35. Que noche... II

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-Vamos a tomar algo- invitó Dixon al levantarse

-¿Que te hace pensar que yo quiero ir contigo algún sitio?- dije frunciendo el ceño.

¿Que le pasaba a este? Pretendía que estuviésemos como si nada luego de lo que me hizo, no el engaño. Aquellos días en los trámites de divorcio, aquella noche en que invadió mi loft para hacerme daño, aquel día en que me arrinconó en el baño. Ahora tendría que irme con cautela.

-Vamos, no te haré nada, lo prometo- prometió y yo rodé los ojos.

Dixon era el hombre en el que menos confiaba y en el que menos quería en mi vida. No quería que me hiciera daño y sobretodo no quería que se acercara a mi bebé. Porque por el bien de este bebé haría hasta lo impensable. Lo mataría si fuese necesario.

-No prometas nada porque no iré contigo a ninguna parte.- dije enojada -Y ya ni insistas.-

-Vamos, aunque sea un café- dijo acercándose más a mí.

¿Este hombre quiere quedarse sin hombría o que? Di unos pasos atrás y él daba los mismos pasos hacia adelante. Estaba poniéndome nerviosa y no quería, mi bebé podía estar en peligro. Y con Dixon cerca de seguro estaba en peligro.

-Aléjate- le pedí pero nada. Seguía acercándose.

-No te voy a hacer nada, Ash- dijo con una sonrisa.

-No te lo vuelvo a repetir Dixon. Mantente alejado de mi- dije entre dientes.

Lo más que estaba volviéndome nerviosa era que él seguía acercándose y a mi se me estaban limitando las posibilidades de salir bien de eso. Mi espalda chocó con la pared de ladrillos y a Dixon le faltaba solo un par de pasos. Alcé mi mano indicándole que se detuviera y eso fue como alentarlo para seguir.

-Vamos Ash, solo quiero acercarme y que hablemos como amigos- dijo y su mirada era una llena de lujuria -que una vez fueron más que eso-

-¿Como amigos? ¿Que, te inscribiste en una escuela de comedia? Tu y yo lo único que podemos ser es conocidos y eso porque no tengo opción de borrarte de mi vida.- dije con autoridad -Acércate un poco más y te golpeo- advertí seria.

-Sabes ese bebé pudo haber sido mío- dijo viéndome el vientre -Pero tenías que enterarte de mi desliz con tu hermanita. Si no hubiese sido una metiche hubiésemos estado juntos- dijo con ironía.

Vi sus intenciones de tocarme y por primera vez fui más rápida que él. Le había dado una cachetada tan fuerte que retrocedió. Aproveché su confusión y escapé lo más rápido posible de allí.

Mis manos temblaban y mi cuerpo también. Aún podía oler el horrible olor de su perfume y eso estaba causándome náuseas. Me detuve unos minutos porque de verdad las nauseas estaban incluso mareándome. Vi un banquillo y me senté respirando profundamente. Eso me había ayudado en los primeros síntomas de náuseas. Controlaba un poco esas ganas que me daban de devolver todo lo que me había comido en atracones.

Con manos temblorosas acaricié mi vientre y unas ganas increíbles de llorar me tomaron por sorpresa. Pensar que estuvo en peligro y que pude perderlo fue motivo suficiente para dejarme más nerviosa de lo que ya estaba. Suspiré entre lágrimas y mi celular sonó dejando ver el apodo lindo que le tenía a Chris. Aclaré mi garganta evitando que mi voz delatara que estuve llorando.

-H-Hola amor- dijo con una felicidad que ni yo me la creía.

-¿Hola?- dijo y en definitivo no podría ocultarle algo a Chris -¿Que te pasa?-

-Nada-

Soltó un suspiro casi enojado -Ash, amor ¿dónde estás? Voy ahora mismo por ti- dijo y yo rodé los ojos

Tell me you love meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora