Capítulo 1: En el 13

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—(TN), ya no hay Distrito 12... —Me dice con tristeza Gale.



Han pasado seis semanas desde que entramos a los juegos por segunda vez. Seis semanas desde que hice colapsar la arena. Seis semanas en las que fui rescatada. Seis semanas en las que el 12 fue destruido. Seis semanas en las que perdí a Peeta. 

Todo ha empeorado desde entonces. Los Distritos se han rebelado contra el Capitolio y la tiranía de Snow. Eso solo ha causado muertes y más muertes hasta ahora.

Hace apenas dos días que me dieron de alta en el hospital del Distrito 13, porque si, nunca desapareció el 13.

Físicamente estoy bien, mentalmente estoy destruida. La situación del 12 sumado a que Peeta ya no está, me ha hecho caer en una pequeña pero importante depresión. Eso es lo que me ha mantenido más tiempo ingresada. No la he superado, pero está más controlada que hace unas semanas.

Lo que me ha ayudado a seguir a delante en estas seis semanas es mi bebé. Milagrosamente se encuentra sano y salvo en mi vientre. Si no fuera por él, me hubiera hundido en la miseria hasta el fondo, pero es lo que me está manteniendo a flote.

Comparto habitación con Katniss y su familia. Me la han asignado a petición de ellas. Nadie se ha negado, ya que saben que ellas son las únicas que van a poder vigilarme y controlarme para que no haga ninguna locura. Yo al principio me negué, lo único que quería era estar sola, pero terminaron por convencerme, en especial la pequeña Prim.

Madge fue una de las supervivientes del bombardeo del 12, ella también me ha ayudado estas semanas lo que agradezco enormemente, aunque no lo exprese. No expreso nada en realidad, estoy sumida en mi burbuja.

Cada noche lloro en silencio a Peeta. Luego, en medio del llanto, recuerdo que llevo una parte de él dentro de mí y que tengo que hacer lo posible para que esté sano. Por las noches, aparte de llorar, las pesadillas me invaden interrumpiendo mi descanso. Eso me hace recordar que Peeta era quien me consolaba y quien en muchas ocasiones hacía que no tuviese pesadillas y entonces de nuevo vuelvo a llorar por él. Es un ciclo redondo en el que lloro, duermo, tengo pesadillas, lloro, duermo... y así todas las noches.

—(TN) vamos, es la hora de comer. —Interrumpe mis pensamientos Katniss entrando en nuestra habitación a avisarme.

Ese es otra de las consecuencias que sufro, todos han de estarme recordando las cosas y horarios, yo no soy capaz de seguir el tiempo y espacio, para mi todo son horas largas y muertas.

—Voy... —Le respondo sin emoción y con cansancio desde mi cama.

No me dejan hacer casi nada por mi sola, constantemente estoy siendo vigilada o escoltada por alguien. Normalmente por alguno de mis amigos, se turnan para ello. Lo único que hago es ir a las reuniones de información sobre el estado de los Distritos y la rebelión, y eso siempre y cuando me consideren mentalmente estable ese día.

Lo bueno de que me tengan como una enferma, es que no me acarrean obligaciones y tengo más libertad a diferencia de Katniss y Gale.

En una ocasión hace una semana me pidieron ser el Sinsajo, el símbolo de la rebelión. Me negué rotundamente y después, de solo pensarlo, me dio un ataque de ansiedad. Desde entonces no me han vuelto a molestar con el tema. No quiero ni puedo ser lo que ellos quieren que sea. No puedo ni por mi estado mental ni por mi bebé, tengo que mantenerlo seguro.

Desde el día del rescate no he vuelto a ver ni saber nada de Haymitch, y en verdad lo prefiero así por ahora, estoy muy enfadada con él, me siento traicionada.

Sinsajo (Peeta Mellark y Tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora