Destinadas a ser

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Para ese día, las chicas habían organizado una cena como de inauguración por su nueva casa. Invitaron al resto de las hermanas Estrella con sus respectivas parejas.

Jazmín había decidido que el menú de la noche iba a ser brochetas de verduras y distintos tipos de carne, acompañado de papas con especias y distintos tipos de ensaladas.

Flor, quien no tenía mucha idea en la cocina, se encargó de ir a comprar el postre, ya que no quería dejar todo en manos a Jazmín. Para deleitar a los invitados eligió dos tortas heladas que eran sus preferidas al igual que las de sus hermanas.

Todo estaba listo, en el living, la mesa central era lo suficientemente grande para que todos quepan, todo estaba decorado con flores como centro de mesa y velas encendidas que dejaban una fragancia suave y deliciosa.

Ambas, sumamente felices de poder hacer este evento, decidieron que era el momento para contarles a los integrantes de la gran familia la hermosa noticia que tenían.

Los primeros en llegar fueron Javo y Virginia, quienes traían un vino de regalo. Ninguno pudo ver antes como había quedado terminada la casa, con cada uno de los distintos detalles ínfimos pero totalmente vistosos y notorios. Al ingresar por la gran puerta azul, la pareja se quedó totalmente maravillada por el gran gusto que tenían ambas mujeres para la decoración, estaban muy contentos por ellas y se lo hicieron notar dándoles un gran abrazo y felicitándolas por el hermoso nido de amor que habían armado entre las dos.

Minutos más tarde llegó Lucia con su característico humor, acompañada por toda su tropa, eso incluía a sus dos bebes y Mariano quien al ver a Javo se esfumó dejando a su mujer sola con sus dos hijos llorando.

Miranda, quien para variar, llegaba tarde a todos lados, ingresó por la puerta con Carla, quien esta vez venia sin acompañante. Ambas estaban totalmente sorprendidas por la hermosa casa en la que estaba habitando su hermana y su mujer.

Ya todos sentados en la mesa, comenzaron a deleitarse con las delicias que Jazmín había preparado, todos estaban muy complacidos por la hermosa cena que la vida les estaba regalando. Se pasaron la noche hablando de temas totalmente banales, haciendo chistes sin parar y contando distintas anécdotas de la vida de cada uno.

Al finalizar la cena, todos se trasladaron al gran salón, donde se encontraban los grandes sillones de color rojo opaco. Como ya era tradición de todas las reuniones familiares, comenzaron a jugar a distintos juegos, armando equipos entre todos y acompañándolo con el postre unas copas de champagne.

Al pasar un par de horas, todos decidieron dejar los juegos de mesa y comenzar a conversar nuevamente, la música de fondo ambientaba el lugar y cada integrante de la familia se encontraba dispersado en las distintas habitaciones de la casa, contemplando la hermosa decoración.

Flor y Jazmín decidieron que era el momento indicado para contarles la gran noticia.

- Bueno, a ver si me esuchan todos...- sostuvo Flor, quien quería llamar la atención de toda la familia - Con Jaz les queremos contar algo muy especial.

Todos quedaron callados y comenzaron a atender a lo que ambas querían decirle, expectantes a la gran noticia.

-Bueno... emmm....- hmmmm- -hgggg- Flor comenzó a trastabillar, sus tics comenzaron a aparecer por primera vez en la noche, su emoción era tal que le jugaba en contra.

Al ver como su novia comenzaba a ponerse nerviosa y no poderse expresar, Jazmín la interrumpió.

- Bueno, estamos pensando en formar una familia- comentó Jaz sin rodeos.

Fue un silencio rotundo, ambas esperaban ver la reacción de todos, quienes estaban en un estado de shock. Luego de unos segundos, las sonrisas comenzaron a hacerse evidentes en el rostro de todos seguido de un salto de alegría, empezaron a aplaudir.

Virginia, quien comenzó a llorar, emocionada por la felicidad de su hermana, se abalanzo a ambas a darles un gran abrazo.

El comentario de Carla no pudo faltar.

-Bueno, espero que la madrina sea yo, ya que Lucia no me eligió para ninguno de sus dos pibes- el tono fue un poco agresivo y amenazador, típico de Carla Estrella- Virginia ya es madrina, así que me toca a mi- seguido de ese comentario se acercó a la pareja a darles las felicitaciones.

Miranda, también comenzó a llorar y felicitó a su hermana favorita por ser tan valiente.

Y Lucia, la última en reaccionar, también felicitó a ambas con su tono frio pero sincero.

Luego de esa gran noticia, comenzaron a bailar, si, a bailar. Con música disco de fondo, todos felices, danzaban al compás de la música entre risas y chistes.

La noche era perfecta, todo era armonioso, la energía que se sentía en el lugar era hermosa y la felicidad de todos podía verse a flor de piel.

Alrededor de las 3 de la mañana, el evento finalizó. Ya todos se habían ido, Flor y Jazmín se encontraban sentadas en el patio contemplando el gran cielo estrellado que la noche les estaba regalando.

Sin decir nada, Jazmin tomò del brazo a Flor y la condujo hasta la habitación. Ambas, en silencio, comenzaron a quitarse lentamente la ropa.

Los besos cálidos que había entre ellas comenzaron a intensificarse, las yemas de los dedos de Florencia comenzaron a recorrer la hermosa espada de Jazmín, desde la nuca hasta la ultima porción que se dejaba ver, la piel de su mujer comenzó a erizarse.

El cuerpo entero de Flor comenzó a ser recorrido cuidadosamente por la lengua de Jazmín, la cual comenzó a descender hacia la parte más baja, acompañada de dulces besos a lo largo de toda la superficie, los labios de Jazmín llegaron a la entrepierna de su novia. El éxtasis de ambas era tal que los gemidos comenzaron a aparecer, sumergidas en los cuerpos, el placer cada vez era mayor.

La voz de Flor comenzó a tornarse temblorosa, mientras Jazmín devoraba su intimidad, los gemidos comenzaron a intensificarse finalizando con su mayor estado de placer.

-Te amo para siempre- dijo Flor liberando un suspiro.

- Para siempre- Jazmín, quien había satisfecho las necesidades sexuales de Florencia, se acercó a ella depositándole un beso dulce en sus labios.

Desnudas, con sus cuerpos en contacto, abrazadas en el centro de la cama. El momento era acompañado por la suave brisa nocturna que ingresaba por la ventana, el perfume a Jazmines característico de la temporada inundaba la habitación. Nada podía estropearse, era un instante, un instante único e irrepetible.

Ambas se quedaron dormidas en esa noche tan perfecta y hermosa que la vida les había regalado.