Abrí los ojos para luego pasar el dorso de mi mano por ellos, sacudiéndome el sueño. Gire mi cabeza un poco a la derecha, para encontrarme con un Ethan profundamente dormido. Su cabello estaba hecho un verdadero lio, su rostro estaba completamente relajado, sin importar que la mitad de su cara estuviera pegada al colchón. Sonreí interna y externamente, extendiendo una mano hacia su mejilla, la cual acaricie con delicadeza, para luego pasar a su cabello. El abrió los ojos con lentitud, acostumbrándose a la oscuridad del ambiente, que solo la luna lograba disminuir un poco. Sonrió ampliamente, mostrándome una hilera de blancos dientes, cosa que me hizo sonreír aún más.
-Buenas noches- musite antes de depositar un corto y rápido beso en la comisura de sus labios, alejándome antes de que lograra atraparme.
El negó con la cabeza y extendió un brazo hacia mi cintura, para acercarme él. Pase mis manos por su abdomen y pecho, antes de colocarlas sobre sus hombros. Su mano que seguía sobre mi cintura, voló hasta mi espalda baja, dejando caricias circulares en esa zona, cosa que me hizo soltar un profundo suspiro, él rio.
-Buenas noches- susurro contra mi rostro-. Y vaya que son buenas.
Apoye mi frente en su pecho, cerrando los ojos, mientras en seguía recorriendo mi espalda con sus dedos. Era una sensación que no podía describir, pero que no iba a hacer que detuviera, por lo que me quede quieta, sintiendo.
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Dos semanas después.
Tome la goma de color azul que estaba en el mueble, y la estire para hacerme un moño desordenado. Cuando termine, le sonreí al espejo al darme cuenta que Ethan me observaba desde la cama. Coloque mis manos sobre mi cintura, a manera de jarra, enarcándole una ceja a su reflejo en el espejo. El solo sonrió, antes de ponerse de pie e introducir sus brazos por entre los míos, apoyando su cabeza en mi hombro, depositando besos en mi clavícula. Deslice mis manos para ponerlas sobre las suyas. Alzo la cabeza, y miro hacia nuestro reflejo.
-Luces hermosa- comento con un tono suave. Solté una risilla, mirando a través del cristal.
-Me lo han dicho antes- me encogí de hombros ante su mueca y ceño fruncido, procurando no reír-. Pero, me encanta cuando lo dices tú y solo tú.
Con eso la sonrisa volvió a sus labios, en ese preciso momento Santiago llego a la puerta y sin darle oportunidad a tocar, me aleje con delicadeza de Ethan para abrirle la puerta. El bajo la mano que seguro iba a usar para llamar a la puerta. Nuestras miradas se encontraron y supe que nuestro tiempo de paz había terminado. Porque estos días tranquilos, no eran la calma después de la tormenta, no, solo eran una pausa de entre lo que podría convertirse en una catástrofe.
-Deberías ponerte algo más cómodo- mascullo, claramente molesto. Pero no conmigo, sino con lo que estaba sucediendo, por lo que pase por alto su tono y me dispuse a acomodar su sudadera de color gris, con un estampado que decía 'Muérdeme', en letras negras. Enarque una ceja hacia él, dispuesta a relajarlo un poco, si es que eso era posible.
-¿Muérdeme? ¿En serio?
-Me gustan las ironías –argumento, recargándose en el marco de la puerta-. Y vamos, no me cambies de tema, que los Cullen y lobos han decidido entrenar, ya sabes, tienen esa costumbre.
-Cierto, porque ante crisis de esta magnitud, mantener la forma es lo mejor- canturreé como si de anuncio de comercial se tratara, pero él no se inmuto-. Carajo, siquiera sonríe, que estoy haciendo un gran esfuerzo por animarte.
-Lo que me animaría seria saber que estas en forma para patear traseros, así que mueve el tuyo y cámbiate, salimos en cinco.
Dicho eso, me dedico una sonrisa triste, que significaba que hacia lo que le estaba a la mano, pero que este asunto le molestaba demasiado. Le devolví una sonrisa similar antes de girar sobre mis talones, rumbo a los cajones, dejándolo en la puerta.
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A media luz.
Teen FictionEl amanecer es tan solo el comienzo. Los Vulturi no se rinden con facilidad, los Cullen tienen algo que ellos desean; no podían quedarse de brazos cruzados. Todos creían que a pesar de eso ella seria como antes, pero nada esta escrito su destino pod...