Jazmín había quedado sola, parada en el centro del estudio, no había podido procesar todos lo que Flor le echó en cara, no podía creer lo que había pasado, en verdad, sabía que Flor tenia estos pequeños caprichos y que era capaz de reaccionar de esa forma, pero nunca pensó que la iba a llamar egoísta, conociéndola más que nadie, sabiendo que Jazmín era la persona más bondadosa del mundo y que siempre ponía a los demás por encima de ella.
Estaba dolida, pero a la vez sabía que Flor no lo sentía enserio, podía entender la situación, era capaz de comprender la necesidad de adoptar a esa pequeña, pero a su vez, era algo que tenían que planear y decidir entre las dos, ambas debían estar de acuerdo en esa gran decisión que es la de tener un hijo, y sin embrago, Flor había manejado todo eso sola y no fue capaz de pensar en su novia y en lo que ella sentía por un segundo.
Era la quinta vez que Jazmín llamaba a Florencia, estaba preocupada, no sabía a donde había ido y el hecho de haber salido en ese estado generaba en Jazmín la preocupación. Quería hablar con ella, quería percatarse de que esté bien, poder aclarar todo y arreglar las cosas, pero Flor no se lo permitía, no atendía su celular.
Florencia llegó con un humor poco agradable a la casa de Virginia, quien estaba tomando un café en el balcón, al abrirle la puerta pudo notar la indignación de su hermana en quien se expresaban todos los tics habidos y por haber.
- Ay Florencia por favor, ¿qué te pasa?- preguntó Virginia desconcertada.
- Me peleé con Jazmín- después de decir estas palabras, comenzó a pensar que quizás, más bien, ella se había peleado con su novia sin esperar una devolución a todo lo que le había lanzado en su cara, no le había dado la oportunidad de defenderse, de explicarse, pero era tal el enojo que le causaba esa injusticia que la cegaba por completo, sus ojos y oídos se cerraban, no aceptaba un no como respuesta, le salía la niña caprichosa de adentro y no podía revertir lo que ya había hecho.
- A ver, ¿por qué se pelearon?- Virginia estaba un poco harta de las peleas mínimas y sin sentido que tenía su hermana, pero la escuchaba de todas formas e intentaba darle su mínimo consejo.
- Hmmm- conocí a una nena que tiene síndrome de tourette y quiero adoptarla, Jazmín no quiere.- la negación de Flor era inmensa, sabía que las palabras de su novia no había sido "no quiero" pero ella lo interpretaba a su antojo.
- Flor es muy reciente todo lo que les pasó, quizás no quiso decir que no quería, pero tal vez todavía no es el momento, es algo duro de procesar y el hecho de tener un hijo también es una gran decisión que se toma de a dos, ambas tienen que estar de acuerdo y para eso lo tienen que hablar bien y tranquilas, no irse corriendo sin enfrentar las cosas que no te gustan, como lo acabás de hacer- Virginia siempre tenía las palabras indicadas para con su hermana, a pesar de que Flor estaba enojada, le daba la razón, no le había dado la oportunidad a Jazmín de contarle lo que le pasaba y le había llamado egoísta, sabiendo que no lo era.
- Si, puede ser - ña - lo que pasa es que no sabes lo que es Alelí, es tan dulce, y está tan solita, que cuando la vi se me partió el alma, no puedo dejar que viva de esa forma- Flor en verdad estaba muy conmovida, y deseaba con todas sus fuerzas poder ayudar a la pequeña.
- Hace una cosa, volvé a casa, pedile perdón a Jazmín por como la trataste, porque no sé qué le habrás dicho, pero me imagino, y después de eso, háblenlo tranquilas, yo sé que todo va a salir bien, y quizás, cambia de opinión, quien sabe.
- Tenes razón, bueno me voy.- Florencia se levantó rápido de la silla en la que se encontraba sentada, abrazó a su hermana y salió corriendo hacia su casa, estaba arrepentida de como había tratado a Jazmín, ya estaba más tranquila y lista para poder hablar bien, sin malos entendidos.
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Ya estaba anocheciendo cuando Flor llegó a su casa, al abrir la puerta pudo sentir el aroma a comida que provenía de la cocina, de fondo se escuchaba música instrumental, el ambiente que presenciaba era hermoso, no quería ni pensar el hecho de perder todo eso, de perderla a Jazmín.
Avanzó despacio por el pasillo que comunicaba el living con la cocina, y ahí la vio, ahí estaba ella, cocinando, tomando una copa de vino tinto y bailando al compás de la música que sonaba. Pudo observar que en el patio había una mesa con velas, dos platos y dos copas, Jazmín le había preparado una cena de reconciliación y eso le llenaba el alma.
Flor se asomó despacio a través de la puerta de la cocina y se apoyó en el marco de la misma.
- Hola- dijo totalmente avergonzada, como si fuese la primera vez que la veía.
- Flor, hola... preparé la cena, ya va a estar lista, pasá al patio y esperame que ya voy con los platos- Jazmín actuaba como si nada hubiera pasado, una leve sonrisa se esbozaba en sus labios, Flor sabía que estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para actuar de esa forma y hacer como que nada de esto le afectaba, ella sabía que a pesar de eso, estaba dolida, podía verlo a través de sus ojos, y ella no se perdonaba el haber reaccionado de esa forma para con Jazmín por lo que estaba dispuesta a pedirle perdón, era la oportunidad perfecta para hablar de todo lo que tenían que hablar.
Flor, sin decir nada se dirigió hacia el patio de la casa donde se encontraba la mesa ya armada, decorada con velas y flores, al ver eso se enterneció por el acto que había tenido Jazmín para con ella. Al sentarse en la silla, pudo ver que sobre el plato habia un sobre de color rosa, no tenía nada escrito, por lo que prosiguió a abrirlo, al hacerlo, pudo ver que dentro del mismo había una pequeña pulsera hecha con mostacillas de colores, en el medio de la misma tenía unas piedritas más grandes que el resto las cuales tenían escrito letras que formaban el nombre de Alelí.
Florencia no entendía de qué se trataba todo eso, de repente, mientras ella observaba detenidamente la pulsera, apareció Jazmín con la fuente de verduras azadas en la mano, ambas se miraron por unos segundos, la pelirroja prosiguió a servir la comida en los platos, sin decir nada, y luego de esto, se sentó.
- ¿Qué es esto?- Flor estaba totalmente extrañada de lo que estaba pasando, no entendía por qué tenía una pulsera con el nombre de Alelí en sus manos.
- Te lo manda Alelí- dijo Jazmín con una sonrisa.
Flor no gesticuló palabras, se limitó a hacer un gesto de confusión, dándole lugar a que Jazmín prosiguiera.
- Resulta, que cuando te fuiste, la verdad es que tuviste un poco de razón, aunque me haya dolido que me llames egoísta, creo que un poco lo fui...
- Ay Jaz, sos la persona más buena del mundo, nunca en mi vida pensaría que lo sos realmente, la verdad es que cuando lo dije, me arrepentí de haberlo hecho, por eso te pido perdón y me retracto, porque te amo, y lo que más amo de vos es tu devoción hacia los demás- interrumpió Flor.
- Te amo, y por eso hice lo que hice.
- ¿Qué hiciste?- Flor no entendía a lo que quería llegar su novia.
- Bueno, cuando te fuiste, me quedé pensando, que tal vez, esto si es una señal, que Alelí apareció en nuestras vidas por algo, nos vino a decir algo, por eso fui a conocerla.
- ¿Qué?, ¿Enserio?- los ojos de Flor comenzaron a llenarse de lágrimas, no podía creer la mujer que tenía a su lado, la amaba a más no poder, todo en ella admiraba.
- Si... y me dio esto para que te lo de a vos.
Seguido de esto, Flor se levantó de su silla sin decir nada, se acercó a Jazmín, sentándose en su regazo, dándole un beso en sus labios seguido de un profundo abrazo que duró unos cuantos minutos.

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Destinadas a ser
FanfictionFlorencia Estrella encuentra refugio en Jazmín del Río quien la cuida y acompaña todos los días. Esta historia refleja el amor genuino que hay entre ellas y ,que a pesar de ciertos obstáculos que se presentarán a lo largo del camino, ellas saben...