---5 meses después---
Flor se encontraba en la casa de la abuela de Jazmín, había ido a visitarla. Desde el día en el que la conoció, algo en esa mujer le transmitía paz. Por lo que sus visitas se habían vuelto rutinarias.
Flor iba casi todos los viernes a tomar el té a lo de Ana, quien la recibía siempre con los brazos abiertos, té de frutilla y galletitas de avena y banana. De vez escuchando iba sola, pero casi siempre iba con Jazmín. Las tres se pasaban la tarde charlando con la anciana, oyendo sus miles de anécdotas una y otra vez y pintando mandalas.
Ese viernes, se encontraba sin Jazmín, ya que la pobre estaba muy ocupada en la cocina del hotel porque esa noche iba a haber un evento y tenía que cocinar para alrededor de unas 100 personas.
-Me alegra Florcita que hayas podido venir hoy- decía la abuela mientras le servía té y le ofrecía un trozo de budín de calabaza- tengo algo para darte.
Flor siempre se intrigaba y se entusiasmaba con las cosas que Ana le mostraba, generalmente eran reliquias que tenían una historia de trasfondo muy interesante. Pero esta vez, la mujer traía en su mano unos escarpines.
Flor, intrigada, miraba a la dulce anciana quien tenía una sonrisa leve en su rostro.
-Ana, qué es esto?
La mujer observaba como Flor comenzaba a ponerse un poco nerviosa.
- Estos escarpines fueron la primera cosa que le tejí a Jazmincita cuando nació. Es curioso porque hasta ese momento yo no sabía tejer, y cuando me enteré que iba a ser abuela, comencé cursos y talleres de tejido para aprender y hacerle cosas a la bebé.
- Que lindo- decía Flor, emocionada por el amor que Ana le tenía a su nieta y como se le iluminaban los ojos cuando hablaba de ella, sin embargo, no comprendía qué era lo que la mujer le quería decir.
- Ahora, te los quiero regalar a vos. Me parece importante que los tengas- decía la mujer, con una voz dulce y angelical.
Flor seguía sin entender por qué, por qué le estaba obsequiando algo tan importante.
-Pero Ana, no entiendo, por qué me los estas regalando? Si yo no voy a ser mamá- sostenía Flor un poco confundida.
-Ya lo sé, pero muy pronto lo vas a ser y temo no llegar para verlo. Así que quiero que los conserves, que los cuides y se los pongas a tu bebé cuando nazca.
Florencia se emocionó, comenzó a llorar y se acercó a la anciana dándole un abrazo bien fuerte. El sueño de ella era ser mamá en algún momento de su vida, y eso le daba esperanzas, no necesariamente tenia que ser de inmediato, pero ese pequeño acto de amor le daba un haz de ilusión.
Durante el resto de la tarde, Ana y Flor se la pasaron hablando y contando anécdotas de todo tipo, riéndose y recordando momentos que ambas pensaban que se habían eliminado de sus mentes.
Al anochecer, Florencia se despidió de la anciana con un beso en la mejilla seguido de un abrazo y se dirigió al hotel a mostrarle a su novia el obsequio tan hermoso que Ana le había hecho.
Llegando al hotel, pudo ver la cantidad de autos estacionados en el frente, un revuelo de gente ingresaba al hotel. Florencia pudo divisar a lo lejos a Jazmín con una cara de frustración y cansancio que hacía mucho no se la veía.
Cuando se vieron, Flor se acercó a la cocinera quien tenía un aspecto de cansancio máximo, dándole un gran abrazo esperanzador.
Durante el resto de la noche, Florencia se encargó de llevarle comida a los invitados y así alivianarle un poco el trabajo a su novia quien estaba totalmente agradecida.
Ya eran las 3 de la mañana, el evento había terminado y las 5 hermanas se encontraban recostadas en los sillones de lobby, totalmente desganadas ya que el episodio de la noche había gastado todas sus energías.
Lucía de repente se acordó que los bebés estaban solos durmiendo en la habitación de Miranda por lo que se retiró dándoles las buenas al resto de las Estrellas.
Virginia y Carla copiaron a su hermana y se retiraron, arrastrando los pies por todo el piso del hotel.
Quedaron Miranda y Flor sentadas, ambas estaban cansadas pero no podían conciliar el sueño. Flor comenzó a contarle la experiencia que había tenido a la tarde con la abuela de Jazmín, mientras contaba la anécdota extraña, Miranda la observaba detalladamente con una sonrisa dibujada en sus labios.
-Ah estás hasta las manos- sostuvo Miranda al terminar de escuchar a Flor quien había contado todo el suceso con ojos de ilusión.
-Si, la verdad que si- afirmó Flor- pero bueno, no es el momento creo, todavía vivimos separadas con Jazmín y no hablamos más del tema desde el día que apareció Elena.
-En algún momento lo van a tener que hablar, creo que esto va enserio y me parece que es un aspecto muy importante para la vida de ambas- aconsejaba Miranda- no sé, no me quiero meter, pero estaría bueno que lo hablen ya que para ustedes es un poco más difícil y es todo un proceso.
-Si, puede ser- sonaba Flor no muy convencida.
Luego de esta charla, ambas se fueron a la habitación de Flor a dormir, ya que la habitación de Miranda estaba ocupada por Lucía y los mellizos.
Flor no podía dejar de pensar en el tema, necesitaba hablarlo con Jazmín, pero a la vez temía de cómo ella iba a reaccionar ya que era un tema bastante delicado que la remontaba al pasado y las malas experiencias que vivió junto a Elena.
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Destinadas a ser
FanfictionFlorencia Estrella encuentra refugio en Jazmín del Río quien la cuida y acompaña todos los días. Esta historia refleja el amor genuino que hay entre ellas y ,que a pesar de ciertos obstáculos que se presentarán a lo largo del camino, ellas saben...