Capítulo 14

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Maryse abrió la puerta de su casa, frente a ella estaba su hijo, Alexander

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Maryse abrió la puerta de su casa, frente a ella estaba su hijo, Alexander. Maryse lo abrazó. Alexander añoraba verla, lo fue a visitar en la prisión muchas veces y se lo agradecía. Ahora ella da clases en el mismo Colegio dónde él estudió. Max no tardaría en llegar de clases, supo por Isabelle que también estaba en el equipo de hockey. Quería seguir sus pasos.

-Hiciste músculos –bromeó su madre.

-¿Llegué a buena hora?

-Por supuesto, estaba calificando unos exámenes y creo que necesito ayuda.

Alexander entró a la casa, su madre se separó de su padre al año que entró a la cárcel, le amenazó que si no se dignaba en hacer una sola visita a su hijo se divorciaría, así terminó en esa casa pequeña, viviendo con sus hermanos. Isabelle seguía siendo la protectora.

Su madre tiene cuarenta y siete años, solo es un año mayor que Malcolm. Por eso es que siempre estuvo seguro que Malcolm pudo ser su padre. Su madre aceptaba su homosexualidad, le explicó que siempre será su hijo. Ya era adulto, pero ahora las circunstancias le impedían poder hablar del hombre que amaba.

-¿Alec?

Alec se asombró al ver a su hermano pequeño, a pesar de todas las fotos que le envió y cada carta, ahí estaba, con dieciséis años, esos ojos azules de un tono diferente a los de él, casi tirando a grises, sus cabellos castaños y no era tan alto, pero todavía podía crecer. Maxwell tiró su mochila al suelo y corrió hacia su hermano. Alexander lo abrazó y lo cargó, rodeó sus piernas en sus caderas.

-Por fin eres libre, puedes venir a vivir con nosotros.

-Voy a trabajar en un bar y mi horario será de nueve de la noche a seis de la mañana, así que me queda más cerca el apartamento de Kyle.

-Dentro de una semana es San Valentín, tenemos que hacer algo juntos los tres... como hacían cuando yo era pequeño.

Alexander asintió con la cabeza.

Max se bajó del abrazo. Alexander sonrío.

-Tienes que ver mi habitación –insistió su hermano.

Alexander fue arrastrado por Max, para que le enseñe su colección de mangas que tenía de Naruto, Bleach y One Piece. También los cómics de DC. Le contó que Simon le ayudó a conseguir los últimos. Alexander contuvo las lágrimas, su hermano tenía fotos en las paredes con sus amigos, incluso uno con su equipo de hockey.

-¡Bajen a almorzar!

Escucharon el llamado de su madre. Alexander les platicó que trabajaría en el bar de Magnus.

-Tienes dos buenos amigos, ambos estuvieron pendientes de Isabelle y Max.

-También de ti, sé que Lucian Graymark te ayudó en el trámite del divorcio. –Comentó Alexander limpiándose la boca con una servilleta.

En silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora