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Había pasado una semana desde ese pequeño encuentro. El estaba más que satisfecho con los resultados que estaba obteniendo por parte de Sadie. Ya podía mirar a sus fans sin tener una pizca de miedo. Y, aunque no estaba del todo controlado su problema, su psicóloga hacia un grandioso trabajo. Aparte de lo profesional, estaba a gusto con la nueva faceta de la pelinegra. Y no era del todo ella, claramente para esta era solo un paciente, pero a Jeon le facilitó su comportamiento para relajarse y pensar que no estaba hablando con un robot o con un cubito de hielo.

Como siempre, NamJoon lo dejó en la puerta, antes de irse y dejarlo solo. JungKook se hecho el pelo hacia atrás y miró el gran edificio. Sonrió y entró a este. Subió las escaleras sin nerviosismo y miró el reloj negro con plata que llevaba en su muñeca. Diez minutos antes de lo acordado. No tenía ninguna prisa para llegar. Vestía unos pantalones negros ajustados y una usual camiseta blanca, sus zapatillas negras tampoco pasaban desapercibidas por las otras residentes y empleadas que había en el edificio. Pero ya se había acostumbrado a las miradas, sobre todo las de mujeres.

Abrió la puerta de la consulta y se la encontró leyendo un libro. A través de sus gafas se encontraban esos ojos oscuros mirando fijamente a través de estas, se notaba que estaba concentrada. Jungkook ni siquiera hizo una reverencia o un toque de atención para entrar, simplemente cerró la puerta tras de él y se sentó donde usualmente se solía sentar. Miró la cubierta del libro, parecía un libro interesante.

- Es de mala educación entrar sin llamar y sin saludar – dijo ella y él se sobresaltó. Lo miró por encima de las gafas con una ceja levantada. El hizo una sonrisa burlona.

- Lo siento señorita Sadie – la otra bufó y el rió – estabas tan concentrada que no te quería interrumpir.

- A ver si tu problema no va a ser el miedo a las mujeres sino los modales – una sonrisa hizo la pelinegra y miró el reloj de pared. – has llegado pronto.

- No quería llegar tarde - se excusa jungkook – así que opté por venir antes.

Sadie negó con la cabeza y el la observó. Otra vez tenía un vestido de estampado, zapatos negros de tacón y un moño perfectamente hecho. Su collar plata con una cruz siempre estaba con ella. El la volvió a mirar a los ojos, pero no los encontró, ya que se dio la vuelta para dejar el libro en su sitio.

-Estaba pensando en hacer una cosa contigo el próximo día, pero creo que no será posible – el otro frunció el ceño y ella se acercó con un papel en la mano. Se lo extendió – es una feria, habrá un espectáculo. Podrías traerte a una chica que conozcas, bueno, que no sea pariente tuya o muy amiga para entrenar tu nerviosismo con las chicas y poder dominarlo, tu sabes.

Kook empezó a pensar, no tenía idea de a quien se podía llevar. Aparte de sus parientes, no conocía a ninguna chica de cerca para poder ir a eso. La miró, Sadie sonrió nerviosa.

- No te preocupes, tienes dos días para averiguar, y si no, pues no pasa nada si no vas. Pero sería interesante que te probaras a ti mismo, ¿no crees? – el maknae tragó saliva.

- Pero... ¿Cómo sabrás si me va bien o mal? – Su psicóloga empezó a apuntar un número en un papel.

– Toma, es mi número, llamarás si vas mal o no sabes qué hacer. Pero antes busca a alguien. ¿Entendido?

Jungkook asintió no muy convencido, primero se lo tenía que decir a sus jefes, después, si le dejaban, tendría que buscar a una chica que estuviera dispuesta a estar con él en una feria, sin montar escándalo y que no lo delatase.

Media hora después salió de la consulta, pensativo a lo que le dijo su psicóloga. ¿A dónde encontraría a una chica dispuesta a eso que no fuera su fan? Se agarró el cabello frustrado y miró mientras bajaba por las escaleras hacia el ventanal que daba paso a la calle. Estaba lloviendo, genial. Lo que le faltaba. Salió y se quedó en el portal, mirando a todos lados. No estaba el coche de Rapmon por ningún sitio, suspiró y se quedó envuelto en sus pensamientos hasta el punto de que se quedó en blanco, sus oscuros ojos se quedaron divagando y frunció sus labios. Una chica....feria....

De pronto una bocina lo hizo volver a la realidad, NamJoon le hizo un gesto con la mano de que se apresurase y el corrió hacia el coche, intentando mojarse lo mínimo posible. 

Mi Psicóloga (COMPLETA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora