5. Alcohol y desnudez

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Esa noche lo que necesitaba eran unas buenas margaritas para poder olvidar el día de mierda que he tenido. El alcohol de seguro debía ser mi mejor amigo en este caso. No preguntaba y me hacía sentir bien, algo que necesitaba. Luego de comer un poco Karen y yo estábamos en la cocina.

-Busca si hay algo de alcohol por aquí.- pedí a Karen mientras yo buscaba por otro lado -De seguro hay algo de mezcla para hacer a nuestra amiga Margarita.-

-Uhm hola...- canturreando entró a la cocina con una botella de tequila y jugo de limón -Volvió nuestra mejor amiga, la que nunca nos abandona.-

-¡Amiga te extrañé!- grité fingiendo llorar mientras iba directo a la botella de tequila.

Definitivamente esta noche iba a ser una que iba a curar mi herida...aunque sea por unas horas. Caminé a la cocina y abrí cada gaveta y puerta buscando un par de copas y un poco de sal. Tomé un poco de jugo de limón y mucho, mucho tequila y preparé tres copas...una para Karen y dos para mi.

-Ahora que tenemos tequila sacaras todo ese dolor.- dijo Karen y yo rodé los ojos.

Y ahí volvemos con lo mismo. No quiero llorar por algo como eso. Aunque realmente me dolía, hace unas horas me enteré que Dixon me fue infiel. Tenía que dolerme pero no estaba dispuesta a sufrir por el idiota de Dixon y Caroline. Pero esa noche necesitaba un poco de alcohol.

-¿Wow viste esta piscina? Sería un gran error no entrar y disfrutar de ella- dije con una sonrisa listilla.

Con mis dos copas bajé el primer escalón de la piscina, estaba extrañamente tibia. Al parecer la piscina tenía un sistema para mantener el agua caliente. Así que entré con más confianza y detrás venía mi mejor amiga.

-Dime que mezclar alcohol con piscina no nos dejará una muerte lenta y fea por ahogamiento- dijo asustada Karen.

-Boo-Boo es solo un ratito. Te prometo salir antes de ahogarnos. Porque sería lo peor, te imaginas estar días y días ahogadas en la piscina y sin que nadie sepa...-

-Por favor Boo-Boo deja de decir esas cosas- gritó nerviosa mientras giraba en su propios pies y salía de la piscina.

-Ya, ya prometo no seguir hablando de eso pero por favor no te vayas. Nuestra amiga nos espera...- dije agitando las copas en mis manos.

Se volvió a girar entrando nuevamente a la piscina y yo sonreí. Nos sentamos en el pequeño banquillo que había junto a las escaleras y estuvimos algunos minutos en silencio. Pero Karen no podía estar en silencio por mucho tiempo.

-¿Estás bien?- pregunté y yo ni me inmuté a verla.

Negué en silencio y de un trago me bebí lo que quedaba. El alcohol quemándome la garganta y deseando que también quemara mi ser y eliminara todo el dolor que sentía. Porque no podía negarlo, me dolía y bastante. Quería llorar, quería encerrarme en mi cuarto y aferrarme a mi almohada y desahogar todo el dolor que había partido mi alma en muchos pedazos. Un nudo en la garganta no dejó que el alcohol bajara.

-N-No...- dije a punto de echarme a llorar -No estoy bien.- sentí las lágrimas acariciar mis mejillas -¿Que hice mal, Boo-Boo?- pregunté y ella negó

-Nada, no hiciste nada que justifique la traición de ambos-

-P-Pero tuve que hacer algo. Quizás no fui lo suficientemente buena o complaciente. Quizás debía aceptar que hiciéramos ese trío que me pidió-

Vi como los ojos de Karen se agrandaron por lo que había dicho. Nunca le había dicho de eso, era íntimo, de esas cosas que por más que uno le tenga mucha confianza a alguien era algo que no se contaba. Le había tomado por sorpresa.

-¡Es un poco hombre! ¡¿Y tú estás loca o que?! ¿Cómo estás diciendo eso? ¿Consideras que no te hubiese engañado si hubiese aceptado a la estúpida idea de él? ¡Estás tonta Ashley!- gritó enojada y yo rodé los ojos.

-Deja de llamarme así. ¡No soy ninguna tonta! Bueno...técnicamente si pero no- susurré y ella volvió a negar.

-Pero Boo-Boo el que quiere engañar lo hace como quiera. No tiene que ver con eso. Entiéndelo, él engaña porque así es él- dijo y yo asentí.

No volvimos a hablar por unos minutos. Mi cabeza intentaba decirme que todo había sido mi culpa y lo peor es que así lo sentía. Me sentía culpable porque de seguro era por no ser más complaciente. Pero yo no podía hacer lo que él me pedía. Era simplemente inaceptable, tanto que en una ocasión me sugirió hacerlo mientras su mejor amigo nos observaba y al negarme él había desaparecido por dos días. En ese momento supe lo ingenua que fui y lo malditamente estúpida al volver a aceptarlo. De seguro había estado con mi hermana o con otra, no sé.

Karen, luego de algún tiempo, me comentó de un tal compañero de su trabajo que le estaba pretendiendo. Estaba segura que ya ella me lo había dicho pero sabía que lo hacía para mantenerme ocupada y lejos de la traición de mi esposo y mi hermana...digo si se les merece llamarlos así. Pero se lo agradecería mucho el que tratara de animarme y hacerme olvidar aunque sea por un momento.

Ya casi a las cuatro de la mañana salimos a tropezones de la piscina. Nos habíamos quedado sin tequila así que la seguimos con vodka con el jugo de limón que quedaba. Definitivamente había sido nuestro peor error. Terminamos en los sofás de la hermosa y perfecta sala, mojándolos y haciendo un desastre. Aunque hubiésemos estado en ropa interior era prohibido sentarnos allí y no era porque Chris nos los haya prohibido era porque la sala y toda la casa era perfecta como para que llegáramos nosotras y terminemos con esa perfección. Pero eso no nos importó en ese momento, así que era bien temprano en la mañana y nosotras aún estábamos acostadas en el sofá, Karen en el de dos personas y yo en el de una, acurrucada.

Algún sonido extraño me despertó y les juro que si hubiese encontrado la fuente de aquel molestoso sonido yo misma lo descomponía, aunque no supiera. A regañadientes me levanté y me dirigí a la puerta principal. Al parecer la persona que estaba afuera no sabía que era de muy mala educación tocar tan temprano, ¡eran las seis de la mañana!...o bueno eso era lo que creía yo.

-H-Hola...- saludé con los ojos casi cerrados. Parecía una gárgola o un vampiro porque no podía estar más de un segundo al sol o me explotaría la cabeza.

Vi a Chris completamente callado con un par de bolsas y cuatro cafés. Le sonreí como pude y no me correspondió así que fruncí el ceño. Estaba estático y sin decir una palabra y me preocupaba eso. Además de que su cuello y sus orejas se estaban volviendo rojas.

-Chris, ¿estás bien?- pregunté y él no dijo nada.

¡Ay Dios! A este le han comido la lengua los ratones o ¿qué? ¿Que le pasaba? Completamente mudo y sin dejar de observarme fijamente me tendió lo que tenía en sus manos. Justo en ese momento vi como descaradamente me echaba una mirada viendo más abajo de mis senos. Él muy atrevido me estaba comiendo con la mirada muy descaradamente.

-Chris, mis ojos están acá arriba- dije y vi como negó para volver su mirada a la mía.

Me sorprendí mucho al ver sus pupilas dilatadas, se veían tan bien. Sus ojos eran hermosos y verlos así eran hipnotizantes. Aunque fruncí el ceño porque por lo que sabía las pupilas de los ojos solo se dilataban con emociones positivas y negativas...solo esperaba que esta vez fuese positiva.

-S-Sí...eso...eso c-creo- dijo y volvió a desnudarme con la mirada. Seguí su mirada y me observé.

¡Ay virgen de la papaya!

¡Ay no! ¡Ay no! ¡Ay no!

Estaba en ropa interior, en la puerta de una casa ajena, recibiendo a Chris, quién me traía al parecer desayuno de Mc Donalds. Esto estaba mal...muy, muy mal. Dejé caer las dos fundas de papel y llevé mis manos a mi cuerpo tapando mi desnudez al mismo tiempo de encogerme. ¡Dios que vergüenza! Tres días y ya me vio desnuda, definitivamente esto estaba mal.

Tell me you love meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora