41. Jimin

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41. Jimin.

Todos sabían que era una bomba de relojería,

Que pronto estallaría

Y nada volvería a ser igual. – Noa.

(...)

Jungkook miraba el teléfono, desconfiado y confundido. Sadie hace un par de días le había mandado un mensaje de voz, claramente no era ella, era otra chica la cual desconocía pero podía deducir que era una de sus amigas. No faltaba decir que no entendía nada de lo que decía (si no sabía apenas inglés, en español menos) solo lo que captó fue ¨hola¨ y el nombre de Sadie, que se repetía varias veces.

Se lo había dicho a sus hyungs, y lo que le recomendaron fue un traductor y mucha paciencia. Pero no había servido, pues el traductor de google solo captaba pocas palabras y encima las traducía mal. Para colmo, le preguntó a Sadie que era, sin embargo la chica le dijo que olvidase ese audio y lo borrase. Cosa que aumentó más su curiosidad. ¿Por qué? Porque Sadie era una chica que podía contarle muchas cosas y nunca se andaba con rodeos. Así que si no hubiese sido algo importante lo hubiera dicho.

Algo debía de haber para que no se lo quisiese contar.

-No, no – suplicó cuando vio que su teléfono solo tenía un 5 por ciento. Se estaba quedando sin batería y no quería esperar a que se cargase por completo. Sin embargo, ya había bajado a 4 y no quería saturar a su móvil. Con parsimonia se levantó de su cama, se pasó la mano por la cara. Salió de su habitación y fue a dirección del cuarto de Jimin. Kook le había prestado su cargador al chico ya que se le había roto al mayor.

Mientras cruzaba el pasillo, el maknae no sabía cómo se sentía Jimin, pero desde que lo dejó con su novia, su relación con el resto de sus compañeros ha mejorado bastante, menos con Jin. Y es que el mayor le obligó a cortar con su pareja, y le tiene un poco de rencor por eso. Quizás se esté viendo con ella todavía, o todavía está aceptando su ruptura.

Quizás, si estuviera con Sadie, tuviese el mismo miedo y el mismo rencor por perder a esta. Ya no puede imaginar que Sadie no estuviese en su vida. De una u otra forma se imaginaba siendo su amigo o conocidos (lo que menos quería), sin embargo no se imaginaban siendo desconocidos, o tratándose como estos. Porque la pelinegra le había demostrado que la chica era una persona imprescindible en su vida, aunque ella no lo sepa.

Pensaba la mayoría del tiempo en ella, en que estaría haciendo, en si estaría feliz o no. Pero sobre todo, si ella estaba pensando en él. Y eso le daba toda la motivación para darlo todo en el escenario o en los ensayos. Sadie se había vuelto en su energía extra. Y en muy poco tiempo.

No lo quería admitir hasta que se lo dijo a sus hyungs, que aunque Jin puso resistencia, acabó aceptándolo. Nunca pensó que iba a tener el apoyo de su segunda familia. Solo faltaba decírselo a Jimin, RM, y a Suga. Sabía que a RM le iba a dar igual, como a Suga, no porque no le importase el muchacho, sino porque ellos no le dan importancia a esas cosas, con tal de que sean siendo los mismos de discretos. Sin embargo, sabía que a Jimin le iba a poner muy feliz, y es que le había caído muy bien su psicóloga. Es decir, ¿qué más pedir?

Tocó la puerta de Jimin y escuchó un ¨adelante¨. Al entrar visualizó a su amigo hablando por teléfono. Se adentró más y miró a su alrededor. Todo estaba perfectamente ordenado, nada desordenado y con un olor a vainilla bastante cargado. Jimin le sonrió al ver como el menor arrugaba la nariz.

-Yoongi, de verdad que no falta nada en la nevera – rodó los ojos - ¡He mirado ya dos veces! ¿Quieres que mire, una tercera? ¿De verdad? No, no falta nada, ni verdura, ni fruta. Productos de limpieza no necesitamos, yoongi. Que si, que sí, si veo algo te lo digo. Venga, hasta luego.

Mi Psicóloga (COMPLETA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora