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Ya había pasado un mes desde el fallecimiento de Ana. Jaz y Flor se encontraban en la gran casa guardando las últimas pertenencias que quedaban en cajas.

Habian logrado quitar todo y ahora la casa se encontraba totalmente vacía, lista para remodelarla. Entre las dos pensaron miles de ideas para redecorarla y darle su toque especial. Estaban muy entusiasmadas con la idea de irse a vivir juntas.

Miranda y Virginia también se encontraban ayudando a remodelar y colocar los muebles nuevos.

Al final del día, gracias a la ayuda de las dos Estrellas, llegaron a colocar todos los muebles en su lugar.

La casa había quedado hermosa, las altas paredes estaban pintadas de naranja, con cuadros hechos por Jazmín colgados irregularmente, cada rincón tenia flores, las cortinas que cubrían las ventanas eran de color blanco y tenían girasoles bordados a mano. La cocina era la parte más alegre de la casa, Jazmín le dió un toque especial, los muebles eran de colores y todos los artefactos parecían de juguete. Un inmenso salón donde estaba el piano, unos grandes sillones y, en una de las paredes, una gran biblioteca llena de libros. Todo era tan armonioso, era la casa perfecta, cada detalle había sido pensado con mucho amor y dedicación.

Florencia y Jazmín, estaban en su máximo estado de felicidad, ninguna podía creer que ese había llegado, tenían su propia casa, su propio nido de amor.

Al llegar la noche, ambas se encontraban sentadas en el sillón de su nuevo living, contemplando cada detalle.

- Estoy tan feliz- dijo Flor quien no podía dejar de sonreír.

- Creo que es el día más feliz de mi vida- sostuvo Jazmín, quien giró la cabeza en dirección a su novia, y sus ojos se enfrentaron a los de ella.

Ambas quedaron en silencio, mirándose intensamente, con una sonrisa radiante dibujada en sus labios. Se quedaron dormidas, el cansancio se había apoderado de sus cuerpos, su energía había caducado. Flor y Jazmín durmieron en el gran sillón, juntas, abrazadas, no les importaba la incomodidad, ellas estaban felices y nada iba poder estropear ese momento.

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A la mañana siguiente, la primera en despertarse fue Jazmín, quien sigilosamente se dirigió a la cocina a preparar el primer gran desayuno que iban a tener en su nueva casa.

Flor, quien se encontraba plácidamente dormida, comenzó a sentir el ruido de las tazas y el aroma a café que provenía desde lejos. Sus ojos comenzaron a abrirse, pero sin embargo, se sentía en un sueño, había soñado tanto ese momento que nunca imaginó que ese día llegaría. Se levantó y condujo su cuerpo descansado hacia la cocina de su hogar, donde desde lejos pudo ver a Jazmín quien se encontraba cocinando huevos revueltos acompañándolo con un pequeño baile que iba al compás de la suave música que sonaba de fondo.

Al ver esa escena tan hermosa, Flor se acercó a su novia dándole una sorpresa por detrás con un abrazo. Jazmín, quien pegó un salto ya que no se habia percatado de la presencia de Flor, dio la vuelta para dejarle un profundo beso en sus labios.

-Buenos días- dijo Flor, con una sonrisa en su boca.

-Buen día linda- manifestó Jazmín, quien se veía más radiante que nunca.

El desayuno se extendió hasta el mediodía, ambas estaban sentadas en un pequeño patio de luz lleno de plantas, donde había una mesa y dos sillas, acompañadas de un buen café, huevos revueltos, frutas de todo tipo y tostadas. Se pasaron la mañana charlando de temas banales, entre risas y chistes, todo era perfecto.

Flor, quien nunca había podido contarle sobre el regalo que Ana le hizo el dia antes de partir, decidió que era el momento indicado para indagar en el tema.

- Tengo algo para mostrarte- dijo Flor con cierto tono intrigante- algo que me parece que es muy especial.

-Ay, qué es?!-Dijo Jazmín, con curiosidad.

Flor se levantó para entrar a la casa en búsqueda de la sorpresa. Luego de unos minutos volvió con los escarpines que le había obsequiado Ana en sus manos.

-Qué es eso? - Jazmín no entendía muy bien qué es lo que estaba pasando.

- El día antes de que tu abuela se vaya, vine a visitarla. Esa tarde estaba tan feliz de que haya ido a verla que me regaló esto- Flor, con los ojos brillantes y la voz entrecortada, le mostró a la pelirroja los escarpines.

Jazmín comenzó a llorar, pero su sonrisa se mantenía intacta.

Flor empezó a llorar al igual que su novia pero siguió contando la hermosa anécdota.

-Ana me contó que esta fue la primera cosa que te tejió cuando se enteró de que iba a tener una nieta, me dijo orgullosa que aprendió a tejer por vos.

Jazmín emocionada comenzó a hablar.

- No sabía de eso, pero... por qué te los regaló?- dijo Jazmín quien no comprendía a dónde quería llegar Flor.

- Creo que ella sabía, ella estaba segura de que nosotras en algún momento de nuestras vidas íbamos a formar una familia, por eso me los obsequió, y me pidió por favor que cuando él bebe nazca, le pongamos estos hermosos escarpines.

- Me estás diciendo lo que creo que me estás diciendo?- dijo Jazmín con una sonrisa gigante y un tono de voz un poco acelerado ya que sus palabras comenzaron a trastabillarse y el corazón empezó a latirle más fuerte.

- Creo que es lo que estás pensando- Flor mantenía el misterio.

No hizo falta que aclare a lo que se refería ya que al escuchar estas últimas palabras, Jazmín respondió con un leve grito.

- Obvio que sí!- Luego de esto, Jazmín se abalanzó sobre Flor dándole el abrazo más hermoso que nunca antes nadie se lo había dado.

Ambas comenzaron a llorar y agradecer a la vida por haberlas cruzado en el camino.

Destinadas a serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora