Cap. 20 Ironía.

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POV Renesmee/May.

Instantes después de que él desapareció en el bosque tras aquel aullido desgarrador, cerré la puerta y arrastre mis pies hasta las escaleras, dejándome caer en el primer escalón, tome mis rodillas con mis brazos, mientras lágrimas seguían resbalando por mis mejillas, aunque ningún sollozo salía de mis labios, no podía permitirme una muestra de debilidad de tal grado. Llorar, podía pasar de vez en cuando, pero un drama completo, eso no.

Sí. Si me sentía culpable por ser quien le causara ese sufrimiento a Jacob, pero simplemente no podía corresponderle y por consecuencia tampoco podía hacerlo feliz. Y no estaba dispuesta a destinarlo a una eternidad con alguien que no lo amaba, solo por miedo a romper su corazón. Eso solo sería peor. Prefería que me odiara en estos momentos por serle sincera, que por fingir sentimientos que jamás aparecerían. El para mí solo era un amigo con el que podía contar, solo eso y nada más. Ya que, por más iluso que pareciera, yo solo podía pensar en estar con alguien. A pesar de que eso significara un peligro total para él. Era lo suficientemente egoísta para fantasear con la posibilidad. Y también lo suficiente, como para llevarlo a cabo, pero al mismo tiempo, deseaba protegerlo, y eso era el único razonamiento que pensaba seguir.

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El sonido de pasos aproximándose con rapidez me hizo salir de mis pensamientos, y alce mi vista hacia la puerta para encontrarme con Santiago, Edward, Emmet, Bella y Alice de pie frente a esta, que se encontraba entre abierta. Cada uno tenía una expresión diferente. Aunque la que no me gustaba era la de Bella. Tenía una mirada de asesina serial, que iba dirigida hacia mí sin tapujos, y sabia el porqué de esa mirada. Con este poco tiempo cerca de ella, conocía como funcionaba su mente. No era nada complejo, e incluso, hasta mediocre. Su mente trabajaba bajo ciertos aspectos muy simples, dejándome conocer de antemano sus reacciones.

-Que rápido corren los rumores- masculle de mala gana rompiendo el silencio, luego de limpiar el rastro de las lágrimas de mi rostro con mi antebrazo.

-Sus pensamientos siempre han sido fuertes- comento Edward acompañado de un encogimiento de hombros.

Asentí más por inercia que por alguna otra razón.

-¿Por qué demonios hiciste eso?- chillo Bella, y yo emboce una media sonrisa. Ella era en verdad predecible. Estaba más que claro que ella había venido hasta aquí solo para abogar por Jacob. –Él es una gran persona, ha estado ahí para ti siempre, aun a costa de su propia vida. Siempre piensa en ti antes que en él, y tú no puedes dejar de ser egoísta por unos segundos para pensar en él, en su felicidad–coloco sus manos sobre sus caderas mientras daba unos pasos hacia donde me encontraba, con aspecto amenazante. Cuando estuvo frente a mí, me puse de pie, desafiándola sin premeditarlo.- Ustedes están destinados a estar juntos, desde el momento en que te vio en brazos de Rosalie. ¡Le perteneces! –con cada palabra que pronuncio hizo que mi culpa se convirtiera en enojo, no dejando rastro alguno de la tristeza que me había invadido. Ella hablaba de mí como si fuera una cosa y peor aún, una que tenía dueño.

-Nada de lo que digas hará que cambie de parecer- le gruñí en respuesta a su sermón.

-¡Él te ama!- insistió de manera arrogante mientras me tomaba por los hombros, zarandeándome un par de veces.

-Yo a él no- la empuje para que quitara sus manos de encima mío, haciendo que tropezara y tuviera que hacer uso de sus reflejos para no caer, al sujetarse del sillón detrás suyo.

-¡Renesmee Carlie Cullen Swan! ¡Debes de estar con él! Es tu destino- dio un golpe al piso con su zapato al finalizar.

-A mí no me hables así –vocifere en un tono bastante amenazante, a lo ella que dio un respingo. Bien, había logrado asustarla.- En primera mi nombre ya no es ese. En segunda, no le pertenezco a nadie dado que no soy un objeto, y mucho menos voy a pasar mi eternidad al lado de alguien a quien no amo solo porque una estúpida leyenda de metamorfos.

A media luz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora