Jonathan bajó de la camioneta familiar, su padre ordenó que todos acudirían a la audiencia para darle apoyo moral a Jace. Él no estaba muy de acuerdo, pero no podía oponerse, era menor de edad y mientras tanto debía obedecer a su padre, era el trato que tenía con su abuela, ya deseaba cumplir los veintiún años para poder mudarse con ella. Cuando tenga la mayoría de edad, podía irse de su casa y ser libre. Mientras tanto soportaría y lo haría.
Jonathan vio que su madre tenía los ojos rojos y llorosos, sostenía la mano de Jace. La prensa tomaba fotos, en las escaleras, todos en Red Bank sabían la historia de Jace Morgenstern, era algo así como una celebridad. Y él tenía la mala suerte de ser el hermano menor. Clary entró acompañado de su padre. Él bueno, lo hizo de último.
Adentro no había nadie de la prensa, solo unas sillas ocupadas por una familia. Distinguió a una señora muy atractiva de largo cabello negro, acompañada de quien podría ser su clon, pero más joven, a lo mejor era de la edad de su hermana mayor o tal vez de Jace, también muy guapa, junto a ellos un niño de cinco años cuando mucho. ¿Qué hacía un niño ahí?
También un joven que si podía deducir que era mayor, cabello castaño oscuro y alto. Pero definitivamente no era miembro de la familia. Su madre fue la primera en sentarse junto con Jace, Jonathan decidió quedarse de pie.
Una puerta se abrió, un joven, tal como decía su abuela que bien podía ser de la edad de Jace entró, con el cabello negro revuelto, su mirada fue hacia quienes debían ser su familia, el niño se sorprendió y le empezó a llamar. La chica intentó controlarlo.
El joven bajó la mirada avergonzado. Jonathan jamás pensó estar frente a un asesino, pero ese joven no se lo parecía, aunque fue en defensa propia, se recordó asimismo. El joven se sentó junto a su abogado.
El fiscal de caso ya estaba en su lugar, al igual que el juez Aldertre, era obvio que Imogen Herondale no podría presidir aquél acto.
La lectura de cargos fue como indicaron, no se mencionó nada sobre defensa propia por presunto ataque sexual. El joven, de nombre Alexander Gideon Lightwood se declaró culpable.
-Diez años en la Prisión Estatal de Nueva Jersey.
-Eso es justicia, Jace –escuchó a su madre decir-, esa cárcel es de máxima seguridad y ahí van asesinos.
Alexander se levantó de su asiento, al salir el juez, se dio la media vuelta y vio a Max correr hacia dónde estaba y lo abrazó.
-¡No, Alec!
Alexander lo levantó en sus brazos, y llevó la mirada hacia su hermana.
-¿Por qué lo trajeron?
-Yo lo decidí, creo que es mejor, que Max esté enterado de la situación –indicó su madre.
Alexander se sentía herido.
-¿Mataste a ese hombre? –Preguntó asustado el pequeño.
-Por supuesto que lo hizo
Alexander no reconoció la voz, pero vio a un chico rubio acercarse, más bajo que él de estatura pero con unos ojos ámbar que parecían dorados y sumamente atractivo. Hubo algo en él, algo familiar y que también le asustó.
-No sé si debo felicitarte u odiarte por matar a mi padre.
Alexander tragó saliva, de ahí era dónde se le hacía conocido, tenía cierto parecido a ese hombre cubierto de sangre, que le trajo flashes a su mente de lo acontecido esa noche.
-Tú padre estuvo desaparecido dieciocho años, creo que debes agradecerle –dijo Isabelle con desprecio.
-Jace, es hora de ir a casa –le interrumpió una chica pelirroja que le sujetó la mano, era baja de estatura y pecosa.
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En silencio.
FanfictionAlexander Lightwood es un adolescente que está dispuesto a sacrificar todo por amor. Cuando recibe la llamada de su novio, Malcolm Fade, dónde está llorando y asustado. Él acude en su ayuda y descubre el cadáver de un hombre. Malcolm lo ha matado en...