Hoy era lunes, y comenzaban nuestras clases en el instituto, seria nuestro primer día, y obviamente habría algo de alboroto ahí por ser los nuevos, y más porque no solo éramos nuevos sino también éramos extranjeros, sería algo absurdo toda esa atención; trate de olvidar eso y me levante y puse unos jeans una playera gris, un suéter negro junto con mis tenis negros también. Los colores alegres o llamativos no me gustaban mucho, prefería los oscuros o neutros, y además así pasaba más desapercibida que con colores llamativos.
Baje las escalera y tome las llaves del coche que habíamos comprado para ir a la escuela –un convertible gris, ya que Santi no había querido comprar algo más disimulado, para llamar un poco menos la atención, peor en fin el carro tampoco estaba tan mal,- tome mi mochila y espere a Santiago en la puerta. Se estaba tardando mucho, no podía creer que el tardara más que yo en arreglarse, llegaríamos tarde así.
-Vamos no puede ser que tardes más que yo-dije no muy fuerte porque aun así el me escucharía.
-Ya. Vamos-dijo apareciendo como rayo enfrente de mí.
Asentí y salimos de la casa.
-Serio, ¿cómo puedes tardar tanto? –dije mientras subía al auto.
-A mi si me importa mi imagen no como a ti May. Ya deja el tema de lado-dijo al observar mi expresión cabreada- anda arranca o llegaremos tarde.-Se subió al asiento del copiloto y miro al frente.
Encendí el auto sin decir más. El camino a la escuela era un poco largo ya que la casa que habíamos comprado estaba algo lejos del pueblo, por el bosque, para así tener mucha privacidad, y pues con el tiempo que teníamos para llegar no podíamos darnos el lujo de ir a una velocidad moderada, así que acelere un poco, bueno mucho pero en fin bajaría la velocidad en cuanto estuviéramos algo cerca de la escuela, no quería una multa. Llegamos a la escuela en poco tiempo aunque aun así ya casi daban el timbre para entrar a clases, pero fue lo más rápido que se pudo.
Baje del auto tomando mi mochila y le puse la alarma al carro. Todos se giraron a vernos. Era de esperarse, en primera por el coche y porque éramos los nuevos, y también creo que el hecho de que aun tuviéramos algunos rasgos de vampiros –los que hacen que los humanos nos sigan y no tengan miedo- eso influía un poco. Por lo tanto nadie nos quitaba la vista de encima, eran muy obvios, aunque si había unos que otros que le despistaban un poco, creo tenían algo de educación, para no mirar descaradamente a los nuevos.
Al caminar para entrar a la escuela los pensamientos de los chicos hacían que me estuviera riendo un poco. Era algo muy… ¿típico de ellos? No lo sabía con exactitud, pero me parecía algo absurdo, y por no decir irritante. Ya que sus pensamientos eran:
"Wow me encanta su auto, de seguro son ricos"
"Vaya los nuevos, de seguro son unos presumidos ya que se ve que son ricos. Puff"
"La chica no está nada mal, tendré que presentarme"
"Gemelos, uhm está bien, pero de seguro los populares los querrán con ellos. Ash. Otros más con aires de grandeza a los cuales soportar"
"Esos nos quitaran la atención, no puede ser, y además, el chico no está nada mal, pero de seguro la hermana lo tiene cuidado"
Tenía ganas de desactivar mi don y asi ignorar sus pensamientos, pero necesitaba estar alerta aquí, nunca se sabe que pueda pasar, asi que tendría que soportarlos todo el dia. Aunque los ignoraría lo más posible porque si no, estallaría con esto.
Suspire.
-¿Qué pasa?-dijo Santiago llamando mi atención.
-Es que son tan humanos-le respondi irritada.
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A media luz.
Teen FictionEl amanecer es tan solo el comienzo. Los Vulturi no se rinden con facilidad, los Cullen tienen algo que ellos desean; no podían quedarse de brazos cruzados. Todos creían que a pesar de eso ella seria como antes, pero nada esta escrito su destino pod...