33. Cheesecake de fresa

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No les puedo explicar cuan feliz he estado desde que me enteré que iba a tener un hijo. Hace semanas había pasado los premios pero no había cesado la sobreprotección de Chris. Me parecía lo más tierno del mundo y estaba feliz por el papá que le había tocado a mi hijo.

Esa noche en la que nos quedamos en un hotel cerca del lugar donde había sido los premios había terminado lo más perfecta que puedan imaginarse. Chris me había obligado sentarme en el sofá para él sentarse en mi regazo y comenzar a decir palabras hermosas dedicándoselas a nuestro bebé. Había dicho que iba a ser el bebé más amado y cuidado del mundo. Que sus tíos y su abuela lo alcahuetearían tanto que se enojaría por eso, luego le dijo que no se enojaría. Que esperaba que fuese el mejor papá y enseñarle todo lo que su papá le enseño de los autos antiguos. Recuerdo acariciar su cabello y cuando escuché como se le cortaba la voz y me fue imposible no sentir el dolor que sentía Chris. Me observó y vi sus ojos aguados y lo besé en la frente antes de volver acariciar su cabello. Extrañaba a su papá y eso era imposible de esconder.

-Mamá y papá vienen- dije y él asintió sonriendo.

-Bueno, creo que ya es hora de conocer a tus papás- dijo riendo -porque sino al paso que vamos lo conoceré en nuestro aniversario de diez años de casados- bromeó -o peor aún cuando nuestro hijo se gradúe de Universidad-

-Eres un exagerado. Sabes como pasaron las cosas y porqué no te he presentado con ellos.- dije casi enojada.

Ya la relación con mis padres estaba mejorando. Dando pequeños pasos pero certeros y eso era bueno. Ya yo quería tener una buena relación con mis padres y por fin dejar todo atrás. Hasta podría considerar ver a mi hermana y tratar de arreglar nuestra relación de hermanas.

Caminé con la pinta de mantecado de cheesecake con fresas y casi peleó con Chris cuando lo he visto venir a mi con una cuchara. Tres meses casi llegando al primer trimestre y era más que feliz. Chris se había mudado prácticamente a mi apartamento solo por estar cuidándome cada paso que doy. Que si quiero un poco de agua él la busca, que si quiero una ensalada de frutas frescas él va y la compra, que si quiero el control que está relativamente cerca él termina mirándome mal porque solo me moví. Era tierno y entendible, para ambos era el primer bebé y se perdonaba esa sobreprotección.

-Amor, Zoé me acaba de escribir que le gustaría ir contigo a comprar las cositas de su bebé- dijo y yo asentí -Y que para que vayas viendo como es ese mundo- dijo desinteresadamente.

-Está bien pero conste tu no te salvarás- dije con sonrisa traviesa. -Con solo pensar que nos tocará ir de tienda en tienda para ver que comprar para el bebé me imagino tu cara de sufrimiento- y Chris me miró con una cara de pocos amigos

-Ni tanto...- se acercó a mi y yo escondí mi preciado mantecado -Porque todo es para mi bebé...- dijo y yo fruncí el ceño fingiendo enfado -y para mi hermosa y embarazada novia-

-Serás un papá perfecto- susurré acariciando su cabello y acomodando sus mechones -Nuestro bebé será el bebé más afortunado y feliz. Estoy segura de ello-

Sentía sus dedos acariciar con cariño mi panza, poco existente, y sonreí. No hubiese podido escoger un mejor papá para mi hijo. Su rostro descansaba en mi cuello y el mantecado quedó en un segundo plano. Ahora no me importaba que Chris metiera una cucharada en el.

-¿Estás haciendo esto solo para quitarme el mantecado?- pregunté con una media sonrisa. Me encantaba molestarlo.

-No.- dijo con tono duro y me miró con el ceño fruncido.

-Era una broma amor- dije masajeando el ceño.

Chris sonrió y mientras negaba volvió su rostro al antiguo lugar, mi cuello. Su mano me atrajo más a él y sonreí. Quizás para alguien más era asfixiante pero para mi era lo justo y necesario. Venir de una relación que prácticamente mendigaba caricias a parar en una relación que a cada hora tenia una palabra bonita, un "te amo" con un simple beso era un cambio significativo. Del infierno al cielo.

-Sé que preferirías hacer la reunión aquí pero sabes que mi casa está disponible.- susurró mientras seguía acariciando mi vientre, ahora por debajo del jersey gris.

-Lo sé pero no quiero que irrumpan en tu espacio. Eres mi novio, no su hijo. Porque si le das así...- medí mi dedo indice y él miró -ellos cogen así...- medí mi brazo y Chris rió -Créeme no los conoces. No querrás tenerlos en tu casa 25/8- y el frunció el ceño -Si por que esa hora y día adicional ellos se las inventan.

-No puede ser tan malo- dijo

-Pregúntale a Karen.- dije y él abrió los ojos de par en par.

Eran las ocho de la mañana y Zoé vendría por mi a las diez. Era fin de semana y solo esperaba que no hubiese tanta gente en el centro comercial o a donde fuéramos. Dejé, muy triste, las caricias que Chris me daba y guardé muy bien mi mantecado no sin antes obligarlo a dejar la cocina. No quería quedarme sin mi mantecado de cheesecake de fresa. Mujer precavida y embarazada vale por dos.

Fui directo al baño y después de casi cuarenta y cinco minutos y por ordenes de Chris salí. El día estaba para salir y quizás hacer un pícnic. Quizás podría hacerlo en la playa o en uno de los tantos parques que habían cerca. Pero nadie me preparó para que "un par de cosas para el bebé" se convirtiera casi en todo un guardarropas para bebé. Zoé no fue a un simple centro comercial, fuimos al centro comercial más caro, para mi, de California. Era en Beverly Hills donde todas las marcas más reconocidas y caras vendían sus productos. Ahí entrabas si eras muy rico, tan sencillo como eso.

Habíamos terminado exhaustas antes de las siete de la noche. Y la verdad era que me estaba muriendo de hambre y yo solo quería mantecado de Cheesecake con fresa y un poco de crema batida hecha en casa. Pero había un problema, ni yo ni Chris sabíamos hacer eso. Lo quería así, hecho en casa pero no sabía que hacer. Si sucumbir a mi antojo y ponerme a experimentar como hacer crema batida casera o simplemente comprarlo ya hecho. Ugh hecho son como agua.

-No sabes si caer en la tentación o irte lo más healthy posible ¿verdad?- preguntó Zoé

-Nunca has hecho crema batida casera. Porque eso es lo que quiero.- dije y casi babeó de sólo imaginármelo -Con mantecado de cheesecake de fresa-

-Cariño, solo busca en YouTube. Pero si quieres la mamá de Marco está en casa y de seguro ella sabe hacerlo. Se la pasa haciendo pasteles y cuanto dulce su nieto se antoje...- dijo acariciando su vientre.

-No, como crees. Eso es mucho.- dije cohibida.

Que fuésemos prácticamente amigas no quería decir que abusaría. Eso quizás era mucho trabajo y no quería que pasara por eso.

-Vamos, ella no es un ogro como las demás suegras- dijo riendo

-La mía tampoco- dije y era cierto

-¿Ya conociste a Kathy? Ella es un amor- dijo y yo asentí.

Tomó su celular y en segundos estaba hablando con la mamá de Marco. ¡Dios que vergüenza!

-Eso sí no hay mantecado del que quieres. Si quieres llama al mongoloide de Pratt y le dices que lo lleve- dijo y yo asentí riendo. Esos apodos que se ponen son tan originales y tan graciosos.

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Hola hola mis amores

Perdón por la tardanza 😅

Espero que les haya gustado

Pd 1. les comento que publiqué una mini historia llamada Mala reputación. Consiste en cuatro capítulos y quisiera que la leyeran y me dicen que tal. Eso sí, quiero muchos votos para publicar el segundo capítulo. 😅 la consiguen en mi perfil 👇🏾

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Pd 2. Ya pronto estamos a llegar a los 1,000 seguidores 🎉 y quizás tenga una sorpresa. Todavía no sé que pero les mantendré informados ❤️

Tell me you love meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora