Sueños.

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Ya que tenía el permiso de papá para poder ir a la fiesta, se me acabaron las ganas de quedarme en casa como siempre lo hacía y decidí ir a la fiesta después de que toda la semana Jacob y sus amigos estuvieran insistiendo en que fuera.
Malina iba a pasar por mi, pues ella era la que más cerca vivía de mi y además ella sabía mejor que nadie en donde estaba la casa de Nicholas. Ella iba a llegar a mi casa a las siete en punto, así su tuve casi todo el día para pensar en que ponerme, después de casi tres horas pensando en que hacer tome lo primero que me apareció, en este momento necesitaba a Sadie para que me ayudará a escoger que usar.
Un pantalón negro y una ombliguera blanca fue lo que elegí y con eso me sentía casi desnuda.
El timbre sonó y con mucha calma me dirigí a ella para abrir. Malina había llegado por mi y era más temprano de lo que habíamos quedado.

-¿Lista? -preguntó emocionada cuando me vio.

-Ehhh, si -respondí muy insegura e intentando parecer lo contrario.

-¡Hora de irnos!

La casa de Nicholas no quedaba muy lejos de la mía, tal vez eran diez minutos de camino. Cuando llegamos ya había un enorme escándalo en su casa, probablemente apenas habían cien personas en la casa y la música estaba a todo volumen. Todos traían casos rojos y estaban bailando, saltando y gritando.
Me recordó a hace tres años, cuando me puse muy mal, empecé a pensar que no sería mala idea ponerme así una vez más.

-¿Qué te parece? -preguntó Malina cuando estábamos a punto de entrar a la casa.

-Pues... no es nada nuevo para mi -contesté con mucha seguridad y entre a la casa.

Jacob estaba junto con Nicholas y ambos traían sus vasos rojos, nos miraron a Malina y a mi y nos saludaron desde donde ellos estaban. Un chico que traía tres vasos rojos se acercó a mi y me dio uno, yo lo acepté sin pensarlo dos veces y lo di un trago largo, pero deje un poco, pues tomarme todo de un sólo trago me mareaba rápido.

-Wow, no pensé que tu fueras una chica de fiestas -comentó Nicholas cuando me vio darle un trago a mi cerveza.
Yo reí a su comentario.

-Se nota que ninguno de ustedes saben quien soy yo -sonreí- sólo esperen.

No era malo fingir ser alguien que no eres comúnmente al menos por una noche. Todo iba a estar bien siempre y cuando no me vuelva en Malina por esta noche.
Creía que la mejor solución para intentar olvidar o superar lo que pasó iba a ser emborranchandome una noche. Y definitivamente estaba estúpida al pensar eso.
A veces el alcohol te hace decir muchas cosas que no debías o no querías decir.

Una hora después...

¿Que demonios hacia tirada en el suelo de la casa de Nicholas?
Abrí mis ojos lentamente y todo el mundo estaba mirándome, ¿acaso no me veía bien con este atuendo? ¿Dónde estaban Jacob, Nicholas, Louis y Malina? Necesitaba a mis amigos ahora mismo.

-¡Abran paso! -escuché que alguien giraba desde la entrada. Yo seguía tirada, ni siquiera sabía como levantarme- ¡Millie! ¡Millie! -esa voz me era muy familiar, pero no era Jacob ni ninguno de ellos- Millie- la gente que estaba alrededor mío abrieron espacio para que este alguien pudiera verme.

-¿Qué? -dije cansada y en voz baja.

-Tranquila -tomó mi mano- estoy aquí, siempre voy a cuidarte.

-¿Finn? -dije confundida mientras abría mis ojos lentamente y tenía la vista borrosa.

-Shhhh, esta bien -me ayudó a levantarme- nos iremos a casa.

f i n d  m e | fillie; [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora