Habían pasado dos semanas de que llegamos a la ciudad, todos ya se estaban acostumbrando a nosotros, estábamos dejando de ser el centro de atención y todas esas cosas; después de la "presentación" de las chicas Cullen había evitado a toda costa el estar cerca de cualquiera de los Cullen. Claro que los veía en clases, porque algunos de ellos estaban conmigo en unas clases pero de ahí no pasaba, porque no les dirigía la palabra ni nada, creo que habían entendido que no quería problemas con las chicas y prefirieron evitarme problemas y a la vez evitárselos ellos. Eso era lo mejor.
Mientras tanto Santiago y yo habíamos estado viviendo normalmente, sin ningún inconveniente de ningún tipo. Y en cuanto a comida, pues hasta ahora no habíamos tenido ningún problema por nuestra dieta, porque utilizábamos el método más común o fácil, el buscar humanos en los callejones, ya que generalmente a los que encontramos ahí son personas que nadie echara de menos, bueno al menos casi nadie, y por lo tanto no se hace tanto escándalo por ellos y además después los incineramos. Asi nadie nunca sospecharía nada y nos evitaríamos los problemas con los Cullen. Todo iba muy bien, no se podía pedir más en cuanto esto.
Estaba en el estacionamiento esperando a Santiago para entrar a la cafetería, cuando escuche como dos personas estaban discutiendo. Trate de ignorarlas pero las voces estaban un poco fuertes, al menos para alguien como yo, era imposible escucharlas, aun así todo lo posible pero las voces fueron subiendo de tono y entonces fue cuando reconocí las voces de Emmet y Rosalie. Tenían una pelea fuerte, aunque no se bien de que, ya que trataba de ignorarlos lo más posible. No quería ser entrometida.
-¡Me tienes harta!-grito Rosalie y paso por mi lado rápidamente yo desvié la mirada, aunque ella ni siquiera se había inmutado en quien era yo, no me había dedicado ni una mirada rápida.
Estaba a punto de irme cuando escuche como alguien sollozaba, y obviamente reaccione quien era, esos sollozos provenían de Emmet, al parecer habían tenido una muy gran discusión. Sabía que debía alejarme lo más posible de ellos pero por otra parte no quería hacerlo, escuchaba como el sufría y pues algo dentro de mí se removía al escucharlo así, sentía ganas de estar con él, de consolarlo y más porque nunca pensé verlo así. Nunca la verdad, y no quería verlo así. Estuve unos momentos luchando con mi razón y al final decidí acercarme a él.
Camine un poco casi arrastrando mis pies hacia el lugar y lo encontré sentado en el suelo con el rostro escondido en sus rodillas y me senté a su lado. El levanto el rostro y me miro dejando de sollozar por un momento.
-¿Qué paso Emmet?-dije con voz dulce pero a la vez preocupada.
-No, nada May, no te preocupes-dijo cerrando los ojos.
-No me mientas si escuche como sollozabas-me acerque un poco más a él.
-¿Me escuchaste?-dijo aun con los ojos cerrados.
-Sí, pasaba justo por aquí, es difícil no hacerlo –tenía que mentir, pero en este momento no me importaba- y la verdad nunca pensé verte así, te ves muy…fuerte-eso si era verdad, -puedes confiar en mí-puse mi mano en su hombro tratando de demostrarle apoyo. El abrió los ojos y me miro. Después de unos segundos asintió. Y se sentó de modo que estuviera de frente a mí y tomo mis manos. Medio sonrió y luego suspiro.
-No sé por qué hare esto sino te conozco bien, pero al mirarte a los ojos siento algo de confianza, como si en realidad te conociera-confeso sonando plenamente sincero. Yo suspire, el sentía eso porque así era, pero no le podía decir eso, así que solo sonreí. -Incluso me dan ganas de decirte absolutamente todos mis secretos, pero no puedo contarte absolutamente todo, sin ofender-medio rio, recuperaba su humor de siempre.- Bueno pues el asunto es que tuve una discusión con Rosalie, ella piensa que ya no la quiero, que me olvide de ella, dice que he cambiado, y también piensa que me gusta alguien más…-dio una carcajada sarcástica. Su expresión era algo parecido a "Como si eso pudiera pasar".
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A media luz.
Teen FictionEl amanecer es tan solo el comienzo. Los Vulturi no se rinden con facilidad, los Cullen tienen algo que ellos desean; no podían quedarse de brazos cruzados. Todos creían que a pesar de eso ella seria como antes, pero nada esta escrito su destino pod...