-11-

894 54 5
                                    

A la mañana siguiente, Flor se despertó bastante tarde. Como era lo habitual, se dirigió al baño a hacer su necesidades, lavarse los dientes y maquillarse un poco, seguido de esto pasó cambiarse, ese día llevaba puesto un vestido blanco con flores rojas, unas bucaneras de color blanco y sus zapatos rojos que tanto amaba.

Prosiguió a bajar por el ascensor y dirigirse a la cocina en búsqueda de su novia de la cual no había recibido ningún mensaje, por lo que le parecía extraño. Al llegar a la cocina se encontró con Javo solo, al pobre no le daban las manos para cocinar el almuerzo.

Flor, totalmente extrañada por no ver a Jazmín, le preguntó a Javo si sabía algo del paradero de su novia.

-Hola Javo, buen día, che... y Jaz?

-Flor, hola, Jazmín no vino a trabajar hoy. No atiende mis llamadas, que yo sepa, hoy no es su día libre- contestó Javo sin quitar la mirada de el cuchillo con el que cortaba zanahorias.

Florencia comenzó a preocuparse, ya que Jazmín nunca hacía ese tipo de cosas, le pareció muy extraño que no haya avisado nada.

Al terminar de escuchar las palabras de Javo se retiró de la cocina sin decir nada más.

Llamaba a su novia por teléfono y no atendía. Preocupada, lo primero que hizo fue dirigirse a su casa, ya que quizás estaba enferma y no había podido notificar su estado de salud.

Cuando llegó, pudo ver que los postigos de las ventanas estaban cerrados, supuso que estaba durmiendo por lo que comenzó a tocar el timbre. Nadie atendía. Los tics de Flor comenzaron a aparecer, potenciados, sentía que algo malo le había pasado, sentía una presión en el pecho, ese tipo de sensación que ella siempre presentía cuando algo malo pasaba o iba a suceder muy pronto.

Luego de un rato de insistir sin obtener ningún tipo de respuesta, se dirigió a la casa de Ana, ya que no se le ocurría otro lugar en donde pudiera encontrarse.

Al llegar a la gran casa azul, pudo ver que ahí estaba, Jazmín se encontraba sentada en el escalón de la puerta, con la cabeza baja sin dejar ver su rostro.

Apenas vio esa imagen, Florencia tiró la bicicleta y se acercó corriendo a Jazmín, quien al percibir su presencia levantó la cabeza. Sus ojos estaban hinchados de tanto llorar, su pintura estaba corrida y sus labios despintados. En su mano tenía un sobre. Al ver esto, Flor se abalanzó a ella dándole un abrazo fuerte, aun sin entender qué era lo que estaba pasando.

Al cabo de unos minutos, Flor se despegó de Jazmín corriéndole los mechones de pelo que tenía sobre su cara y secándole las lágrimas, seguido de eso, prosiguió a darle pequeños besos en toda su cara.

- Jaz, amor, qué pasa.

Jazmín no podía expresarlo con palabras, no le salía la voz, aunque lo intentara, las lágrimas volvían a inundar sus ojos y caían sin cesar sobre sus mejillas.

Flor, al ver que su novia no podía hablar, lentamente le sacó el sobre que tenía en su mano. Al abrirlo, pudo ver que se trataba una carta.

Amada Jazmín:

Te escribo esta carta para despedirme, si, para despedirme. No quise decirte nada en este último tiempo para que no te pongas mal pero... tengo una enfermedad terminal que me ataca el corazón. Hace más de un año que me vengo tratando con médicos profesionales y ellos me dieron la mala noticia de que no me quedaba mucho tiempo de vida.

Traté en este último tiempo decirte lo mucho que te quiero todos los días, y pasar los pocos días que me quedaban junto a mi única nieta amada.

Sé que es difícil para vos leer esta carta, porque en el momento que la estés leyendo, yo ya no voy a estar. Pero quiero que sepas que siempre, siempre, siempre voy a estar en tu corazón y en todo lo que realices, siempre voy a estar acompañándote.

Como siempre te decía, los corazones de las personas que se quieren, siempre van a estar unidos, por más de que ese hilo que los separe se estire mucho, mucho, mucho, nunca va a cortarse. El amor que yo te tengo es más inmenso que el universo junto a todas sus estrellas.

Te amo para siempre.

Tu abuela, Ana.

PD: ahora que ya no estoy, te dejo mi casa mágica, como decías vos de pequeña, para que habites en ella con tú amada Florencia y la familia que formes con esa hermosa mujer. Espero que la magia nunca se termine y crezca más y más gracias a tu brillo.


 

Destinadas a serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora