Cap.13 Visita inesperada

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Estuve observando todo el cielo durante toda la noche hasta que amaneció, y cuando vi que ya era hora de arreglarme para ir a la escuela me levante; saque unos jeans, una blusa de color azul del armario, mis tenis, y acto seguido me cambie de ropa; baje a la sala a esperar a Santiago y el bajo en cuestión de minutos, menos del tiempo que hacia habitualmente, había aprendido en los últimos días a no tardar tanto en arreglarse, eso estaba mucho mejor.

Subimos al auto, lo encendí y nos dirigimos a la escuela. Al llegar pude escuchar que todos estaban hablando del baile, recordando lo sucedido ahí y todo ese tipo de cosas. No tenía ganas de escucharlos ya que ese tema no me interesaba en lo más mínimo. Entro al salón, y el alboroto seguía ahí, el maestro de mi primera clase no se presentó, y nos dejaron la clase libre, me dirigí a la biblioteca un momento, y como nadie entra ahí más que cuando necesitan algo para un trabajo o examen, esta estaba sola, bueno estaba la bibliotecaria sentada en su escritorio pero estaba sumida en un gran volumen de mitología griega.

Comencé a recorrer los pasillos viendo los estantes de los libros, eran muchos y obviamente eran de todo tipo, al igual que de tamaño y color; aunque no lo pareciera la biblioteca era algo grande, al menos en cuanto a cantidad de libros. Recorrí pasillos y pasillos y me perdí en mis pensamientos viendo la cantidad de libros ya que me gusta mucho leer, era como si fuera una niña y estuviera en una tienda de dulces, no sabía cuál de todos tomar. Estaba en eso cuando alguien me tomo por la espalda y yo me gire sorprendida. Era Emmet.

-Hola. Pregunte por ti y me dijeron que entraste aquí, es algo raro-dijo mirando alrededor.

-Hola. Y, ¿Qué es raro? ¿Yo? –reí un poco, recuperándome del hecho de no haberme percatado de su presencia en cuanto cruzo el umbral.

-Si también tú, pero no hablo de eso, me refiero a que estés aquí. En todo el tiempo que he estado aquí no he visto a nadie entrar a este lugar al menos que necesiten algo de tarea-rodo los ojos como señal de indignación.

-Pues creo que eso se debe a que en realidad soy diferente a todos los demás-sonreí y camine hacia una mesa que se utilizaba para hacer trabajos, o estudiar, que estaba cerca de nosotros, solo a unos cuantos metros de distancia. Emmet me siguió.

-Eso me queda claro, pero es bueno ser diferente-se sentó de manera grácil, y yo hice lo mismo.- Cuando se es en el buen sentido- reí ante su comentario.

-Lo sé.-lo mire- entonces ¿tu también eres raro al estar aquí?

-Eso creo-rio entre dientes, en un intento de sofocar un par de carcajadas.- ¿Y, qué libro estabas buscando cuando te sorprendí? En serio que te llegue por sorpresa.

Él tenía razón me había sorprendido, pero eso solo había sido porque me había sumido demasiado en mis pensamientos como para sentir el movimiento de un vampiro, si hubiera sido humano si me hubiera percatado de su presencia, ya que aunque traten de ser silenciosos son ruidosos para alguien como yo, pero como él no es asi, si me dio un susto leve.

-Pues no lo sé, solo buscaba. Y tuviste suerte, no me pueden sorprender fácilmente-dije mientras jugaba con un mechón de mi pelo.

Le había dicho la verdad sobre lo de que no me sorprendía, era como si le quisiera mandar pistas de quien era en realidad aunque sabía que nada pasaría ya que él no se daba cuenta, era como si estuviera sumido en que era su amiga humana y ya. No se imaginaba que pudiera haber algo más en mí. No se daba percataba de quien era en verdad a quien tenía en frente.

Suspire.

-A ver juguemos a veinte preguntas-dijo sonriendo, mientras que me sorprendía por el cambio drástico de tema.

A media luz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora