Capítulo 18

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Malcolm Fade salió del elevador en el estacionamiento

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Malcolm Fade salió del elevador en el estacionamiento. Fue un buen programa en vivo, lograron un récord de audiencia. Amaba su trabajo, jamás imaginó que terminaría conduciendo las noticias de la noche. Pero empezó como reportero cuando decidió cambiar el periódico por la televisión. Sacó las llaves de su bolsillo y quitó la alarma y el seguro para entrar a su camioneta familiar, metió su portafolio en el asiento del copiloto, cuando de repente alguien le dio un golpe en la nariz y lo empujó hacia la ventana. Su sorpresa, fue descubrir que ese alguien era Alexander Lightwood.

-¿Qué estás haciendo Alec? ¿Pensé que debíamos ser discretos?

-¡Me mentiste! -Reclamó Alec volviendo a golpearlo de la mejilla.

-¿De qué estás hablando? -Preguntó asustado.

-Me dijiste que era un trabajo del subterráneo, pero tú editor nunca te dio ese caso. ¡Me mentiste! ¿Por qué mataste a Stephen Herondale?

Alexander se dio cuenta que el rostro de Malcolm cambió en cuestión de segundos, ya no parecía más asustado.

-¿Hablaste con el viejo Pagborn? 

-¿Alguna vez me amaste? -Preguntó con la voz entrecortada.

-El viejo Pagborn se retiró y decidió alejarse de la civilización, se fue a vivir a una cabaña... -le miró por un momento- Magnus Bane... ¿le pediste a Magnus que investigara?

Alexander lo soltó.

-¿Me amas?

-Por supuesto que te amo, eres el único hombre en mi corazón -contestó mirándolo a los ojos y acarició su rostro-. Nunca habías dudado de mí... ¿por qué le pediste a Magnus que le pregunte a Pagborn?

-Pase diez años cumpliendo una condena por algo que no hice... porque decidí protegerte...

-¿Te arrepientes? -Preguntó curioso.

Alexander se percató que por cada movimiento que hacía, más lo desconocía -No, te amaba hace diez años y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por ti.

Alexander sintió una de las manos de Malcolm bajar por su espalda sobre la tela de su camisa y la otra mano la dirigió a desabrochar su cinturón, mientras se acercaba y besaba su cuello. Alexander cerró sus ojos.

-¿Por qué me mentiste? 

Pero la única respuesta que tuvo fue un beso en los labios. Alexander se sentía como un tonto, se  dejó llevar por los besos y las caricias. En un segundo los besos cedieron, Alexander reaccionó, vio a Malcolm tambalearse hacia atrás, llevar sus manos a su nariz, se veía asustado.

-¡Ayuda! ¡Auxilio!


Alexander quedó atónito, vio a un hombre llamar al señor Fade, venía corriendo a unos cuantos metros. Alexander no pudo moverse, cuando el hombre ya estaba lo suficientemente cerca decidió correr.

En silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora