Cap. 25 Mas reconciliaciones de estas.

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Aloh, aloh mundo(?) Bueno, quiero sugerirles que escuchen Undo- Sanna Nielsen, y quiza Dancin' in the mirror-Bruno Mars. Ustedes mismos se darán cuenta cuando va cada una. Bueno, para finalizar agradezco a todos los que no han abandonado la historia, y se mantienen pendientes de las actualizaciones. No olviden poner la estrellita o comentar, si les gusto.

PD. Cabe agregar que el final se acerca, el final de esta parte. Si, esta parte.

Capitulo 25.

POV. Renesmee/May.

El silencio que siguió fue incómodo. Pero no del tipo en que te preocupaba que alguien estuviera molesto contigo, o con lo que habías hecho, sino del tipo en que temías que uno de ellos fuera a arrancarte la cabeza de un tajo. Alec permanecía de pie junto a mí, que me mantenía apoyando más peso en una pierna que en otra, evitando poner una mueca de cansancio, mientras los demás buscaban desviar la mirada de nosotros dos, todos excepto Ethan. El me miraba como no entendiendo del todo porque había hecho esto, pero a su vez, no me juzgaba. Se podía decir que solo estaba sorprendido por mi decisión y por eso, no podía culparlo, dado que era un sentimiento bastante normal a decir verdad.

-¿No piensan decir nada?- tuve que suavizar mi tono de voz, repetir esas palabras mentalmente, para evitar soltarlas agriamente. No quería discutir. Pero estaba nerviosa por el comportamiento de todos, además de irritada. Alec me había hecho un gran 'favor', uno que lo había condenado y yo solo pensaba que cubriéramos nuestra parte.

Ellos ya sabían esto cuando le llamaron. Lo sabían. No paraba de decirme eso, sabiendo que hacia lo correcto, pero ellos actuaban como si no fuera así.

-Querida…- Esme fue la que se atrevió a alzar la voz, pero la dulzura no servía para encubrir las intenciones que su rostro delataba.

-Si no piensas dar una excusa formidable y basta, para negarte a esto: no digas nada.

No me gusto tener que hablarle de esa manera, pero era lo adecuado, y así logre que apretara los labios en una tensa línea, enterrando sus protestas sin fundamentos detrás de esa expresión. Escudriñe la habitación un par de veces más, tratando de ignorar la tensión del ambiente, hasta que al final termine soltando un largo suspiro.

-Aunque esto les joda, saben que lo causaron. Pudieron dejarme morir, pero decidieron pedir ayuda y esto es lo que viene adjunto a la ayuda- replique, sintiendo como comenzaba a irritarme. No tenía fuerzas para discutir, pero realmente que no podía dejar las cosas así. Ellos se movieron incomodos ante lo que había dicho, por lo que podía decir que les había calado un tanto con lo que dije.

-No tenemos suficiente lugar…- había musitado Alice, cuando le corte el hilo rápidamente.

-No pensaba que se quedara aquí, en esta casa. Por si no lo recuerdan tenemos una igual de grande y más vacía, no tan lejos de aquí.

-Si se pasa tan solo un poco- Santiago se detuvo a media oración, o más bien amenaza, para lanzarle una mirada asesina a Alec, misma que el aludido le devolvió sin inmutarse.

Será como tener dinamita y fuego demasiado cerca, pensé, ya imaginando el sinfín de discusiones entre esos dos.

-Si se le ocurre hacer algo, yo misma le arrancare las extremidades lentamente, antes de arrojarlas al fuego- le asegure, dedicándole una mirada significativa, haciendo que llevara sus ojos a mí, relajándose notablemente. Asintió. Probablemente más negado que convencido, pero lo hizo. Acepto.

-Así que los tres seremos compañeros- comento Alec, tratando de bromear y molestar a la vez a Santiago, pero entonces negué con la cabeza.

-De hecho, esperaba que fuéramos cuatro- mi voz había perdida dureza y se había vuelto suave y una octava más baja de lo normal. Solo por un instante mantuve mi vista en el suelo de madera, antes de llevarla hacia él, conectando al momento. El inclino su cabeza unos milímetros a la derecha, frunciendo levemente el ceño, de esa manera tan suya que tenía, indicando que estaba cavilando profundamente. Eleve las cejas, indicando que esperaba una respuesta y entonces el dio un par de pasos hasta colocarse a escasos centímetros de mí y coloco sus manos en mis caderas, acercándome.

A media luz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora