Destinadas a ser

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Sin darse cuenta, el día había llegado a su fin, las estrellas inundaban el cielo oscuro y el tamaño de la luna era inmensa, una brisa veraniega acariciaba la piel de Florencia y Jazmín, quienes se encontraban sentadas en el pequeño patio de su restaurant ya que habían decidido cenar ahí. El lugar estaba repleto de gente, se respiraba un aire totalmente armonioso, justo esa noche, una pequeña banda de jóvenes músicos se había presentado a tocar unos temas en el bar, luego de haber cantado un par de canciones, insistieron a que Jazmín subiera al escenario a cantar con ellos, ella accedió felizmente.

She's like cold coffee in the morning
I'm drunk off last nights whisky and coke
She'll make me shiver without warning
And make me laugh as if I'm in on the joke

And you can stay with me forever
Or you could stay with me for now

Tell me if I'm wrong
Tell me if I'm right
Tell me if you need a loving hand
To help you fall asleep tonight
Tell me if I know
Tell me if I do
Tell me how to fall in love the way you want me to.

(...)

La pelirroja continuó cantando esa bella canción hasta culminar el acto con una gran masa de aplausos que provenía del público presente esa noche.

Seguido de esta pequeña presentación, Jazmín, bajó del escenario, sin mirar a las personas que la rodeaban, en sus mejillas se veía un destello rojo producto de la vergüenza que sentía, ya que todas las miradas estaban posadas sobre ella, sin embargo, sólo una le importaba, la de su futura mujer y madre de su hija.

La noche siguió siendo especial, al terminar de cerrar todas las mesas del lugar, ambas mujeres fueron las ultimas en irse del restaurant. Las calles de la gran ciudad se encontraban totalmente desoladas, los faroles iluminaban a los autos estacionados a ambos lados de la senda, ellas, caminando por las pequeñas callecitas de Palermo, se sentían como dos adolescentes que acababan de conocerse.

- Estoy tan feliz- dijo Flor, quien miraba intensamente a los ojos verdes de su futura mujer.

- Yo también, siento que el corazón ya no me entra en el cuerpo- Jazmín, quien se detuvo en el medio de la calle, miró fijamente a la morocha y seguido de esto, le depositó un suave beso en sus labios, siguieron caminando, con sus manos entrelazadas.

- ¿Sabés qué extraño?

- ¿Qué extrañás?

- La pasión que había en nosotras cuando apenas empezábamos a ser una pareja- Flor sostenía la mirada fija en los adoquines de la calle.

- ¿Ah sí?- la sonrisa pícara de Jazmín se hacía notar, sus manos se posaron sobre los hombros de Florencia, y junto con sus brazos, arrimó a la Estrella contra la pared del callejón. Sus respiraciones se mezclaban a causa de la cercanía de sus rostros, sus labios rozaban los unos con los otros, y sus ojos... la intensidad de ambas miradas penetraba el alma de ambas, generando que el aire que salía por sus narices lo haga de manera brusca y entrecortada. El pecho de Florencia ascendía y descendía rápidamente, un escalofrío le recorrió todo el cuerpo, desde la punta de sus pies, recorriendo las pantorrillas, subiendo por su espalda hasta llegar a su nuca.

La mano derecha de Jazmín se depositó detrás del cuello de Flor, por debajo de su cabellera, y con la mano izquierda sujetaba su pequeña cintura. Florencia, quien no sabía cómo manejar todas las emociones que inundaban su pequeño cuerpo, prosiguió a besar apasionadamente a la pelirroja, como si fuera la última vez que iba a hacerlo, sus lenguas danzaban y encajaban una con la otra a la perfección. La temperatura en sus cuerpos comenzaba a ascender, las yemas de los delgados dedos de Florencia descendían desde los omóplatos de su novia hasta la parte más baja de su espalda que se encontraba descubierta a causa del pequeño top que llevaba puesto, su piel se erizaba y a medida que las manos de la morocha bajaban por todo su cuerpo, la intensidad de los besos aumentaba. Jazmín tomó a su mujer por debajo de sus nalgas y la alzó, causando que esta entrecruce sus piernas por detrás de la espalda de la pelirroja, su cuerpo seguía posado sobre la pared, pero ahora se encontraba en una especie de levitación, sujetada por su novia, quien lo hacía de una forma totalmente segura.