Perdida

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Aprendí lo que significaba dormir cuando me despertaba y la tenía a mi lado.

Me habían despertado unos ruidos que provenían de abajo. Se notaba que ya era de día por el sol que entraba por la ventana. La habitación de Roseanne no era muy amplia, pero su cama era lo suficientemente grande para que entremos las dos sin tocarnos, aunque moría por abrazarla todo el tiempo. Sus paredes estaban pintadas de un color durazno que me recordaba a sus labios. Había un escritorio blanco, con la laptop y algunos libros y discos, un ropero con un espejo de cuerpo entero en la puerta, una pequeña biblioteca con muchos libros y estantes. No había mucho más. En su pared había un póster de una cantante que yo no conocía, Lee Hi, de quién ella era fan hace unos años, según me había contado. Había un ligero desorden de ropa en el piso y una guitarra vieja en una esquina.

Su simpleza y su belleza me recordaba a ella.

Volví a mirarla dormir y suspiré, hasta que seguía escuchando los ruidos de gritos abajo, parecían ser de la familia de ella.

—Mmh... ¿Qué es ese ruido? ¿Estás despierta? Lo siento...— dijo con los ojos entrecerrados.

—No lo sientas, estoy perfecta, me desperté hace unos minutos, creo que son tus hermanas parece... La voz de Jisoo...

—¿¡Jisoo!?— Roseanne pegó un salto y salió disparando de la habitación, me dispuse a seguirla pero parecía tan exaltada que estaba irreconocible para mí.

Llegué luego que ella y efectivamente estaba Jisoo con unas maletas en medio del hall central, detrás de ella estaba el tío raro de Roseanne que anda siempre con lentes, Jennie y Bobby.

—¡Volviste!— decía Roseanne abrazando a Jisoo — ¡Volviste y estás bien!

—Ay, Chae, estoy perfecta pero me estás estrangulando— decía Jisoo tratando de sacarla de encima — ¿Lisa?

—Ah, sí, ¿no te enteraste? Ahora vive aquí— respondió Jennie con desdén

—¡Hermana, lo que he sufrido pensando en tu bienestar!— dijo Roseanne ignorando lo que sucedía a su alrededor y comenzando a llorar.

Me sentí muy incómoda, ¿dónde había estado Jisoo? Sentía que sobraba y que a Jennie le molestaba mucho mi presencia, casi como si me odiara. La recién llegada me miraba con asombro, supongo que no creía que volvería a acercarme a su familia luego de lo que había sucedido entre nosotras, y menos a Roseanne.

—En Australia...— habló Jisoo ignorando mi presencia— ...Pude conocer a la tía, cómo era su nombre...

—¿Te volviste loca? Esa tipa es más peligrosa que— comenzó a decir Bobby hasta que Jennie le pegó en el brazo recordándole que yo estaba allí.

—Ya sabes en los hospitales mentales hay seguridad extrema, no puede sucederte nada bebé— le contestó— tenía que conocerla...

—¿Park Bom?— habló Roseanne

—¿Fuiste a visitar a tu tía de vacaciones?— pregunté queriendo romper el hielo

—Y a tí qué te importa— me contestó Jisoo.

De repente aparecieron la madre de las chicas junto a Sandara. Luego de tantas veces viendo a la sirvienta en la casa de Roseanne, jamás había visto reacción alguna de su parte, incluso cuando me vió con Jisoo... Ella nunca decía nada fuera de su trabajo. Pero cuando Sandara vió a Jisoo, reaccionó igual o peor que Roseanne.

—¡Jisoo!— dijo, y todos los presentes la miraron hasta con asco, incluida Jisoo — Mi niña, ¡estás bien!

Jisoo estaba más perdida que todos nosotros.

—Eh, sí... Sandara... Estoy bien— respondió fríamente yendo hacia donde estaba Bobby.

—Hija, tenemos que hablar de tu viaje, me alegra que estés bien— habló ChaeRin por fin— Chaeyoung...— dijo mirándome.

—Oh, buenos días, disculpen, yo ya me iba, gracias por dejarme pasar la noche aquí yo...

—Lisa— dijo Roseanne y me abrazó, se separó rápidamente y me miró sorprendida y sonrojada — Gracias.

Y me fui.

Caminé calles abajo pateando piedras que encontraba en el camino, no quería volver a mi casa, ¿por qué tenía que separarme de la persona que pone mis pies en las nubes? Roseanne, yo quiero mirarte todo el día.

—¿Hija? Pp.. Pensé que vendrías más tarde eh...— dijo mi madre en el umbral de la puerta de nuestra casa.

—¿Es ella?— se escuchó por detrás

—¿En serio mujer? ¿Sigue aquí y me cuestiona en mi propia casa?

—Hija... Yo pensé... ¡Tu nunca piensas en mí!— dijo mi madre concentrando su furia en mí. No estaba con ánimos de pelear, entonces me di la media vuelta y me fui.

Me parecía injusta toda la situación que estaba viviendo, no era dueña de decidir nada. Desde el día en que nací, los demás hicieron y deshicieron a mi alrededor sin importar mi opinión. Por ejemplo, viniendo a Corea, ¿y si yo quería vivir en Tailandia? Con toda la situación de la familia de Roseanne, ¿Cómo alejarme ahora, sintiendo lo que siento por ella?

Me senté en un banco de una plaza cercana y encendí mi celular: tenía dos llamadas perdidas y siete mensajes de un número desconocido. Inmediatamente se me vinieron los ojos de la persona que estaba secuestrada y herida en la casa de Roseanne, ¿cómo sería posible? Mis manos comenzaron a temblar y mi estómago se hizo un nudo, las llamadas databan de la madrugada. Me armé de valor y llamé:

—¿H..hola?

—...¿Ss.. sí?— me respondió una voz femenina y temblorosa del otro lado.

—Ehh... Quisiera saber quién habla...— dije tímidamente

—¿Ahí quién habla? Si tu me has llamado— contestó ahora como si estuviera enojada

—Es que... Mi nombre es Lalisa, tengo llamadas perdidas de este número...

La voz comenzó a reír y pude reconocer el timbre de esa risa.

—¿Lisa?— dijo al fin— Qué vergüenza... Pensé que lo había soñado...

—¿Eunbin?

Take Me   //   CHAELISA ;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora