-¿No vendrás hoy tampoco?- preguntó Nayeon en el teléfono-Te van a echar
-Es que no me siento bien, no me puede echar
-Faltaste toda la semana, Lisa, ¿a qué le huyes?
-Estoy MUY enferma, llevaré la certificación el lunes, le huyo a no recuperarme nunca...- intenté ser irónica para que Nayeon deje de insistirme.
En realidad sí, le huía a la realidad, a hacerme cargo de mis actos. Nayeon me contó que Roseanne había ido a buscarme en dos oportunidades esa semana, y que ella le había dicho lo que había notificado "tiene una conjuntivitis súper contagiosa".
-Al que van a echar es a mi padre por hacerte un certificado de enfermedad falso- dijo BamBam sentado en mi escritorio mirándome fijo- ya has llorado ¿cuánto? ¿5 días seguidos? En fin, ¿me vas a contar qué sucede? ¿Acaso esa chica no quiere estar contigo?
No podía contarle a él que la razón de mi "enfermedad" y mis llantos se debía a que había descubierto que la familia de la chica que me gusta era una manada de mafiosos y asesinos. No podía ni decirlo para mí misma. Había dejado en visto a Roseanne con su último mensaje pidiendo que le conteste, no quería verla nunca más. Además, no podía pensar en sus ojos, después de haber hecho lo que hice con su hermana. Me sentía avergonzada y confundida. Era demasiado abrumador todo lo que me acontecía. Cada vez que intentaba hablar de ello, me largaba a llorar otra vez. Contarle a BamBam era ponerlo en peligro a él también.
-¿Es por ella? Contestame aunque sea eso- me preguntó ya dándose por vencido
-Mmh... Sí- si bien no era lo único que me pasaba, todo giraba en torno a ella
-Mira no tengo idea de cómo se manejan las lesbianas en su lesbianworld pero creo que si lo hablan, va a estar todo mejor- dijo haciéndome reír por primera vez en esa tarde.
-Ojalá fuera tan fácil
-Lisa... Hablando en serio- dijo acercándose a mí y poniéndose serio como nunca- desde que esta chica apareció... Ya sabes... Estás más rara, cambiada.
Su declaración me dejó perpleja y me sacudió como una abofetada
-No te lo tomes a mal, tú eres mi amiga y quiero lo mejor para tí, ¿pero realmente tiene que ser tan complicado estar al lado de alguien?
-No... Pues... No sé...
-Habla con ella, pero fíjate cuáles son tus prioridades. Y si tienes ganas de seguir así, ni siquiera es tu novia, NI SIQUIERA SE HAN BESADO JODER, ¿y ya estás pasando por todo esto?
BamBam se acercó aún más y me abrazó. Cuando puse mi cabeza en su hombro, volví a llorar, pero ahora sin miedo y sin vergüenza: con tristeza. Me entristecía pensar en la situación en la que me encontraba, y pensar en que ni siquiera sabía que sentía ella por mí. ¿Estaba dispuesta a pasar todo esto sin saber siquiera si soy correspondida en mis sentimientos? Otro pensamiento se apoderaba de mí, ¿realmente podría tener una relación con ella sabiendo que su familia forma parte de la mafia? ¿Dónde está mi amor propio?
Otra vez no podía dormir, nuevamente esas madrugadas donde mi cabeza se llena de posibles escenarios y el dolor de panza no me hace olvidar las cosas que hice y que ví. El viento chocaba contra mi ventana y hundí mi cara en la almohada, ¿qué iba a hacer? Tenía ganas de huir, de cambiar mi nombre y comenzar de nuevo lejos de allí. ¿Podría dejar a Roseanne? Una pregunta llevaba a la otra, ¿dejar qué de ella exactamente? ¿La idea que hice en mi cabeza? ¿El abrazo que nos dimos?
Me levanté resignada y miré por la ventana. Me gustaba ver el cielo, la luna me hacía sentir acompañada. Me sentía terrible.
De repente, pensé que estaba soñando, pero apareció en la acera una chica que venía corriendo.
-¡¿...Roseanne?!
Bajé las escaleras y salí al patio para ir a su encuentro
-¿Q... Qué hacés aquí a esta hora?- pregunté exaltada.
Ella se apoyó en sus rodillas y se levantó abrazándome-No sé cómo hice para venir hasta aquí sola- dijo agitada - ¿No estabas enferma?
-Ehh, pues, ya estoy mejor. Pero, ¿Acaso estás loca? ¿Qué haces aquí?
Ella se separó de mí y tomó mi mano para ponerla en su mejilla.
-Te extrañé, pensé que no querías verme más y tenía que comprobarlo- dijo con su suave voz.
¿Cómo no voy a querer verte más, Roseanne? Si sos lo único en lo que pienso.
-Acaso estoy soñando- dije sintiendo el frío de la acera en mis pies. Había salido en pijama y descalza, otra vez.
Roseanne me pellizcó y me quejé.
-Entremos a tu casa, por favor, sácame de aquí- me dijo tomando mi brazo.
Entramos sin hacer ruido y subimos a mi habitación.
-No prendas la luz- me pidió- me gusta la luz de la luna.
Estaba nerviosa. No sabía qué hacer y olvidé todo lo que había sucedido antes de dejar de vernos. Parecía un paréntesis en mi vida: todo se sentía como si sólo existieramos ella y yo.
Roseanne se sentó en mi cama y bajó la cabeza.
-Pensé que no te vería nunca más- dijo mirando el suelo.
Se acostó en mi cama y yo la seguí. Nos miramos acostadas y tomó mis manos. Nuestras frentes chocaron y ella cerró los ojos esbozando una sonrisa.
-Creo que podría estar así el resto de mi vida- dije sin pensar.
Ella sólo sonrió, y en poco tiempo, nos quedamos dormidas.