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--- 8 meses después---

Flor se encontraba en la casa de Teresa, había ido a buscar unas telas que su madre compró en un viaje. Desde que habían dejado de buscar un hijo, ya que Jazmín fue sometida a millones de tratamientos y ninguno funcionaba, ambas se rindieron y decidieron que quizás no era el momento de ser madres. El desgaste físico y la desilusión había causado que la relación entre ellas estuviese distante durante un tiempo.

Luego de haber hablado y recuperado la química que habían perdido entre ellas, el amor resurgió nuevamente y más intenso que nunca. Ambas mujeres decidieron que iban a emprender un proyecto, algo que las mantenga ocupadas y que les llene un poquito el corazón. En su momento, decidieron fundar un restaurant de comida vegetariana, la idea era hermosa y ambas estaban muy ilusionadas.

- Estas están bien Florcita? Son como me habías dicho que las querían, ¿qué te parece?- Teresa le mostraba las telas que Flor le había pedido para las cortinas del restaurant, eran de un color verde manzana claro con estampas de distintos tipos de flores, de todos los colores, acomodadas irregularmente.

- Mamá, son muy hermosas, muchas gracias- Flor las miraba, no podía estar más maravillada con la preciosura de la tela, estaba muy contenta, eran tal cual como ella las imaginaba.

Al salir de la casa de su madre, Flor se dirigió al lugar donde iba a ser el restaurant, la localización era perfecta, se encontraba en la esquina de una calle que pertenecía a Palermo Soho, el local era totalmente vistoso, estaba pintado de un color ladrillo con mesas y sillas de madera amarillas puestas en el exterior del restaurant. Al ingresar, todo estaba casi terminado, los techos del lugar eran altísimos, había ventanales gigantes en las paredes, en el medio del lugar, una gran barra de forma redonda y en el centro de la misma un árbol, el lugar había sido edificado en torno a este con el objetivo de no talarlo.

Lámparas de distintos tipos y colores colgaban a lo largo de todo el techo, ubicadas irregularmente. En uno de los rincones se encontraba un pequeño escenario y a su lado un piano, ya que una de las ideas que Flor y Jazmín habían planteado era recibir pequeñas bandas de música que quisieran presentarse a tocar.

A su vez, el restaurant, también estaba pensado para abrir a la tarde, a la hora merienda por lo que, en otro de los rincones había sillones de distintos colores y una gran biblioteca llena de libros que le daban la posibilidad a la gente de sentarse a leer mientras tomaba café.

La cocina, era lo más lindo del lugar, era totalmente amplia y había sido construida con la idea de que la gente pueda ver lo que hacían en su interior, por lo que estaba abierta al público.

Todo tenía su toque especial, todo fue pensado con mucho amor y dedicación, Flor y Jazmín se desvivían para que fuese hermoso y represente el gran amor que había en ese lugar y que la gente vaya a pasarla bien.

Al llegar a la cocina, Flor se encontró con Jazmín quien estaba sentada encima de la mesada, con una libreta, anotando cosas que faltaban por comprar. Al verla, una sonrisa apareció en sus labios, seguido de esto, le hizo señas a su mujer para que se acercara. Flor, se arrimó a ella, se colocó entre sus piernas, abrazado su cintura, ambas se hundieron en un beso profundo. El amor entre ellas permanecía intacto, estaban en el mejor momento de sus vidas, la tormenta había pasado, después de tantos problemas que les trajo el intentar concebir un hijo, lograron remontar la relación a pesar de todo.

- Hola hermosa- dijo Jazmín, al despegar sus labios de los de Florencia- ya te extrañaba.

- Yo también- Flor miraba a los ojos a su mujer y no podía creer la hermosura de su rostro, era perfecta- mirá lo que traje- mientras decía esto, sacaba de una bolsa la tela de las cortinas para mostrárselas a Jaz.

- Ay Flor! Son preciosas!!, me encantan...

- Bueno me alegra un montón, ahora tendría que llevarlas a la modista para que las haga a medida y después tengo que ir al taller de Norma.

Hacía un tiempo que Flor había vuelto a hacer terapia, le estaba ayudando un montón, y , a su vez, realizaba actividades con el grupo de autoayuda ya que se había dado cuenta que desde que recurría a este tipo de actividades, su tourette era menos evidente, podía notarlo, y eso le hacía muy feliz.

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El evento de inauguración era la siguiente noche, Jazmín, estaba con los últimos preparativos, había contratado a un chef amigo y tres ayudantes, les estaba dando las ordenes y los menús que ella había pensado para la carta del lugar. Estaba totalmente extasiada, feliz, se sentía que por fin tenía algo propio y eso le llenaba el alma.

A la tarde, Miranda llegó al restaurant a ver si su cuñada necesitaba ayuda con los preparativos del evento del día siguiente. Entre ambas acomodaban las mesas, las sillas, colgaban las cortinas que ya estaban listas, ponían los cubiertos, copas, paneras, saleros, en orden. Querían dejar todo listo para el evento, estaban todos entusiasmados y con ganas de ayudar.

Jazmín, además, estaba preparando una sorpresa para Flor, estaba decidida, le iba a proponer matrimonio, ya no aguantaba más, lo quería con todas sus fuerzas y sentía que era el momento indicado, ambas habían pasado por mucho, cosas buenas y malas y a pesar de todo, seguían juntas y el amor permanecía, estaban destinadas a ser y no había vuelta atrás.

- Miru... te hago una pregunta- dijo Jazmín dudosa en contarle a su cuñada el plan que tenía para Flor.

- Si, decime, qué pasa- Miranda escuchaba a Jazmín, pero no quitaba la vista de las copas que estaba lustrando.

- Ehhh... tengo pensado... no sé si será buena idea... - Jazmín estaba totalmente dudosa, sus nervios comenzaron a aparecer y no podía entender por qué su corazón le latía tan fuerte.

- Ay nena dale, me pones nerviosa- Miranda, con su impaciencia característica, estaba harta de esperar a que Jazmín reaccionara.

- Bueno, tengo pensado en proponerle casamiento a Flor en algún momento de la noche, mañana...

Miranda, al escuchar esa frase pronunciada por la boca de Jazmín en una milésima de segundo, soltó las copas, tirando sin querer una al suelo, y sus labios esbozaron una gran sonrisa seguido de un pequeño grito que alarmó al personal que estaba presente en el restaurant.

- AY BOLUDA!!!! Si!!!, no te lo puedo creer!! , me parece hermosa idea, Flor va a morirse de felicidad!! Si, si , si- la alegría de su cuñada era inmensa, no podía creer que ese día iba a llegar al fin, sabía lo que el casamiento significaba para Flor, por lo que le ponía m uy contenta el saber que iba a ser cuidada para el resto de su vida por esa hermosa mujer, Jazmín.

Jaz, al escuchar esto, se tranquilizó, la verdad es que temía de que no reaccionara bien, su inseguridad estaba a flor de piel y era entendible ya que con todo lo que habían vivido con Flor, generaba esa incertidumbre de no saber muy bien cómo iba a ser la reacción de su novia, por eso es que decidió antes pedirle un opinión a Miranda, ya que siempre fue su aliada en la relación y sus opiniones la dejaban bastante tranquila. 

- Uf, me pone muy nerviosa, tengo planeado algo lindo y quería ver si a vos te copaba o te parece muy cursi- la ilusión de la pelirroja podía verse reflejada en sus ojos verdes, estaba entusiasmada. Le contó a Miranda su idea y ella la apoyó al 100% ya que sabía que su hermana iba a estar totalmente feliz. 

Destinadas a serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora