Negocios

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—Te ves terrible

—Dormí poco

—Mmm… ¿estuviste haciendo cosas gays y sucias con tu novia?— dijo Nayeon en tono de burla mientras estábamos terminando de cerrar el local. Habían pasado sólo 5 días desde que me enteré que tendría que vivir como criminal el resto de mi vida y todavía no había tenido señales de vida de ninguno de la familia de Roseanne, y mucho menos de ella, además de esa nota.

“Yo también te quiero” ¿Significaba algo ahora, que no me había hablado por cinco días? ¿Acaso le importa cómo me siento después de enterarme que no podría volver a mi casa?

—No estoy de humor— respondí sin mirarla.

—Uh, toda la semana estuviste de mal humor y… ¡Hablando de Roma!

Nayeon miró a la entrada y efectivamente ella estaba ahí: con lentes y con su primo Bobby.

—¡Lisa!— dijo acercándose a donde yo estaba. Me sentía mal, siempre era lo mismo: me dejaba por unos días y luego aparecía de sorpresa. No me parecía justo, y más aún después de lo que había pasado, ¿con quién más que con ella podría compartir mi dolor?

—Roseanne— contesté secamente— Bobby, ¿cómo está Minho?

—Está...estable, recuperándose.

—¿¡Qué le pasó a Minho!?— gritó Nayeon que parecía no olvidarlo.

Bobby miró desconcertado a su prima y ésta respondió con bastante soltura.

—Tuvo un accidente, nada grave, ya se recuperará.

—¿Quién eres?— dijo Bobby con voz amenazante.

—Sólo... una amiga— contestó mi compañera y se fue sin mirarlo a los ojos. Los primos me hicieron señas para que me acercara a ellos.

—Tenemos que irnos, Lisa, te necesitan en la casa— habló Roseanne en un tono frío y distante.

—Esperen a que termine mi turno e iré sin reproches con ustedes.

Me decidí a respetar mi trabajo, de todas formas me mantenía conectada con la realidad, y a la vez me dejaba escapar de ella: de esa realidad donde mi vida había dado un giro de 360°.

Luego de que este terminara, y Bobby y Roseanne terminarán su segundo café, me dispuse a irme con ellos. Viajé en la parte de atrás de la camioneta con el estómago hecho un revuelto.

—Sólo nos dirán los próximos pasos, no tengas miedo— me dijo Roseanne al entrar. Intentaba esconder todo signo de debilidad pero evidentemente no podía controlar el temblor en mi cuerpo. No quería volver a ver a ChaeRin, me aterraba tanto como Jiyong.

—Ellos no están… Está Jinwoo— dijo SooHyun cuando me vió entrar. Siempre me extrañaba lo mucho que se me quedaba mirando, aunque toda su persona resultaba amenazante y extraña. No como Jennie, sino como si hubiera perdido la cabeza.

—¿Recuerdas a Jinwoo? Él es muy amable— habló Roseanne sacándome de mis pensamientos— Hablaremos con él, mis padres no están, pero alguien debía comunicarte lo que tienes que hacer.

—¿Y qué tengo que hacer?

—No lo sé, no estuve muy presente en las reuniones estos días…

Seguimos el camino hacia el gran salón y allí se encontraba Jinwoo. Él no me transmitía lo mismo que el resto de los miembros, al contrario, era un hombre agradable y cálido, incluso nos recibió con una sonrisa.

—Sobrina, Lisa— nos dijo al vernos entrar— Tomen asiento por favor, me alegra que no la dejes sola, Chaeyoung.

—¿Qué sucede?— dije bruscamente sin quererlo, él había sido muy amable conmigo desde el primer momento en el que lo conocí, pero toda la situación me ponía nerviosa.

—Veo que estás ansiosa— respondió cálidamente— iré directo al grano, entonces. Lisa— suspiró— te encargarás por esta semana del eslabón más bajo del negocio.

Miré incrédula a Jinwoo y me sentí mal por un segundo de ser «el eslabón más bajo» aunque suponía que eso me hacía menos criminal que el resto.

—Es decir, te encarcarás de las distribuciones de la mercadería. No como una simple vendedora, claro está, sino a nuestros grandes clientes. Tu departamento funcionará por esta semana como despachante. También tendrás que ir a los boliches.

—¿Despachante...de qué exactamente?

Jinwoo sonrió casi burlándose de mi ignorancia, mientras Roseanne parecía mirar el techo como si éste estuviera muy interesante.

—Mercancía valiosa, Lisa, es todo lo que necesitas saber. Irás a tu lugar, esperarás que llegue la gente indicada de dejarla allí y luego esperarás a las personas que irán a buscarla. No te olvides de cobrarles, te mandaré la suma que corresponde…

—¿Y si no quieren pagar?— interrumpió Roseanne volviendo a la conversación— ¿Qué hará ella estando sola?

—Pensaba que en esos horarios podría estar acompañada de Bobby, o Hyunbin, el muchacho debe hacer algo, está estorbando a su hermano mayor.

—Yo me quedaré con ella— dijo Roseanne de una manera firme.

—¿Estás segura? ¿Podrás… salir?— pregunté en un susurro. Si bien estaba molesta con ella, su salud y su bienestar seguían siendo una de esas prioridades que pisotean mi ego.

—Necesitas protección— dijo secamente casi sin mirarme.

—Como quieras, Chaeyoung, pero sabes que tu madre te necesita en casa también, así que sólo irás en los horarios que se realicen las entregas.

Me ví parada en esa habitación entre dos seres que hablaban sobre mercancías, dinero, protección, intercambios, negocio, sin entender nada. Tranquilamente podría tratarse de algo legal, de una transacción. Pero yo sabía que no. Aunque no quieran decirlo, estaba entregando mi alma al diablo.

Un pensamiento cruzó mi mente mientras ellos terminaban de acordar los puntos principales: Roseanne estaría conmigo en mi nueva casa. Estaríamos por fin solas en un lugar que no fuera esta horrible casa, con todos esos personajes entrando y saliendo. Sería bueno para ver de una vez por todas qué es lo que siente por mí, porque yo ya estaba segura de lo que sentía: amor y locura.

La conversación terminó y al salir de allí junto a Chaeyoung nos encontramos con Jennie que sonreía como nunca la había visto: Minho estaba bien y en unos días ya iba a volver a su casa.

—¿Por qué desapareciste estos días?— le pregunté a Roseanne cuando nos quedamos solas.

—Ahora ya vas a recuperar el tiempo perdido— dijo fríamente y comenzó a subir las escaleras.

Me quedé allí con el corazón en la mano viendo cómo subía. No sabía cómo interpretar sus palabras, ni siquiera sus actos. No sabía qué sentir, cómo actuar. Me sentía sola, más sola que nunca. Estaba perdida en sus ojos, perdida en su pelo. Atada en sus manos, siendo estrujada y atacada en cada una de mis debilidades. Porque ella las conocía tan bien, ella era mi más grande debilidad.
Y sin embargo yo, no entendía nada sobre Roseanne.

Take Me   //   CHAELISA ;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora