Cap. 1 Rapto

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Hace ya dos meses que los Vulturi vinieron a "visitarnos", si es que esa era la palabra correcta ya que solo habían venido en su afán de destruirnos y hacer notar la justicia que ellos aplicaban, aunque en realidad no se le podía llamar de esa manera. Para empezar, porque sus normas algo viejas y a veces tontas, ya que ellos también habían llegado a desobedecerlas de vez en cuando por su propio bien o satisfacción de poder.

Eran leyes que se aplicaban a su conveniencia, y algunas solo se inventaban cuando necesitaban una explicación a sus medidas para dominar más criaturas en este mundo.

Dejando atrás aquello y volviendo aquí, a Forks; después de todo este tiempo ya solo quedamos los Cullen en la casa, todos se habían ido el mismo día en que todo ese lio se acabó, dejándonos su amistad e incondicional apoyo, para cuando lo necesitáramos y más en casos como este, ya que les había quedado más que claro que éramos enemigos comunes de los Vulturi, por llamarlo de una manera amable y sensata.

Aunque cabe recalcar que los del clan Denali estuvieron unos días más que todos ellos, ya que son más una familia para nosotros, como si fuéramos primos o algo por el estilo, bueno aunque ellos estuvieron aquí junto con Nahuel y su tía -los cuales me prometieron venir a ver mi crecimiento en cuanto pudieran, ya que les interesaba mucho conocer a alguien de mi especie, que no fuera su familia -ellos solo se hospedaron en casa por motivos de conocerme y pasar tiempo con los demás, por lo cual les tome mucho cariño, aunque fue un poco más de tiempo que los de Denali por la lejanía de su hogar.

Se podía decir que después de todo esto nuestra vida había vuelto a la normalidad totalmente, era igual que antes de la visita de los Vulturi, ya éramos la misma familia "normal", bueno lo más normal considerando que es normal para ser unos vampiros "vegetarianos".

Ya no teníamos problemas con nadie, ni siquiera con los metamorfos o Quiletes, ya que se había hecho un nuevo trato hace un buen tiempo ya. Y vivíamos libres de tensiones, y esas cosas, es decir teníamos una tranquilidad, la de que ellos no nos atacarían más, porque en su visita se vieron opacados en número y por eso decidieron dar marcha atrás a su plan de acabarnos.

Yo había crecido tan solo unos centímetros más, y con ello también mis rasgos y las cosas que sabía cambiaron, era más una niña de cuatro años creo. Charlie no se sorprendía para nada al verme, creo que le era costumbre ya, o que se había inventado un tipo de conclusión para todos nosotros, porque también estaba toda mi familia y los lobos que ellos por el contrario de mí, no cambiaban absolutamente nada.

Seguíamos viviendo en Forks, aunque obviamente ya no salíamos de la mansión más que para cazar o disfrutar del bosque, lo cual era no tan seguido ya que pasábamos más tiempo dentro de la casa, bueno Alice de vez en cuando era la que salía porque iba de compras al centro comercial –su vicio, nunca lo abandonaría al parecer- pero solo iba a Seattle y con muchas precauciones, por lo tanto ya nadie sabía que vivíamos ahí aun, pensaban que nos habíamos mudado y los que sabían de nosotros-Charlie y algunos de La Push como Jacob- confirmaban nuestra mentira cada que les preguntaban por nosotros.

Eso era lo más conveniente, ya que nadie debía vernos porque se darían cuenta que la niñita que Edward y Bella habían adoptado después de la muerte del hermano de Edward –la sobrina de ellos dos- crecía demasiado rápido, y que los demás Cullen eran todo lo contrario, porque no envejecían, eso obviamente levantaría demasiadas sospechas. Teníamos que seguir bajo perfil y si era posible pasar por desaparecidos de Forks, para no tener problemas graves, por el riesgo de ser descubiertos.

Todos mis días eran algo similares, aunque a pesar de eso me gustaban, me sentía cómoda con esta rutina, sentía que nada, ni nadie cambiaria esto, mi felicidad junto a todas las personas que amo realmente con todo mi corazón.

A media luz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora