Destinadas a ser

-6-

Al día siguiente, Flor se levantó súper motivada. Esos días que pasó solo con Jazmín y la última charla que tuvieron la hizo recapacitar, le hizo comprender que tenía que esforzarse, que tenía que cambiar. Tenía la necesidad de eliminar por completo sus inseguridades, necesitaba transformar ese aspecto de su vida que no la dejaba vivir tranquila.

Lo primero que hizo al levantarse fue sacar turno a su terapeuta, sabía que eso iba a ayudarla. Hacía casi dos años que había dejado de ir a terapia y todo lo que había logrado hasta ese momento, se echó a perder, junto con la "muerte" de su papá la aparición de una nueva hermana, el haberse enterado que su hermana amada no era hija del mismo padre , Daniel, el casamiento desperdiciado, Jazmín. Todo eso, junto con su yo interior que iba deteriorándose cada vez más hizo que retrocediera por completo.

Los primeros indicios que reflejaban ese deterioro en su personalidad eran representados por el tourette. Hace dos años atrás, cuando seguía yendo a terapia, había logrado controlar la mayoría de sus tics, logrando "normalizarse". Pero luego de todos los sucesos que transcurrieron, hizo que todo el trabajo que había hecho se desperdiciara y sus tics comenzaron a aparecer nuevamente y aún más potenciados que antes.

Esta decisión, hizo esperanzar a Flor, quien se sentía mas fuerte y preparada que nunca, sabía que iba a poder combatir este problema que la atormentaba y que era la principal causa de su inseguridad.

-Florencia, tanto tiempo, como has estado?

- Hola, como estás- dijo Flor con un aspecto total de desconfianza- y, la verdad que mas o menos- hggggg.

- Ah, veo que seguís con los tics.

-Si-cerrá el orto- perdón- concha curiosa- discúlpame- hmmm- estoy un poco nerviosa- hgggg- ya se me pasa- hmmm.

La mujer la miraba con cierta preocupación, en silencio, esperando que Flor se calmara y pueda comenzar a hablar con tranquilidad.

- Si, lo que pasa es que cuando dejé de venir, me pasaron un monton de cosas.

- Cosas? Como cuales?- la terapeuta, comenzó a notar que Flor de a poco se iba calmando y lograba conciliar la tranquilidad.

-Y, en estos dos años, mi papá se "murió" y nos dejó a mi y a mis tres hermanas, digo cuatro...

-Cuatro? No eran tres hermanas las que tenías?

- Si, pero resulta que el dia que nos juntamos con el escribano para hablar de la herencia que nos había dejado mi papá nos enteramos que teníamos otra hermana, Miranda. Bueno, además de la herencia, mi papá nos dejo un hotel para que lo manejemos nosotras, pasaron un monton de cosas, peleas y desorganización, no nos podíamos poner de acuerdo, porque nos llevábamos mal entre todas viste, pero al final pudimos repuntar un poco.

-Y... qué mas fue lo que paso?- preguntaba la mujer totalmente intrigada.

-Y, bueno, en este tiempo conocí a Daniel, con el que me casé por civil, y casi por iglesia. Pero no llegué a hacerlo porque lo dejé plantado en el altar.

Me di cuenta que estaba enamorada de una amiga, Jazmin, que es la ayudante de cocina que entró a trabajar al hotel.

La psicóloga escuchaba atentamente, un poco impactada de todo lo que le había sucedido a Flor en tan poco tiempo.

Florencia prosiguió.

- Bueno, resulta que cuando me di cuenta que estaba enamorada de ella, me fue muy difícil aceptar lo que me estaba pasando, tenia tantos prejuicios metidos en la cabeza que no me podía permitir estar enamorada de una mujer. Me costó muchísimo aceptar lo que me pasaba, y cuando finalmente lo acepté, me sentí muy feliz. Y estoy muy feliz, nunca amé tanto a alguien como la amo a ella.

La mujer la miraba, expectante, esperando mas historias que tenia Flor para contarle, asentía con la cabeza y escuchaba todo atentamente.

- Después, resulta que nos enteramos que en realidad, mi papá no estaba muerto, se hizo el muerto. Básicamente porque nos quería unir a las cinco.

Al principio la verdad es que yo me enojé muchísimo, pero es mi papá viste, y lo perdone.

Flor siguió contando todos los sucesos que había atravesado a lo largo de esos dos años en los que se ausentó a terapia.

Al finalizar, había dejado a su terapeuta sin palabras, era mucha información para procesar, sin embargo, le expresó a Flor que estaba muy feliz de que haya confiado en ella de nuevo para que la ayude a superar sus inseguridades.

Terminada la sesión, Flor se retiró del diván y se sintió totalmente liberada, había olvidado lo bien que se sentía hablar con alguien y expresar todo lo que sentía.

Estaba orgullosa de la decisión que había tomado, y se sentía más segura que nunca. Pero a su vez, temía que algo sucediera y la derrumbara por completo, otra vez.