno.
Temo que alguno de los dos diga algo que pueda hacer que terminen en disputa o aún peor, que Peeta entre en cólera otra vez. A pesar de esa preocupación, me contengo para poder escuchar la conversación sin intervenir.
—En todo el tiempo que estuviste muerto, desaparecido o como le quieras llamar, estuvo destrozada y no te haces una idea de cuánto. Se nota a mil millas que irradia amor por ti. A demás, se nota en la forma que te mira, a mí nunca me ha mirado así. —Añade Jack.
—Pero también se nota en su mirada que profesa hacia ti amor incondicional. — Insiste el rubio.
—Si, pero no el tipo de amor que tú crees. Ella solo me quiere como a un amigo.
—Es amor igual. Y supongo que cuando acabemos con esto, si conseguimos salir con vida los tres, tendrá que elegir. Dudo que se quede con una persona inestable que en cualquier momento pueda hacerle daño a ella y su bebé. —Puedo detectar tristeza en su voz.
—Ella se quedará con la persona que necesite para sobrevivir, y ese eres tú. —Le dice con franqueza. —Peeta, no lo quieras negar, ella te necesita. Ambas te necesitan a su lado estés inestable o no. Sino mira, en todo este tiempo, ella no se ha rendido, se ha acercado a ti, aunque había riesgo de que la atacaras, de que le hicieras daño a ella y la niña, ha hecho todo lo posible para recuperarte y protegerte, y aun lo sigue haciendo. Antes, en cuanto te ha visto herido, no ha dudado en ir a ayudarte dejándome a mí a media curación.
Me sorprende la sinceridad con la que le está hablando Jack a Peeta. Nunca se han llevado bien, y que ahora estén manteniendo esta conversación, respetándose, es bonito de ver. No espero que algún día ellos se vuelvan grandes amigos si es que logramos salir los tres con vida, pero que se respeten y puedan tener una relación cordial ya es suficiente para mí, pues son dos de las personas más importantes y de las que más quiero.
Al escuchar su última aportación, me siento mal, porque es verdad lo que dice y sé que le debe de haber dolido ese gesto por mi parte, en cuanto vi herido a Peeta, salí corriendo a socorrerle sin importarme que Jack siguiera herido. Igual que cuando el lagarto estaba atacándolo, pero en cuanto vi que uno se lanzaba sobre Peeta, acudí a ayudar al padre de mi hija en vez de ayudarle a él también.
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Sinsajo (Peeta Mellark y Tu )
De TodoTercera temporada de "Los juegos del hambre (Peeta y Tu )" (TN) y su bebé han salido de la arena con vida y han sido llevadas al distrito 13 junto con Finnick y Beetee. Pero no todos han corrido la misma suerte y ahora estan a merced del Capitolio. ...