Destinadas a ser

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--- 2 años después ---

Los pequeños rayos de sol matutino ingresaban por el gran ventanal del living de la casa, incidiendo sobre el sillón rojo e inmenso, donde se encontraba Jazmín sentada, sobre su regazo tenia apoyada la cabeza de su hija, quien ya despierta, miraba el fuego del hogar a leña que estaba encendido. Era pleno invierno, el frío había llegado más intenso que nunca, ambas se encontraban tapadas con una manta polar de color gris oscuro, un silencio pacifico inundaba el ambiente, ninguna hablaba, estaban en una especie de trance, ese típico que uno tiene apenas se despierta.

Florencia apareció por la puerta de la cocina con una gran bandeja en la cual llevaba tostadas con mermelada y otras con queso y tres tazas, dos llenas de café y una de chocolate con leche bien caliente para la pequeña.

- Bueno, bueeenooo, acá traigo el desayunooooo- Florencia elevó un poco el tono de su voz para intentar que su mujer y su hija reaccionaran.

Al ver que la morena se acercaba hacia donde ellas estaban, ambas se reincorporaron y quedaron sentadas sobre el sillón. Flor, llegó al living con un poco de dificultad, depositó el desayuno en la mesa ratona y se sentó en un pequeño sillón que se encontraba al frente de las chicas.

- ¡Que rico mami!- dijo la pequeña con voz de dormida, mientras se acercaba hacia la mesa a buscar una tostada.

- Gracias gorda, me encanta tu café- la pelirroja se inclinó al sillón de Flor para dejarle un pequeño beso en los labios.

La mañana se pasó muy rápido, en un abrir y cerrar de ojos ya era mediodía, Alelí tenía clases a la tarde, ese día era especial, ya que era el "día de la familia" en la escuela y la niña, junto con tres compañeritos más, había sido elegida para leer una pequeña carta al frente de todas las familias. Flor y Jazmín estaban un poco nerviosas, ya que la exposición frente a muchas personas despertaba en su hija el nerviosismo, expresándose con tics inevitables. Ellas habían insistido en que no se expusiera frente a tanta gente, pero la pequeña estaba decidida, quería hacerlo, por lo que sus mamás la dejaron.

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- Y Ali, ¿ya tenés la carta que vas a leer en la escuela?- le preguntó Jazmín mientras se dirigían hacia el restaurante a almorzar.

- Si, acá la tengo en el bolsillo, quedó re linda má, todo fue gracias a la tía- la pequeña le había pedido a Lucía que la ayudara a escribir su carta, porque según ella, sola no podía hacerlo.

- Todavía no puedo creer que haya accedido a ayudarte, estoy completamente sorprendida- dijo Flor, quien no daba crédito de la bondad irreconocible de su hermana.

Al llegar al restaurant, ya estaban esperando a la niña con el plato de comida servido en una mesa, ya que era rutina de todos los días. La pequeña amaba comer ahí, la comida siempre era riquísima y le hacían lo que a ella le gustaba. Era la preferida de todos, cuando sus mamás estaban ocupadas trabajando, la niña se la pasaba en la cocina charlando con el chef y sus ayudantes, le encantaba ver cómo cocinaban, y de vez en cuando ayudaba. Sostenía que cuando creciera iba a ser chef como su mamá y su tío Javo.

Se hizo la hora de irse al colegio, como ese día era especial, ambas mujeres tuvieron que acompañar a su hija, ninguna quería perderse la presentación que tenía. Alelí había invitado a sus tías a que la vayan a ver, Lucía y Miranda no habían podido ir, pero Carla y Vir estaban firmes, ya esperando a que su sobrina llegara para leer la carta.

Alelí llegó con sus mamás a la escuela, quienes fueron recibidas por sus maestras e invitadas a sentarse en las sillas que estaban perfectamente ubicadas al frente del pequeño escenario del lugar, el cual estaba todo decorado, con carteles gigantes llenos de dibujos hechos por los alumnos. La pequeña de ocho años de edad comenzaba a ponerse nerviosa, su mano derecha hacía un movimiento extraño con su muñeca, producto de su tourette, ese tic hacía que la niña se pusiera más nerviosa y otros comenzaran a evidenciarse. Sus ojitos comenzaron a ponerse brillosos, a causa de las lágrimas que empezaban a inundarlos, su respiración comenzó a agitarse. Entre el bullicio de personas, ninguna de las dos mujeres notó lo que le pasaba a la niña, ya que estaban entretenidas con otra cosa. De repente, una niña de la misma edad que Ali, se acercó a ella y le agarró sus manos, la pequeña amiga acercó su boca al oído de Alelí.