Take Me // CHAELISA ;

Libre

Jennie dejó su cuerpo caer con todo el peso que sentía desde su nacimiento. Se arrodilló junto al cuerpo de Jiyong y lo tomó. Lo abrazó, empapándose de su sangre y comenzó a llorar. No sabía si lloraba de enojo o de tristeza. La enojaba saber que nunca iba a volver a verlo, pero sabía que era lo mejor para todos.

—Ya está— dijo Roseanne— se terminó todo.

Las hermanas se abrazaron alrededor de los cuerpos de las personas que les habían destruido la vida.

Lisa miraba la escena absorta a lo lejos, sus piernas temblaban y su pecho le dolía.

Pero de pronto, las puertas se abrieron de par en par.

—¡¿Q-QUÉ HICIERON?!— gritó un Seungri enrojecido por la ira y la confusión. Miró hacia todos lados, cada cuerpo sin vida, hasta reconocer a los suyos. Creía estar confundido, no podía ser que los líderes de su clan estaban muertos en el piso, asesinados por sus propias hijas.

—¡MALDITAS!— gritó mientras sostenía a Jisoo y a Jennie de sus cabellos, desprevenidas por la situación en la que se encontraban.

Seungri le pegó una patada a Roseanne, que se encontraba todavía arrodillada en estado de shock: habían olvidado que Seungri no había estado en la masacre.

Seungri soltó a las hermanas haciendo que golpeen contra el piso y le disparó a Bobby, Minho sacó su arma pero Seungri fue más rápido: apuntaba contra la cabeza de Roseanne.

—¡Y USTEDES ESTÁN DE SU LADO! ¡MIREN LO QUE HAN HECHO!— gritaba descontrolado mientras apretaba cada vez más su arma contra la sien de Roseanne.

Estaba fuera de sus cavales, y todas estaban en shock por el factor sorpresa. Creían que había terminado todo, pero todavía faltaba un poco más.

Lisa hizo contacto visual con Roseanne y salió del trance. No podía permitirse estar en esa posición.

Levantó su arma y apuntó contra Seungri a la vez que Minho hacía lo mismo.

—Sueltala— ordenó Lisa sin titubear.

—¿QUÉ? ¿¡AHORA TÚ TAMBIÉN ERES UNA ASESINA!? ¡NO ME HAGAS REÍR, LESBIANA DE MIERDA!

Se volvía muy difícil disparar, ya que Seungri no paraba de moverse de manera nerviosa ni de apuntar contra Roseanne, mientras la sujetaba de manera que apretaba su cuello casi sin dejarla respirar.

—S-soy...— comenzó a hablar Roseanne— s-soy...

—¡CALLATE CHAEYOUNG! ¡NO IMPORTA CUÁNTO TE AME ESTOY DISPUESTO A MATARTE AQUÍ MISMO!

Roseanne estaba decidida.

—S-soy hija de Jiyong— dijo casi con sus últimas fuerzas, en un susurro que sólo Seungri pudo escuchar.

Su cuerpo se tensó, sus ojos parecían salirse de su órbita. La sospecha que siempre tuvo, el elefante en la habitación. El morbo que siempre le comía la cabeza se había vuelto su realidad. Esa niña, esa mujer que amaba con locura y devoción, esa persona a la que le hizo el amor tantas veces, era sangre de su sangre.
Se sentía sucio, perverso. Sabía que lo era, sabía que era un monstruo, pero ahora había una certificación, ahora estaba cien por ciento seguro de que lo era.

Sus manos se aflojaron contra el gatillo, y sus brazos se soltaron un poco pero no del todo, del cuello de Roseanne.

Vio su vida pasar frente a él en un segundo: su infancia junto a sus hermanos, su padre siempre tan exigente, sus primeros asesinatos, el día que conoció a ChaeRin y a Bom... El día que notó a Roseanne, su pelo, sus ojos... El día que pensó que lo que estaba haciendo no podía estar mal, porque no compartían vínculo... Una parte de él lo sabía. Siempre lo supo.

Miró a Roseanne que estaba pálida y que apenas podía mantener los ojos abiertos, le dió un beso en la cabeza, llevó el arma a su boca, cerró los ojos y jaló el gatillo.

Su cuerpo cayó inmóvil. Roseanne corrió hasta los brazos de Lisa.

—Al fin soy libre— dijo mientras lloraba en el pecho de ésta, creyendo que no la escuchaba.

Lisa sólo la abrazó aún más fuerte, cerrando los ojos, sabiendo que nadie más iba a lastimar a la persona que ella más amaba en el mundo.

Se quedaron así, sollozando, unos segundos.
Soltaron a Sandara, que, desconsolada, abrazó a su hija. Jisoo estaba muy confundida, pero necesitaba ese abrazo, lo había esperado toda la vida.

Llevaron a Bobby a la clínica privada donde se solían hacer atender. Jisoo pasó la noche allí con él.

Jennie se encargó, junto a Minho y Sandara, de recoger los cuerpos y llevarlos al crematorio. Con dinero, no hay preguntas.

Roseanne pasó esa noche en el departamento de Lisa. Lloró toda la noche. Y ella nunca dejó de abrazarla.